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martes, octubre 28, 2014

Este pedófilo sueco... ¿se imaginan si fuese cura?

Todo el mundo lo sabría, pero nadie lo sabe salvo los suecos.

Todos se hacen los suecos porque es gay. El lobby gay es el máximo grupo privilegiado en Occidente.

Leed, de Infovaticana.


Líder de lobby gay a la cárcel por pedófilo

Stefan JohanssonSegún ha sabido INFOVATICANA en exclusiva, uno de los responsables de la ONG pro-gay más grande de Suecia ha sido condenado a cinco años de prisión por violación, proxenetismo, y demás crímenes sobre menores promovidos y justificados por su asociación. 
Stefan Johansson era presidente regional de la plataforma del lobby gay más importante de Suecia y uno de los más antiguos e influyentes del mundo. Desde su plataforma, Johanssondecía luchar para favorecer los “derechos” de las personas homosexuales, así como fomentar iniciativas de “ayuda” a “trabajadores sexuales”, en especial a menores de edad. Su plataforma, llamada Federación Sueca Para la Igualdad Sexual (RFSL por sus siglas en sueco desde el año 2009), fue el lobby de mayor influencia para conseguir la ley de “matrimonio” homosexual en el Reino de Suecia, principal objetivo de RFSL y conseguido en abril del año 2009.
La RFSL, considerado uno de los grupos de presión más acreditados de Suecia, cuenta al día de hoy con casi 7 mil miembros registrados, trabajando en más de 29 oficinas regionales. En el año 2007, las Naciones Unidas lo reconoció como una ONG con estatus de organismo consultivodel Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, y como tal, fue regado con generosas subvenciones, con las cuales sufraga la edición su revista “Salir del Armario“, organiza el Día del Orgullo Gay, así como diferentes campañas para influir en la cultura y en la conciencia de la gente acerca de la “normalidad” de los actos homosexuales, lésbicos, transexuales y queer.
En el año 1998, la RFSL creó el grupo PAG (Grupo de Trabajo de Pedofilia), desde el cual, hasta el día de hoy, se defienden las relaciones entre menores de edad, así como de menores de edad con personas adultas, esperando algún día poder “normalizar” este tipo de relaciones, según lo han defendido numerosos líderes y miembros de RFSL.
Esta ONG, subvencionada por las Naciones Unidas, y con estatus de órgano consultivo de esta entidad, lucha, a través de la PAG, por conseguir la legalización de la pedofilia, la cual, según sus palabras, es un “tabú” que debe de ser combatido. En el año 2012, la RFSL lanzó la campaña “¡Sé gay, bisexual, transexual o gay!” dirigida a mostrar los aspectos positivos de la homosexualidad en todas sus vertientes. En ella, se invitaba a los niños de a partir de trece años a participar del Día del Orgullo Gay.
Uno de sus líderes era Stefan Johansson, quien ocupaba la presidencia de la RFSL en la región de Halland, convocaba a reuniones y conferencias para debatir el tema de la pedofilia. En estos grupos, no se combatía la prostitución infantil con iniciativas sociales para evitar esta tragedia, sino que simplemente se dialogaba entre quienes tenían experiencia en el tema y se compartían las vivencias. En una de sus invitaciones, publicada en 2013 en su cuenta de Facebook, convoca a todas los “personas LGBT con experiencia en la venta o compra de servicios sexuales, jovencitos vendiendo sexo en línea, hombres heterosexuales que compran sexo de hombres, personas transgénero que venden sexo a hombres y mujeres” a un día de “entrenamiento” y “capacitación“. En la convocatoria, compartida por varias personas en sus perfiles de Facebook, se especifica que el evento es en un restaurante público, y que está organizado y patrocinado por la RFSL, el órgano consultivo de las Naciones Unidas.
El pasado viernes 24 de octubre, tras un largo juicio al que ha tenido acceso INFOVATICANA, elTribunal del Distrito de Halmstadt condenó a Stefan Johansson a cinco años de prisión y 545.000 coronas suecas (cerca de 60,000 €) por los delitos de violación agravada, violación, detención ilegal de personas, proxenetismo, explotación sexual de una persona dependiente, asalto y abuso de confianza. El Tribunal de Halmstadt determinó que para conseguir sus objetivos, el presidente de la RFSL drogaba, o forzaba a los menores.
En los foros LGBT y redes sociales a los que ha accedido INFOVATICANA, muchos participantes defienden los crímenes de Johansson, afirmando que no es ningún “crimen” sentirse atraído por un menor de edad, así como defendiendo que “si (los menores de edad) quieren vender su cuerpo, son libres de hacerlo“.  Por su parte, se espera que su abogado alegue desórdenes psicológicos para menguar la pena.
Mientras tanto, la RFSL de Halland se ha desentendido de las acciones de su antiguo líder, ahora condenado a prisión, y según se muestra en su página web, seguirán trabajando por implementar la formación LGBT en los colegios y para mostrar los aspectos positivos de esta “condición natural” y así evitar caer en los “tabús” y la intolerancia.
Resultan sorprendentes las dificultades que ha encontrado este redactor para encontrar datos sobre la identidad del criminal, así como la nula difusión de la propia historia en los medios de comunicación. Infovaticana ha conocido de los hechos a través de medios de comunicación suecos y ha tenido que traducir del sueco las publicaciones del propio tribunal.
Stefan Johansson
Stefan Johansson con sus compañeros de la RFSL (Facebook de S. Johansson).
Stefan Johansson preparando una marcha con la RSFL (Facebook de S. Johansson).
Stefan Johansson preparando una marcha con la RSFL (Facebook de S. Johansson).
Stefan Johansson
Stefan Johansson en los preparativos para la marcha (Facebook de S. Johansson).
Manifestación de RFSL en Estocolmo.
Manifestación de RFSL en Estocolmo.

