Carta de hoy en El Mercurio (EM 20210226)
Cartas
Viernes 26 de febrero de 2021
Votación en un día
Señor Director:
Escribo como ciudadano preocupado, no como candidato a la Convención Constitucional. Lo hago para pedir a todos los parlamentarios que rechacen la propuesta gubernamental de cambiar las reglas del juego de las elecciones del 11 de abril, que se quiere tramitar con urgencia desmedida y sin deliberación.
Es verdad que los políticos nos han acostumbrado a estos cambios precipitados y que ya nada nos extraña; pero en este caso debe primar la confianza pública en la integridad de las elecciones.
El ministro Jaime Bellolio piensa que, alargando a dos días el proceso electoral, estas “elecciones fundamentales para el futuro del país” serán “seguras, muy participativas, informadas y transparentes”.
Respetuosamente, pienso que se equivoca. Propongo estas razones para votar en contra.
Primera. En relación con las elecciones de convencionales constitucionales, la propuesta necesita superar el quorum para reformar por enésima vez la reforma constitucional que dio origen al proceso. Por ahora, el art. 130 de la Constitución fija un solo día: el 11 de abril. Además, el art. 131 hace aplicables a esta elección “las disposiciones pertinentes a la elección de diputados”, contenidas en los cuerpos legales respectivos “en su texto vigente al 25 de junio del año 2020”, que también exige un solo día. Pido a los parlamentarios que no otorguen este quorum alto.
Segunda. Un gobierno que es incapaz de garantizar el orden público a pasos de La Moneda no es confiable para garantizar la custodia de votos durante una larga noche. No corramos riesgos: esta elección, ya como está, no es segura. Mucho menos lo será si se alarga a dos días.
Tercera. Los cambios de última hora confunden más todavía a los ciudadanos. En mis conversaciones de campaña he comprobado que incluso gente culta no sabe exactamente qué se vota (aunque al final de la conversación al menos saben por quién votar). Esta elección, con el cambio propuesto a toda velocidad, no será más informada ni más participativa.
Señores parlamentarios, escuchen la súplica de un ciudadano: ¡no más cambios a las reglas del juego!
Cristóbal Orrego
Abogado y profesor universitario
Escribo como ciudadano preocupado, no como candidato a la Convención Constitucional. Lo hago para pedir a todos los parlamentarios que rechacen la propuesta gubernamental de cambiar las reglas del juego de las elecciones del 11 de abril, que se quiere tramitar con urgencia desmedida y sin deliberación.
Es verdad que los políticos nos han acostumbrado a estos cambios precipitados y que ya nada nos extraña; pero en este caso debe primar la confianza pública en la integridad de las elecciones.
El ministro Jaime Bellolio piensa que, alargando a dos días el proceso electoral, estas “elecciones fundamentales para el futuro del país” serán “seguras, muy participativas, informadas y transparentes”.
Respetuosamente, pienso que se equivoca. Propongo estas razones para votar en contra.
Primera. En relación con las elecciones de convencionales constitucionales, la propuesta necesita superar el quorum para reformar por enésima vez la reforma constitucional que dio origen al proceso. Por ahora, el art. 130 de la Constitución fija un solo día: el 11 de abril. Además, el art. 131 hace aplicables a esta elección “las disposiciones pertinentes a la elección de diputados”, contenidas en los cuerpos legales respectivos “en su texto vigente al 25 de junio del año 2020”, que también exige un solo día. Pido a los parlamentarios que no otorguen este quorum alto.
Segunda. Un gobierno que es incapaz de garantizar el orden público a pasos de La Moneda no es confiable para garantizar la custodia de votos durante una larga noche. No corramos riesgos: esta elección, ya como está, no es segura. Mucho menos lo será si se alarga a dos días.
Tercera. Los cambios de última hora confunden más todavía a los ciudadanos. En mis conversaciones de campaña he comprobado que incluso gente culta no sabe exactamente qué se vota (aunque al final de la conversación al menos saben por quién votar). Esta elección, con el cambio propuesto a toda velocidad, no será más informada ni más participativa.
Señores parlamentarios, escuchen la súplica de un ciudadano: ¡no más cambios a las reglas del juego!
Cristóbal Orrego
Abogado y profesor universitario
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