Carta sobre minorías ruidosas, en El Mercurio de hoy. Leed.
Cartas
Miércoles 29 de Junio de 2011
Paciencia
Señor Director:
Se han dado interpretaciones tan grandiosas de las protestas y paros que nos olvidamos de la infinita crueldad de las comunicaciones sociales. Ni el terremoto de Japón, ni siquiera las atrocidades de Ruanda, ni nuestro propio terremoto de 2010, ni la hazaña de los treinta y tres mineros, nada permanece en la retina, concitando el interés de todos, por demasiado tiempo. Por eso, el paso de las semanas trabaja, en realidad, a favor de un gobierno que sabe que no puede cometer un error fatal: ceder a la presión de la calle. Si complace a las minorías solamente porque actúan más clamorosamente, las mayorías tendrán que salir a las calles también. ¿Se imaginan a los estudiantes injustamente discriminados -los de Inacap, Duoc, universidades privadas, etcétera- saliendo a desfilar frente a La Moneda? ¿Se imaginan si delante de esos dirigentes privilegiados de la Confech se plantaran los estudiantes más pobres, la mayoría de ellos excluidos de los beneficios estatales, o bien forzados a inscribirse en instituciones tradicionales?
El Gobierno ha de armarse de paciencia y trabajar silenciosamente por la igualdad de los estudiantes. Ha de rechazar el chantaje de la izquierda, que instrumentaliza a los jóvenes para conseguir por la fuerza lo que no ha podido ganar por medio de elecciones. Debe usar la mano dura de Ricardo Lagos para hacer respetar el orden público, y forzar a todos a atenerse a los cauces democráticos para conseguir los cambios. El Gobierno haría bien en ampliar las opciones de los estudiantes de elegir entre instituciones públicas y privadas, antiguas y nuevas. Desde ya podría facilitar, a los que quieren estudiar, su desmatriculación de las actuales instituciones en paro y su traspaso hacia el sistema que funciona.
Mientras tanto, algunas universidades privadas han comenzado su publicidad -normal por estas fechas, pero ahora más significativa- para matricular estudiantes en su segundo semestre. Todos los que no están amarrados por créditos, becas y privilegios, harían bien en darse una vuelta para informarse mejor.
Cristóbal Orrego Sánchez
Abogado
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