Mr. Bean es serio y hace reír

Una buena defensa que ridiculiza la censura políticamente correcta.

Yo no lo llamaría el derecho "a insultar", pero sí el derecho a defender la verdad aunque una tropa de corruptos o enfermos digan que los han insultado.


Mr Bean


domingo, octubre 26, 2014

La masonería... en El Vaticano...

Si hay un lobby gay, nada de raro tiene que estos chicos masones también tengan puertas abiertas en El Vaticano.

Lo dice un experto, buen sacerdote.

Leed, en Infovaticana.


“En situaciones cruciales los santos son los que aciertan a intervenir en sintonía con el querer de Dios”

Autor-ManuelGuerraEl teólogo y experto Manuel Guerra ha concedido una brillantísima entrevista a la Agencia Portaluz que reproducimos a continuación. Manuel Guerra es autor de un blog en Infovaticana.
(Portaluz) Algunas de las señas de identidad de la masonería son el relativismo, el laicismo y su oposición a la Iglesia católica, afirma el teólogo y experto español Manuel Guerra Gómez, quien advierte además que también han celebrado reuniones en el Vaticano.

Décadas investigando el tema, varios libros e informes publicados y con dos amenazas de muerte encima, el valiente sacerdote dice estar en las manos de Dios. No teme en volver a denunciar -en esta entrevista concedida en exclusiva a Portaluz y realizada por el periodista español Enrique Chuvieco- la existencia de prácticas satánicas en distintas logias masónicas, el secretismo mayoritario en que se mueven… o mencionar a distintos gobernantes vinculados a la masonería, entre ellos, la presidenta chilena Michelle Bachelet.

(Pulse aquí para leer nota de la Presidencia de la República de Chile que informa de la visita que Bachelet realizó a la Gran Logia Masónica este 18 de octubre, donde esa presidenta señaló explícitamente a los masones:
“Han sido los grandes aliados de los proyectos de avanzada para nuestro país,…. como la separación entre los poderes del Estado y la Iglesia”… “Y en esta construcción que nos es común, los cinceles, niveles, compases y escuadras masónicas, serán esenciales para dar forma y destino al futuro de nuestra patria”)

Recuerda además Guerra, que la doctrina eclesial establece como incompatible el ser católico y masón. A pesar de esto, observa con preocupación, “el paradigma cristiano está siendo sustituido por otro relativista, sincrético, laicista y naturalista, o sea, masónico”.  Adelanta que así “puede surgir la tensión, la división interna y hasta la ruptura” entre los católicos. Para no llegar a esto, alude a épocas cruciales anteriores, en las que “los santos son los que aciertan a intervenir en sintonía con el querer de Dios, también los que hacen la corrección fraterna, incluso a los papas”.

 


Usted es uno de los mayores expertos en masonería, ¿cuál es la doctrina y los objetivos de la masonería actualmente y si estos difieren de épocas anteriores?
Para responder a esto se necesitaría un libro voluminoso. Los masones suelen decir que no tienen “verdades”, ni “principios”, “ni dogmas”. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Por “principios” se entienden las convicciones supremas que conforman el pensar y el obrar de los individuos e instituciones. He aquí los principios básicos de la masonería:

a) El relativismo, “todo es relativo menos que todo es relativo”. Pero un relativismo no epistemológico, sino sociocultural e histórico, o sea, no hay verdad y bondad absoluta, es decir, válidas para todos los tiempos y regiones. “Nadie puede decir: esta es la verdad. Por tanto todos tienen la capacidad de tomar decisiones, porque la verdad absoluta no existe” (Jorge Carvajal, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, mayo 2004). Todo depende de la circunstancialidad sociocultural de cada época.
b) El laicismo, que condena al arresto domiciliario lo religioso específico, las religiones existentes, especialmente lo católico, recluyéndolo al foro de la conciencia individual y dentro de los templos. Reserva los espacios públicos para lo común a todas las religiones. De ahí, fuera los signos religiosos (crucifijo, etc.,) de las calles, colegios, hospitales, colgantes al cuello mientras no se está en casa, eliminación de las clases de religión, etc.; asentamiento de la “escuela laica” (laicista), constitución laica, leyes laicas, etc.
c) El método masónico consiste en la necesidad  de someter cualquier tema o cuestión a la libre discusión de modo que la solución dependa de la capacidad dialéctica de los dialogantes o del parecer o voto de la mayoría. Por eso, “demócratas auténticos son los laicos”, o sea los laicistas, los masones, según afirmaba el Gran Maestro del Gran Oriente de Francia durante su visita a Asturias (España) el invierno 2007/2008.
d) El naturalismo, es decir la eliminación de todo lo sobrenatural (revelación divina, milagros, dogmas religiosos, etc.,). El hombre debe guiarse por la luz de los sentidos, de la experiencia, de la ciencia y de la razón, no por la luz de la fe religiosa.

