He vivido varios años en España y pienso que puedo daros la clave del encontronazo del rey y míster Bean contra el tirano que regenta Venezuela.
Presentemos primero a los personajes.
El Rey don Juan Carlos de Borbón es la cosa que simboliza la unidad de España. Es un señor mayor, que se educó en las sobrias tradiciones monárquicas europeas, que sabe de protocolos, de yates, de galanterías, de altura de miras, de prudencia . . ., en definitiva: ¡de todo lo que necesita saber un rey! A propósito de prudencia, dice el rumor, vox populi, que él tuvo la imprudencia de decirles a los militares, en 1981, ante el desorden político y el avance de ETA, que a ver si tenían cojones, y luego tuvo la prudencia de quitarles el piso a los huevones que se alzaron el 23-F.
Y don Juan Carlos hace siempre lo que quiere y sigue siendo el rey. Por eso, cuando asiste a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, todos saben que él es la figura. Lo que haga o diga el rey de España importa más, unas veinte o treinta veces más, que lo que pueda hacer o decir un jefezuelo que dura cuatro, seis o diez años, y luego se va para la casa, y nadie se acuerda de sus brillantes tonterías.
El segundo personaje es de lo más divertido: Mr. Bean en América. El presidente del gobierno español tiene la misma carita simpática de ese comediante inglés, Mr. Bean, que con solamente mover los ojos nos hace partirnos de la risa. Amigos: procurad ver a Mr. Bean y a Rodríguez Zapatero frente a frente y luego me diréis si no son el mismo sujeto. La pregunta del millón de euros, por cierto, es cómo diablos consiguió Mr. Bean que la mayoría de los españoles, que suelen tener un sentido del humor más basto que el inglés, votaran por él. ¡Excelente broma!
El tercero: Hugo Chávez. El gran tirano de Venezuela, que descubrió cómo reírse de los izquierdistas de América y del mundo. Tenemos que reconocer, eso sí, una cosa: él llegó al poder por culpa, en gran medida, de esa oligarquía corrupta que nunca introdujo las reformas necesarias para beneficiar a las masas misérrimas, que luego alimentaron la popularidad del mono. No olvidemos, sin embargo, que don Tirano fue un puro y simple coronel golpista, que intentó derrocar por las armas un gobierno democrático. Si le hubiera salido bien, sería ahora un paria, atacado por la izquierda de todo el mundo.
Pero le salió mal. O quizás le salió todo mejor. Descubrió que con traje de tribuno socialista podía llegar al poder y perpetuarse en él con todo tipo de trucos antidemocráticos, bien atestiguados: prohibición de encuestas independientes, persecución de los enemigos —incluido el asesinato de los opositores más duros—, clausura de medios de comunicación, fraude electoral ante observadores internacionales aliados suyos, un asco infinito . . . Sí, porque su discurso estalinista, castrista, serviría para paralizar la crítica mundial. Y así fue.
El mono venezolano le dijo “¡por qué no te callas!” a todo el mundo, porque se vistió de socialista y revolucionario. Mas, cuando el mono se viste de izquierda, más mono se queda.
Y ahora comprended lo que ha sucedido.
Primero: Chávez hizo lo que sabe hacer mejor que nadie: insultar y robarse la cámara.
Segundo: Rodríguez Zapatero hizo lo que sabe hacer mejor que nadie: el ridículo. Intentó argumentar para moderar a Chávez con un vago discurso sobre el respeto debido a Aznar por haber sido elegido con votos españoles, como si los socialistas en España no hubieran dicho de Aznar cosas mil veces peores que las balbuceadas por el mono.
Tercero: Juan Carlos de Borbón hizo lo que sabe hacer mejor que nadie: abrió la boca. Ahora su frase está a la venta bajo todo tipo de formas, desde nombres de dominio como porquenotecallas.com hasta pegatinas y libros. Da como para planificar sus próximas aperturas de boca, a puertas cerradas, con inversionistas de su círculo íntimo. ¿Qué tal si le espeta, para la próxima cumbre, por ejemplo, a la señora K, algo así como: “¡qué guapa que sos!”? Sus socios, al instante o un poco antes, inscriben queguapaquesos.org y tienen ya en prensas un libro de autoayuda, Qué Guapa Que Sos: Cómo Conquistar los Piropos de Su Rey. Y pegatinas.
Ahora os explico, pacientes lectores, que la salida de madre del rey no es poca cosa. Cuando yo viví en España, mis amigos usaban todo tipo de expresiones malsonantes, de manera cariñosa. Un amigo puede tratarte de “coño”, “maricón”, “cabrón” . . . y hasta de “hijo de puta”. Era famosa la historia de esa madre gitana que se asomó a la puerta de la casa y llamó a su hijo a gritos: “¡Eh, Juanillo, a comer, hijo de puta!”. Y si una cosa cualquiera está muy buena, una película, una comida, lo que sea, dicen que “es de puta madre”.
Increíble, pero cierto.
Lo único que es inequívocamente violento, que no admite interpretaciones, es esto: “¡Por qué no te callas!”.
Así que ese tapaboca hispano puede ser el comienzo del fin de Hugo Chávez. Ahora podemos esperar cualquier cosa: que se suicide, que alguno de sus generales —o todos— se rebelen en su contra, que algún francotirador cometa tiranicidio, que su misma enfermedad mental —es un genio de la política, pero está desequilibrado— lo reviente de una vez por todas.
