Tras saber que Osama fue abatido sin estar armado, envié esta nueva carta inédita. Leed:
Hipocresía civilizada
Señor Director:
El dictador de Libia lo era desde el comienzo —un Fidel Castro africano—, pero la hipocresía civilizada ha venido a descubrirlo hace muy poco. La ONU autorizó a usar la fuerza contra combatientes para defender a los civiles, pero los aliados occidentales la han usado tomando partido por uno de los bandos en la guerra civil, y han matado a no combatientes, incluyendo a un hijo y a nietos del jefe enemigo.
Asimismo, la hipocresía civilizada ha derogado la pena de muerte en muchos países —casi completamente también en el nuestro—, pero ahora nuestro Presidente dice que se ha hecho justicia con el asesinato de Osama Bin Laden . . . ¡desarmado! (suponiendo que ha sido realmente muerto, pues aún no hay pruebas del hecho).
Usted comprenderá, señor Director, que ninguno de estos personajes son de mi simpatía. Nada me importaría que fueran juzgados y condenados a la pena capital por los crímenes que han cometido durante muchos años. Sin embargo, los bailes de euforia y de alegría, cuando simplemente se viola la ley natural, cuando se mata a un hombre desarmado o se bombardean objetivos civiles y se asesina a no combatientes, no deben pasar de largo sin una palabra de protesta.
Yo, contra la hipocresía civilizada y el uso ilegítimo de la fuerza, simplemente protesto.
Cristóbal Orrego Sánchez
Profesor de Derecho Natural
Universidad de los Andes
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