Dentro de la masonería, ¿hay una unidad doctrinal y de objetivos? ¿Existe un dirigente máximo o un grupo de personas dirigentes a escala mundial?
Hay unidad doctrinal y de objetivos en la medida en que todas las Obediencias o Potencias (igual a distintas ramas del gigantesco árbol masónico) aceptan ciertamente y practican los principios ya señalados. Aunque lo han intentado, no hay una dirección suprema individual o colectiva (cf. capítulo III: ¿masonería o masonerías? en mi obra Masonería, religión y política, editorial Sekotia, Madrid 2013 -5ª edición- pp.63-84). En Iberoamérica aspiran a la unificación (organizativa, administrativa, etc.,) de las “masonerías” en una sola “masonería”. De ahí la existencia de la “Confederación de Masonería Interamericana” (CMI), fundada en Montevideo en 1947; la “Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS)”, de logias mixtas, masculinas-femeninas, fundada en 2002. A su 5º encuentro en Barranquilla (Colombia), año 2009, asistieron miembros de CIMAS de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Méjico, Perú y Uruguay; la “Confederación Americana de Grandes Logias Femeninas” fundada en Montevideo, año 2010, etc. Ahora tratan de unirse entre ellas para crear un solo “Espacio Masónico Americano”.

El jesuita Ferrer Benimelli ha dicho que es compatible ser católico con ser masón. A su juicio, ¿esto es posible? ¿Por qué la Iglesia siempre ha alertado sobre la incompatibilidad entre catolicismo y masonería?
En primer lugar, conviene tener en cuenta que Ferrer Benimelli se ha iniciado en la masonería y que su nombre iniciático o de uso interno es o al menos era hace pocos años “Danubio (Azul)”. Un tópico de los masones y de los escritores filomasónicos consiste en afirmar la posibilidad de la “doble pertenencia”, a saber, ser católico y masón al mismo tiempo, pues está superado el enfrentamiento radicalizado, la lucha solapada y descubierta, entre la masonería y la Iglesia, que hubo en tiempos pasados. El nuevo Código de Derecho Canónico (vigente desde el 27.11.1983) ha eliminado la excomunión explícita establecida en el anterior (canon 2335), promulgado el 27.5.1917. Pero más o menos implícitamente la conserva, aunque con un enunciado más genérico para las asociaciones “que pelean” contra la Iglesia católica: “El inscrito en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; pero quien promueve o dirige una asociación así sea castigado con entredicho” (cn. 1374).

El día anterior (26.11.1983) a la promulgación del nuevo Código, la Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, con la aprobación del papa san Juan Pablo II, publicó una Declaración sobre las asociaciones masónicas. En ella se afirma: “Se mantiene inmutable el juicio negativo de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido considerados siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por lo mismo la adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles que pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la sagrada comunión” (Acta Apostolicae Sedis, 76, 1984, p. 300).

Desde la primera condena pontificia de la masonería (Clemente XII, año 1738, tan solo 21 años después de la fundación de la masonería especulativa o moderna en 1717) hasta 1980 sigue una serie ininterrumpida de 371 documentos pontificios de cierta entidad y más de dos mil referencias papales  contra la masonería. Con excomunión y condena o sin ellas la masonería es y seguirá siendo “inconciliable” con la Iglesia católica a no ser que cambie sus “principios”, o sea, si no deja de ser masonería, la actual.

Está claro que no se puede ser católico y masón al mismo tiempo, ¿pero no hay algunos aspectos en que sean posibles la colaboración? 
Esta colaboración es posible en los grandes desafíos y tareas de la humanidad, por ejemplo, para erradicar enfermedades y epidemias, para combatir la pobreza, la injusticia, la corrupción, la discriminación, etc., en sus diversas manifestaciones. Pero es muy difícil e incluso arriesgado colaborar y dialogar con alguien que lo hace encapuchado y hasta disfrazado, aunque simule hacerlo a cara descubierta. Las religiones e ideologías terminan por conformar su respectiva cultura. Es más fácil enhebrar el diálogo intercultural que el interreligioso. Pero, hasta en este ámbito, el diálogo con la masonería encuentra especiales dificultades, pues, aparte del secreto masónico, su laicismo –abierta o solapadamente- aspira a arrinconar lo específico de las religiones, sobre todo del cristianismo.

¿Observa  vinculaciones entre la masonería y la práctica satánica? ¿Puede aportar nombres que mantengan o hayan mantenido esta práctica? 
En mi Diccionario enciclopédico de las sectas (B.A.C., Madrid 20135 s. v. demonismo) describo más de cien sectas demoniacas en las tres ramas del demonismo, a saber, el luciferismo, el satanismo y la brujería. Varias han sido fundadas por masones y otras muchas se han inspirado en la masonería. Pero la masonería no rinde culto a Satanás, sino a Lucifer. Según la doctrina cristiana, “Demonio, Lucifer, Satanás, etc.,” son términos sinónimos; la masonería los diferencia. La masonería venera a Lucifer. Los rituales de los grados 3º al 14º giran en torno a la leyenda de Jirán Abí (castellanización del hebreo Hiram Abif) insertada en la tradición luciferina.

