Aclaraciones:
1) NO me quejo de que estas cartas no hayan sido publicadas, porque de verdad había yo publicado MUCHAS cartas en poco tiempo, así que le sugerí al editor expresamente que le diera oportunidad a otros que entraran al debate.
2) Sí creo que estas observaciones de tipo político son más importantes que las discusiones especializadas acerca de qué intervenciones en casos de emergencia obstétrica son abortos directos (siempre asesinatos) y cuáles son más bien abortos indirectos (no terapéuticos, sino que se producen como consecuencia indeseada, no intentada, de una acción médica en sí misma legítima).
3) Los grupos abortistas recorren cada país en busca de casos como éste, para convencer a la mujer de que NO ABORTE clandestinamente y así PODER USARLA COMO MEDIO en la lucha por legalizar el aborto.
Aborto y manipulación
Señor Director:
Claudia Pizarro, según la información de prensa, es una joven madre embarazada de 36 semanas (o sea, casi a punto de dar a luz después del tiempo natural de gestación) y que padece un cáncer que requiere tratamiento. Esta sola información, si es verdadera, basta para afirmar que ella está siendo manipulada para legalizar por vía judicial el aborto en Chile. En efecto, el parto de un niño en etapa de viabilidad puede adelantarse sin mayor conflicto moral; el tratamiento contra el cáncer puede iniciarse y debió iniciarse hace mucho tiempo.
Doña Claudia es víctima de una manipulación. Es impensable que, adecuadamente informada, ella misma quiera usar a su guagua no nacida como simple instrumento de una política internacional favorable al aborto.
Por eso, me atrevo a sugerir algunas acciones, en la esperanza de que quienes puedan ejecutarlas se animen a hacerlo:
1. Que ella y todos los interesados busquen en Google "Norma McCorvey", el caso más famoso de manipulación pro-aborto de una mujer embarazada.
Claudia: ¿realmente quieres que hagan con tu vida lo que hicieron con la de ella?
2. Que médicos y hospitales pro-vida le ofrezcan a doña Claudia continuar con su tratamiento, si acaso el actual equipo tratante —que no ha aparecido públicamente— rehúsa desvincularse de la operación política en curso.
3. Que los sacerdotes católicos y los pastores de otras comunidades cristianas expliquen a sus feligreses que no estamos ante un caso de diálogo racional entre partes de buena fe, sino que enfrentamos una acción política a la que no le interesa el caso de doña Claudia —mero instrumento— sino la victoria cultural de legalizar el aborto.
4. Que los jueces apliquen el artículo 75 del Código Civil, que debe aplicarse "de oficio".
Crisóbal Orrego Sánchez
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