O puede que no. También puede ser que la voz del rey lo convierta en marca registrada. Así pasó en Navarra, hace años, cuando el rey, de visita, fue obsequiado con un plato de espárragos. Y el rey exclamó alborozado: “los espárragos . . . ¡cojonudos!”. Del dicho al hecho, en este caso, poco trecho: Ahora se venden bajo esa nueva marca. Y Chávez puede terminar siendo, por la tolerancia de los buenos, un mono cojonudo, dueño y señor de su palabra.
Es más peligroso que mono con navaja, para su pobre pueblo y el resto del continete. ¿Cuánto más estarán dispuestos a tolerar?
ResponderBorrar"Mas, cuando el mono se viste de izquierda, más mono se queda."
ResponderBorrarJAJAJAJAJAJA!!
Saludos.
Cristobal, eso de mono es bien racista ¿no? Y no es que sea partidario de Chávez
ResponderBorrarsinceramente Cristóbal y aunque los espanoles tengan ese vocabulario, yo no calificaría a nadie, a nadie de "mono",
ResponderBorrarrecuerda lo que le dijeron los espanoles a Gabriela Mistral en Espana y que la marcó para toda la vida, negativamente frente a los peninsulares...
No es correcto tratar a alguien de mono...
Salu2!
Ser mono es mucho más mono que ser tirano y asesino, y a muchos personajes históricos (no quiero dar nombres, para no añadir a nadie más al insulto) se les ha tratado de tiranos y de asesinos sin que nadie proteste. Entonces, yo mismo, para decir algo más suave en mi diatriba contra Chávez, me arrogo el derecho a tratarlo de mono. Y no lo hago extensivo a nadie por su raza, que yo tengo algunos amigos negros y no los trato de monos. De todos modos, cualquiera sea mi incorrección sobre Chávez, les ruego no hacerla extensiva a otra gente, lo cual excede mi intención y mis palabras.
ResponderBorrarPero si es bien cariñoso ese apelativo.
ResponderBorrarNunca oyeron a sus abuelas decir: Es bien mono el niño.
Por lo demás, el Mono Cojonudo le ha dado a su archienemigo los apelativos de "Donkey", "Mr. Danger" y "Satanás"...
ResponderBorrarCon esto me acordé de un amigo -blanco caucásico y bien educado- que tenía un aspecto simiesco impresionante, lo que lo hacía muy simpático y dio origen al siguiente diálogo cuando se lo estaba presentando a otro amigo. Voy a cambiar el apellido para proteger al simio original y aplicarlo al caso presente:
-Te presento al "Mono Chávez" -le dije a mi interlocutor, quien, con toda seriedad, le preguntó al que estaba siendo presentado:
-¡Mucho gusto! ¿Y por qué te dicen "Chávez"?...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarsi bush es mister danger, chavez es mister anger... y los dos son monos, y bien nefastos. mejor que los enjaulen
ResponderBorraresteban marín
Que mono este Esteban!!!!
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarLo que me llama la atención es ese complejo de súbdito de monarquía española, que al parecer varios tenían escondido, y que apareció con fuerza después de la cumbre, aún cuando se nos dice que hace 200años nos independizamos de España.
ResponderBorrarEn este texto y en otros que he leído queda de manifiesto esa sobrevaloración a ciertos íconos de la monarquía, que tienen mucho de snobismo (los yates), racismo (cuando hablan del el rey y el mono) y clasismo (el rey sí sabe de diplomacia y Chávez no).
Pero parece que pocos entienden la frase: Ni reyes ni tiranos, porque aquellos que critican a Chávez por tirano, se muestran muy dispuestos a someterse al Rey.
"Es bien mono el niño." anónimo, esta frase no la he escuchado nunca, porque no soy espanola...
ResponderBorrarSantiago: por mucho que Chávez sea un mal hablado, hiriente y todo lo que quieras... no creo que tal circunstancias nos dé pie para comportarnos de igual manera.
En mi casa, aprendí que, quien insulta a los demás, pierde la razón, de manera que, a mi modo de ver, Chávez ya la perdió hace tiempo.
Jorge, como leíste mi comentario en el blog de Matías, supongo que sabrás que no me sumo al coro de los realistas.
Soy absolutamente republicana! Y detesto la monarquía, nunca he vivido en una (tú has tenido sí esa desgracia en Suecia) y estoy feliz de que sea así!
Cristóbal... así que lo del mono, lo dices en espanol de Espana... Bueno, así sea.
No se le escapará a nadie que el sra. Borbón encontró en su exabrupto la mejor ocasión de tapar las últimas y lamentables noticias de su familia en Espana...
Saludos a todos!
sorry, quise escribir sr. y no sra.
ResponderBorrarla táctica de tapar las malas noticias familiares... le resultó.
los que están enojadísimos con el sr. Borbón son los empresarios espanoles, porque les quitó el negocio por el cual se hacían la América, ya que, como dijo un periodista venezolano (anti- chavista), la embajada de Espana está(ba) convertida en oficina de negocios (y tal vez de algo más... ver informes de Transaprencia Internacional) de las empresas espanolas en Venezuela...
saludos de nuevo!
La frase "De todos modos, cualquiera sea mi incorrección sobre Chávez, les ruego no hacerla extensiva a otra gente, lo cual excede mi intención y mis palabras", ni joseph goebbels la hubiera pronunciado mejor.
ResponderBorrar