Además, en el rito de iniciación del grado 29º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado Lucifer/Baphomet es llevado en “procesión” alrededor del “templo” o sala de reuniones. A su paso se le “adora” haciendo la genuflexión con la pierna izquierda, no con la derecha como los católicos ante el Santísimo o Jesucristo-Eucaristía. Para la masonería, Lucifer es –de acuerdo con la etimología de esta palabra- el “Portador de la Luz”. Lo representan como el Prometeo de la mitología griega erguido, en actitud desafiante, levantando el brazo con la antorcha en la mano, que despide llamaradas simbólicas de la luz de la Razón, de la Ilustración y de la Ciencia. Así estaba en el suelo junto al Rockefeller Center, sede de la Gran Logia Rockefeller, hasta que fue trasladado a las afueras de Nueva York en 1992.

Es evidente que durante siglos la masonería tuvo una actividad secreta de la que parece haber abdicado, ¿existen todavía logias que practiquen este ocultismo? 
Me sorprende esta pregunta. Los masones se presentan como una organización “discreta”, incluso se ha convertido en un tópico la frase del filósofo Johann G. Fichte (1762-1814), masón al menos desde que, en 1793, se inició en una logia de Danzig, “el mayor secreto de los masones es que no tienen ningún secreto”, si bien él añade: “se ha dicho a veces en broma”. Pero de hecho ha sido y es “secreta”. Más aún, según Giuliano di Bernardo, Gran Maestro del Gran Oriente de Italia y luego de la Gran Logia Regular de Italia, “lo específico de la antropología masónica es el secreto iniciático”, o sea, que puede conocerse, pero solamente se conoce iniciándose, haciéndose masón. Muestras evidentes de la naturaleza secreta de la masonería son la invención y uso del alfabeto masónico (además del básico, uno distinto en diferentes grados) si bien al parecer sus signos están cayendo en desuso, el “nombre simbólico” de uso exclusivamente interno, la escala de los grados (cada masón conoce los grados en los que se ha  iniciado, no los demás y superiores), sus organizaciones-pantalla, las logias encubiertas, las fraternidades masónicas y el juramento de guardar secreto de fórmula terrorífica (cf. M. Guerra, Masonería, religión y política,  pp. 45-62, etc.,).

¿Pero qué son o en qué consisten las fraternidades masónicas, las logias encubiertas y las organizaciones-pantalla de la masonería? 
Estas organizaciones han sido medios eficacísimos para influir en la sociedad y transformarla de cristiana en masónica, o sea, relativista, laicista, etc. (cf. Vea en miblog cómo ha influido e influye la masonería en la sociedad).

1) Las fraternidades masónicas (fraternelles maçonniques en francés) son logias de “hermanos” (frater en latín) o masones de la misma profesión, pero de cualquier Obediencia y Rito, de la misma o de diferentes naciones. Hay fraternidades de políticos (de distintos partidos; en caso de diferencia e incluso oposición entre las consignas de su partido y las de la masonería, prevalecen estas), de gobernantes, de parlamentarios, de profesores, de financieros, de miembros sindicales, de militares, de policías, etc.

Una de estas fraternidades médico-farmacéutica, capitaneada por Pierre Simon (1925-2008), Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, e integrada por masones médicos franceses, belgas, holandeses y suizos fue la que consiguió la separación de la sexualidad respecto de la procreación (legalización de los anticonceptivos) y esta de la paternidad (inseminación artificial), legalización del aborto, de la experimentación con embriones vivos, etc., directamente en los países francófonos e indirectamente –por imitación- en otros muchos países. Imagínese su repercusión en las naciones iberoamericanas.

2) Logias encubiertas son aquellas cuya existencia es conocida solamente por los masones pertenecientes  a las mismas y a los grados superiores (30º-33º). Sus miembros son masones de pleno derecho, pero sin obligación de asistir a las reuniones ordinarias de las logias. Son tan secretas –aunque menos que las fraternidades- porque de ordinario las componen personalidades políticas, militares, periodistas, etc., que así infiltran lo masónico más fácil y eficazmente en su entorno.
3) Las organizaciones-pantalla de la masonería. Carecen de vinculación visible con la masonería, pero están condicionadas totalmente por su pensamiento y directrices. No todos sus integrantes son masones; sus directivos son o masones generalmente no conocidos como tales o no masones, pero dóciles al talante y proyectos masónicos. Entre estas organizaciones descuellan las apellidadas “laicas” (o sea, laicistas) dedicadas a promover, por ejemplo, la educación masónica, es decir, la “escuela/ educación pública y laica”, a veces añaden “única”.

