Un valiente contra el lobby gay
No he encontrado nada más claro en tan poco espacio, sobre el peligro del lobby gay.
Si llegamos simplemente a 50 que se atrevan a decir lo que piensan de manera permanente (no a propósito de este caso de Nicolás y sus dos papás, sino siempre), podemos resistir un tiempo más a la mafia gay.
Gracias a Carlos Casanova.
Leed.
A los estudiantes chilenos:
En las últimas dos semanas ha habido bastante revuelo a causa de la imposición de "Nicolás tienes dos papás" a un grupo de jardines infantiles. En ese revuelo hay dos cosas que me parece que deben aclararse. Una, por qué es inmoral el acto homosexual. Otra, la crítica al profesor Orrego.Sobre lo primero hay que decir que no es difícil saber por qué es inmoral el acto homosexual. Lo que ocurre es que, como decía Aristóteles, lo que agrada a la concupiscencia nos parece bueno porque lo deseamos, mientras que el bien inteligible lo deseamos porque lo entendemos como bueno. Los medios de comunicación social y otros agentes revolucionarios han sumido a los jóvenes en un mundo sensorial en el que lo físicamente placentero aparece como el único verdadero bien.El ser humano puede dominar la naturaleza no humana de una manera razonable, pero tiene que respetar su propia naturaleza. No se puede trasladar al dominio del propio cuerpo o del cuerpo ajeno la misma lógica de dominio del resto de la naturaleza. Los activistas homosexuales cometen este error porque no quieren controlar sus pasiones.La actitud que el ser humano debe tener hacia su propia naturaleza implica que no se haga un uso del sexo que lo separe artificialmente de la procreación. Puesto que la cópula se ordena a la procreación, además, debe darse en un contexto institucional donde pueda recibirse a los niños para darles el cuidado, el amor y la educación adecuados. Es decir, debe darse en el seno del matrimonio.Lo anterior implica que la fornicación, el adulterio, la contracepción y, también la homosexualidad son inmorales. Además, la inseminación artificial y la fertilización in vitro son gravemente inmorales. La segunda incluye la malicia del aborto. Muchos jóvenes no pueden ver la malicia de la homosexualidad porque no quieren ver la malicia de la fornicación; o porque nadie les ha dicho la verdad sobre la contracepción. Cuando hace años organicé un evento para conmemorar la Encíclina Humanae Vitae, uno de los cien estudiantes que asistió me preguntó: "profesor, ¿por qué nunca escuché en ninguna parroquia una prédica sobre esta encíclica?". Esa pregunta revela una de las raíces de la dificultad de los jóvenes para comprender la malicia de la homosexualidad.La enseñanza anterior es exigente y quienes están dominados por sus pasiones probablemente tendrán dificultades para aceptarla. He ahí la raíz principal del problema, sobre todo en nuestra época de demagogos revolucionarios, que quieren controlar a los hombres por medio de sus pasiones.El otro punto es el profesor Orrego. La verdad es que la situación actual en Chile y en el mundo es gravísima. El lobby homosexual tiene un poder enorme en todas partes. En Estados Unidos, por ejemplo, un juez ha intervenido los archivos y el correo electrónico de cinco pastores de Houston, y los ha amenazado con la pena de prisión, simplemente porque enseñan la doctrina paulina sobre la homosexualidad. En Chile, el lobby quiere forzar a los padres a que acepten que los cánones morales de sus hijos sean distorsionados profundamente. Eso es un acto de hostilidad muy serio. Para colmo, cuando un publicista criticó duramente ese acto (con la dureza que merece), el lobby hizo que lo despidieran. Eso es un acto aun más serio de hostilidad. Ante semejantes agresiones, no se puede uno quedar de brazos cruzados. Muchos de los que han criticado al profesor Orrego o bien no entienden lo que está pasando, o bien responden a los intereses del lobby homosexual, o bien están tapando su propia cobardía.El profesor Orrego, como dijo Joaquín Corvalán muy bien, tiene un profundo respeto por las personas que tienen el infortunio de experimentar tendencias homosexuales. También tiene misericordia hacia aquellos que han puesto en práctica esas tendencias. Pero rechaza la acción del lobby homosexual, que es dañina no sólo para la población en general, sino sobre todo para las personas que experimentan la tendencia homosexual. El pecado no sólo daña a los demás, sino que, sobre todo, daña al pecador. Quien busca la felicidad en estas uniones infecundas y que no pueden ser castas es como quien quiere apagar su sed con el agua del mar. Una verdadera actitud de misericordia incluye no callar esta verdad. Pero el lobby homosexual quiere hacer desaparecer de sobre la faz de la tierra a quien quiera que la diga. Recuerdan vivamente el texto del libro de la Sabiduría: "matemos al justo, que nos recuerda nuestra mala educación".Invito a los jóvenes a que no se dejen engañar por la presión mediática del lobby homosexual y de sus aliados. Atrévanse a pensar por sí mismos y a dominar sus pasiones.Reciban un saludo cordial y mis sinceros deseos de que tengan el coraje y la sabiduría para llegar a la plenitud humana que es la santidad.
Carlos A. Casanova
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