Donald Trump no era mi candidato favorito y está lleno de concesiones miserables al mundo liberal (no nos olvidemos de su amistad de larga data con los Clinton).
Sin embargo, me alegro de su victoria por lo que significa de parcial derrota de los liberales más extremistas. No porque me haga ilusiones sobre lo que podrá avanzar la buena causa en 4 años.
Llamo a todos a no hacerse falsas ilusiones.
Y, sin embargo, disfrutar con el desconcierto y el autoengaño de los amigos liberales, a quienes queremos como a cualquier adolescente en proceso de enfrentarse con el mundo real.
Disfrutad.
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