Se ha vinculado la masonería en muchas ocasiones con el intento de hacerse con el control político y económico mundiales, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Qué personas o grupos de poder estarían detrás de este objetivo?
Se aspira a la instauración de un Nuevo Orden Mundial (NOM) con una sola religión y ética (lo común a todas las religiones y a todas las éticas, despojado de lo específico de cada una de ellas), una moneda mundial, un ejército mundial, una banca mundial, un tribunal de justicia mundial, una lengua mundial (no se ha conseguido mediante el esperanto inventado por un masón), etc. Cada una de las fórmulas precedentes debería ir precedida del calificativo “nuevo/a”; a veces “global” sustituye a “mundial”. La Iglesia “católica”, o sea, universal, mundial, considera al NOM malo no en si mismo, sino en la medida en que sea relativista y laicista, y, por ello, necesitado de una “nueva evangelización”.
Los masones han sido y siguen siendo uno de los factores del NOM, probablemente el principal. Y esto ya desde L´Encyclopedie. Precisamente fue el Duque D´Antin, el primer Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, el que, en 1738, propuso, como corolario de la nueva moral universal y de la unidad del género humano, redactar la Enciclopedia francesa, portavoz del racionalismo, del naturalismo y de la Ilustración. Su proyecto se discutió en las logias teniendo a los masones Diderot y D´Alambert como abanderados. El primer paso oficial hacia el NOM fue la Sociedad de Naciones, llamada “criatura de la masonería” (Epiphanius), “superestado masónico” (Leon de Poncins). El seis de diciembre de 1916 el Gran Oriente y la Gran Logia de Francia  remitieron a todas las logias de la Tierra la invitación para participar en la celebración de una reunión en orden a poner en marcha la Sociedad de Naciones. Tras varias reuniones en las logias y de políticos fuera de ellas, uno de los presidentes masones de EE.UU, Wilson, adoptó básicamente los 13 puntos de un congreso masónico y, en enero de 1918, anunció la creación de la Sociedad de Naciones en el último de sus 14 puntos. La Sociedad de Naciones fue disuelta en abril de 1946 y sus bienes traspasados a la ONU, recién creada. “Más del 50%” de sus funcionarios y representantes, según una fuente autorizada, pertenecen a la masonería. La institución de la Sociedad de las Naciones fue un modo de celebrar el segundo centenario de la fundación de la masonería moderna (1717-1917). ¿Qué estarán preparando para la celebración de su tercer centenario (2017)? Todos los indicios apuntan hacia la promoción del sincretismo religioso, un paso decisivo para implantar lo común a todas las religiones. ¿La creación de un centro religioso global, gerente de lo religioso, vinculado a la ONU, con el cual deberán relacionarse los dirigentes de todas las religiones, como acaba de afirmar (julio, 2014) el masón José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del gobierno español (2004-2011) y como poco después ha propuesto el masón Simon Peres, expresidente de Israel, al papa Francisco?

Pero el poderío, más que en manos de los políticos, está en las de los grandes financieros. Véase la clarividente prospectiva de Pío XI sobre “el imperialismo internacional del dinero” en su encíclica Quadragesimo anno (nºs 39-40; 15.5.1931). Mas los agentes del “imperialismo económico” tienen también la marca de la escuadra y el compás: los Rockefeller, los Rothschild, Morgan, etc. “Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importa quién la gobierna” (Rothschild). Son propietarios de bancos, de fundaciones y compañías financieras, de universidades (educación de los futuros dirigentes), etc.; ejercen un influjo enorme y a veces controlan la Reserva Federal de EE.UU., el  Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Bilderberggroup, la Trilateral, etc., (cf. Masonería, religión y política…, pp. 259-292, 375-394).

Cuando los últimos Papas han alertado de la existencia de “jabalíes” (Benedicto XVI) dentro del Vaticano, ¿se referían a que la masonería se hubiera infiltrado en él? ¿Hay obispos masones o personajes eclesiásticos relevantes vinculados con la masonería? 
No recuerdo si Benedicto XVI ha usado la metáfora “jabalíes” hozando dentro del Vaticano. Pero ciertamente ha habido dos logias que celebraban sus reuniones en el Vaticano. Supongo que ya habrán  desaparecido. Más aún, sé que algunas personas de un gobierno iberoamericano, en su gira por Europa, participaron en la “tenida” (tecnicismo masónico para designar las “reuniones” de sus logias), celebrada en el territorio del Estado vaticano. Parece lógico y hasta obvio que la masonería haya pretendido atraer a miembros del clero católico. En la Iglesia hay “trigo y cizaña”, justos y pecadores. La Iglesia, atenta a la advertencia de su fundador, Jesucristo, debe y sabe esperar para no confundirlos y no arrancar antes de tiempo lo que es o puede ser trigo, aunque parezca e incluso sea cizaña en un momento de su existencia. Sobre los nombres, pueden verse varios en mi libro Masonería, religión y política (pp.148-153, 402, etc.). Los he consignado para que si algún obispo, presbítero o religioso siente la tentación de iniciarse en la masonería y se ha olvidado del santo temor de Dios, al menos no lo haga por temor del juicio de la historia. Pues, como dijo Jesucristo aunque en otro contexto, “Nada hay encubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse” (Lc 12,2).

¿Existen vínculos entre las logias y la reivindicación de los nuevos derechos como la ideología de género, matrimonios homosexuales, aborto, etcétera?
Sócrates dijo que “la impropiedad en el lenguaje daña no solo al idioma, sino también al alma”. Por eso, ha sonado la hora de corregir el uso vulgar de algunas palabras diciendo “uniones homosexuales”, no “matrimonio”; “hombres y mujeres de tendencia homosexual”, no “los/las homosexuales”. La ciencia ha demostrado que, en el ADN o código genético de todos los individuos, hay gen masculino y gen femenino; no “gen homosexual”.

La masonería –no necesariamente todos los masones- ha sido tradicionalmente la promotora del divorcio, control demográfico de la natalidad, de la anticoncepción, del aborto, de la eutanasia, de la homosexualidad, etc. Una “plancha” (documento masónico) del 12.3.1912 manda a todas las logias argentinas promover “candidatos liberales en la próximas elecciones de diputados”. ¿Por qué?: “Pues en el próximo periodo parlamentario  han de discutirse proyectos tendentes a liberalizar nuestra legislación, proyectos como el del divorcio que no son votados sino por representantes que profesan ideas liberales”. ¿Cómo hacer dicha promoción? “En forma profana”, es decir, “sin que los profanos (tecnicismo masónico designativo de los no masones) “capten que reciben directrices de la masonería”. De nuevo el secreto y su eficacia (Cf. comprobantes en Maurice Caillet, Yo fui masón, Libros Libres, Madrid 2008. El autor, médico ginecólogo,  fue masón durante 15 años, Venerable Maestro o director de una logia antes de bautizarse católico en 1987); en mi Masonería, religión y política (pp. 342-349), también Cómo cambiar la sexualidad humana y su ética en el blog ya citado.

¿Hay acuerdos o contactos entre los masones y los grupos islámicos radicales, como el Estado Islámico? ¿Tiene datos al respecto? 
La masonería y el islam son antípodas. En el islam se regula todo (no solo el culto y la ética, también lo político, administrativo, judicial, comercial, penal y hasta la indumentaria) por El Corán y La sunna o “tradición” (lo que Mahoma dijo e hizo, pero que no está escrito en El Corán). Los yihadistas (jihad es igual “lucha acética”, “guerra santa”) o musulmanes radicales tratan de imponer el islam e implantar la sharia o régimen teocrático por la fuerza terrorista y bélica. Al contrario, el laicismo masónico recluye lo religioso en el foro de la conciencia y dentro de los templos. Luego parece ilógico y hasta imposible que exista vinculación alguna entre masonería y el Estado Islámico.

De hecho la masonería ha estado prohibida en todo el mundo islámico, excepto en Turquía, Marruecos y Líbano. No obstante, desde mediados del siglo XIX aparecen logias en los países musulmanes, cada una de ellas vinculada con otra europea (francesa, inglesa, alemana o italiana), pero sus miembros son durante mucho tiempo –en su gran mayoría-  extranjeros (diplomáticos, comerciantes, etc.,) o nativos de religiosidad islámica débil y deslumbrados por el progreso europeo cristiano. La “Primavera árabe” de 2011, de impronta occidental probablemente con infiltraciones masónicas, ha sido un enfrentamiento mal calculado y por procedimientos no democráticos. Antes, en Turquía, tras diversas vicisitudes,  Mustafá Kemal, conocido por Atartük (“Padre de los turcos”), proclamó la República Turca en 1923 e introdujo el estado confesional masónico, transformando bruscamente el fundamentalismo islámico en otro laicista, masónico. Lo consiguió haciendo numerosos “mártires” entre los practicantes y defensores del islam tradicional. Su laicismo radical perjudicó también a los cristianos (prohibición de construir iglesias nuevas con la primera excepción en 2011; vedado a los cristianos el poder seguir la carrera militar, prácticamente incluso el ser soldado, etc.,). El presidente actual Erdogan, aunque masón,  va suavizando la radicalidad del laicismo turco.

“El genocidio armenio fue obra del Estado masónico” (Bernard Antony). En tres años masacraron a algo más de dos millones de armenios cristianos y un elevado número de sirocaldeos católicos por un decreto (febrero, 1915) de un gobierno en el cual era masón sobre todo el fanático nacionalista Nazim Bey. En 1922 el también masón Atartük eliminó a 150.000 armenios más que se habían refugiado en Cilicia. Piénsese en los cristianos perseguidos en nuestros días por el Estado Islámico y su proyecto de “califato” sirio-iraquí.

¿Puede facilitar algunos datos sobre el influjo de la masonería en la independencia de Hispanoamérica y en su evolución posterior?
Los principales factores de la independencia de la América española y de Filipinas pueden resumirse en los siguientes: la imitación de la independencia de EE.UU., la emergencia nacional española (Guerra de la Independencia contra Napoleón), las aspiraciones de los criollos (hijos de español e indígena o viceversa), el levantamiento de Riego y la masonería que actuó en y detrás de las causas anteriores. Las primeras logias en suelo americano de lengua española, ya antes de las luchas por la independencia, se formaron en las islas del Caribe: la fundada en Jamaica (año 1735) y en la Habana (Cuba) en 1762 por la masonería inglesa, la de Martinica por la francesa (en 1935) y por una logia de Pennsylvania (EE.UU.) en la isla Trinidad.

Desde la perspectiva masónica el cerebro e ideólogo de la independencia sudamericana fue Sebastián Francisco de Miranda (1750-1816), nacido de padre militar español en Caracas. En 1798 fundó en Londres la logia Gran Reunión Americana. Entre sus miembros descuellan Simón Bolívar (libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú), José San Martín (Argentina, Perú), Bernardo O´ Higgins (Chile). A su vez, personalmente o por medio de amigos suyos, fundó en 1800 la logia Caballeros Racionales número 7 en Cádiz (España), a la cual pertenecieron José San Martín, Manuel Belgrano (creador de la bandera argentina), etc. Bernardo O´Higgins fundó a principios del siglo XIX en Cádiz la Logia Lautaro en homenaje al cacique araucano Lautaro, protagonista del poema épico de la conquista de Chile: La Araucana de Alonso de Ercilla. Réplicas de la gaditana con el mismo nombre y programa masónico-político (independencia de Chile y Perú pasando desde Argentina) florecieron en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Lima, Santiago de Chile, etc.

“Las logias dirigentes de América meridional hicieron frente común con las logias de América septentrional, primero para vencer a la Corona de España y después a la Iglesia católica. De este modo nació la dependencia –que marcará toda la historia y que continúa hasta hoy- del Sur respecto del Norte (Estados Unidos)” (Vittorio Messori, Las leyendas negras de la Iglesia, Planeta, Barcelona 1996, p. 45-52). Dos masones: Jorge Blascke y Santiago Río (La verdadera historia de los masones, Planeta, Barcelona 2006, p. 139) reconocen: “Es importante mencionar que al igual que Napoleón utilizó las logias masónicas existentes para controlar su imperio, Gran Bretaña las utilizó para controlar la Commowealth”.

Es evidente el influjo de la masonería en la evolución posterior de los países hispanoamericanos hasta nuestros días, especialmente en Méjico, Uruguay, etc., (cf. Masonería, religión y política, pp. 239-258) y su animosidad contra la Iglesia católica. Algunos gobernantes masones han cedido a la tentación de dividir a la Iglesia católica procurando concentrar en su persona el poder supremo en todos los ámbitos, también en el religioso, mediante la fundación de las llamadas “iglesias nacionales” o “patrióticas, por ejemplo, el presidente mejicano Plutarco Calles en 1925, la Iglesia Justicialista Argentina (año 1955) en el periodo final del gobierno de Domingo Perón, proyectada por Pedro Ruiz Badanelli, sacerdote andaluz residente en Santa Fe (Argentina). Al retornar el peronismo al poder, la nostalgia de una iglesia nacional peronista cuajó en la Iglesia Católica Apostólica Americana  dirigida por Pedro R. Badanelli y por José López Rega, miembro de la logia encubierta italiana P2 y adepto de la secta esotérica Anael. En junio de 1970 fundaron la Iglesia Católica Apostólica Argentina, que todavía conserva una existencia residual en algunas zonas bonaerenses. Evo Morales pretende (año 2013) instaurar en Bolivia una iglesia nacional, la Iglesia Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional, expresión de la religión de la Pachamama (diosa Madre Tierra”). Defiende el matrimonio de los homosexuales, también de los sacerdotes, el aborto, etc. Su “arzobispo primado” será Ariel Ticona, sacerdote expulsado de la Iglesia católica por su mal comportamiento. Recuérdese la actitud prepotente y hostil de Hugo Chávez hacia la Iglesia católica en Venezuela; consiguió iniciarse en la masonería, aunque alguna vez había sido rechazado, según ha revelado Michel Barrat, Gran Maestro de la Gran Logia de Francia.

¿Y concretamente qué puede decirnos de la masonería en Chile?
Ya he aludido a la presencia de la Logia Lautaro en Santiago de Chile y a su vinculación con Chile hasta por su misma denominación. Al menos 14 presidentes de los gobiernos chilenos han sido masones desde Manuel Blanco Encalada, considerado el primer presidente de la República chilena por los masones, hasta Salvador Allende y la actual presidenta, Michelle Bachelet. En Chile hay ahora unos 40.000 masones. La Obediencia o rama masónica más importante es la Gran Logia de Chile (GLCh), fundada en 1862 con 90 logias y triángulos (se llama así –no logia- el grupo de masones con menos de seis miembros, a veces no pueden ser más, por ejemplo, en un barco) en 1959, 197 en el 2012. Otras Obediencias: la Gran Logia mixta (hombres-mujeres) de Chile con 40 logias y triángulos (algunos de estos con miembros en Perú), la Gran Logia Femenina de Chile (de solo masonas), el Gran Oriente Masónico Chileno. La masonería ha prestado siempre suma atención a la formación de los niños y jóvenes, empeñada en imponer en la medida de lo posible la “educación/escuela laica (laicista)”.

Algunos medios se hicieron eco de que masones habían aplaudido la elección del papa Francisco, ¿tendría algún fundamento una posible vinculación o bien es expresión de que este Pontífice quiera llegar a todas las “periferias”, sean de cualquier signo? ¿Qué retos y normas de prudencia deberían llevar a los católicos a secundar esto conservando la identidad católica?
Tras la elección del papa Francisco fue sorprendente la reacción jubilosa de personas y de medios de comunicación social tradicionalmente indiferentes e incluso hostiles hacia la Iglesia. Habría sido plenamente satisfactoria si no hubiera habido otras personas, generalmente católicas practicantes –también de personalidades influyentes en la opinión pública-, preocupadas y desconcertadas por la espontaneidad del papa Francisco en algunas palabras y gestos suyos, a veces interpretados fuera de su contexto. He tenido bastantes consultas de personas de ambos grupos, ciertamente más del segundo que del primero.

¿Cómo proceder? pregunta. Jesucristo comparó “el reino de los cielos”, su Iglesia, con “la semilla sembrada en un campo” (Mt 13-24-32). En orden a la cosecha, lo decisivo es la semilla misma y su dinamicidad interna, o sea, la virtualidad por la cual una bellota se transforma en encina, el embrión humano en un hombre adulto, si no es tronchado, abortado. Quien siembra trigo cosecha trigo, poco o mucho pero trigo, no patatas ni racimos de uvas. Lo importante y decisivo en la Iglesia es su ser mismo, su dinamicidad recibida de su fundador, Jesucristo. Pero la abundancia o escasez de la cosecha está condicionada también por el entorno: calidad del “campo” o terreno, la lluvia, el clima. La Iglesia debe conservar el Depositum fidei y transmitir el mensaje evangélico, Jesucristo mismo. Pero la eficacia apostólica depende también de su adaptación al entorno sociocultural. Se resume en el principio formulado por Benedicto XV: “No nova, sed noviter” (encíclica Ad beatissimi, 1.10.1914), o sea, “no verdades/normas éticas nuevas” en cuanto a su contenido, sino las verdades de siempre expuestas “de modo nuevo”, renovado, adaptado a la actual circunstancialidad histórica. No cabe duda que el entorno sociocultural ha cambiado notablemente respecto al de hace un siglo o poco más. El clima o paradigma cristiano de entonces está siendo sustituido por otro relativista, sincrético, laicista y naturalista, o sea, masónico. Por lo mismo, toca insistir en “la nueva evangelización”. Puede surgir así la tensión, la división interna y hasta la ruptura.

Los llamados “pecados históricos” de la Iglesia, o sea, los cometidos por sus hijos a lo largo de su existencia bimilenaria, de los que pidió perdón san Juan Pablo II (guerras de religión, métodos coactivos de la Inquisición, divisiones internas en la Iglesia, violencias durante las Cruzadas, etc.), coinciden siempre en su genética, a saber, el contagio de lo que nuestro entorno sociocultural tiene de no cristiano ni auténticamente humano: el relativismo, el laicismo, el sincretismo religioso, el naturalismo, la alteración grave de la sexualidad humana y de su ética, la cultura de la muerte, la marginación de los pobres (de dinero, de cultura, de salud, etc.) y más necesitados. Es necesario adaptarse, pero arriesgar la dinamicidad interna de la Iglesia sin fidelidad a su misión y mensaje, dejaría de ser la Iglesia de Jesucristo.

A todos los católicos nos toca adaptarnos a la nueva circunstancialidad, pero tratando de ser santos y apóstoles; orar por la unidad interna de la Iglesia vertebrada en torno al Papa y a los obispos en comunión con él con fidelidad a su magisterio y gobierno; orar por el Papa, por su persona e intenciones como el mismo insiste sin cesar desde su primer aparición pública el día de su elección; no dejarnos arrastrar por el prurito de lo nuevo solo por ser novedoso  y, en fin, incluso exponer nuestro parecer pensado y orado que la tecnología moderna facilita tanto. Si los papas  del Renacimiento, contagiados del clima de su tiempo, hubieran sido más orantes y evangelizadores y menos promotores de obras de arte y defensores político-militares de los Estados pontificios, ¿habría prendido la mecha encendida por Lutero, entre otros pretextos, por la cuestión de las indulgencias en parte de finalidad crematística y artística?  Recuérdense las peripecias entre el papa Julio II y Miguel Ángel en la película El tormento y el éxtasis. En situaciones cruciales los santos son los que aciertan a intervenir en sintonía con el querer de Dios, también los que hacen la corrección fraterna, incluso a los papas, a veces con palabras un tanto desabridas aunque sin chismorreos, por ejemplo, santa Brígida, santa Catalina de Siena (papas en Avignon) sin olvidar a quien merece ser declarada oficialmente santa: Isabel la Católica (Alejandro VI).

Siempre hay que aplicar la sentencia atribuida a san Agustín después que lo hizo san Juan XXIII –aunque sin especificar la cita- en su primera encíclica Ad Petri cathedram, pero que pertenece a un autor del siglo XVII: “In necessariis unitas, in dubiis libertas et in omnibus caritas”, o sea, “en lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; y en todo (o siempre), caridad”, comprensión.






Bofetadas laicas

Los Obispos del Sínodo ya habían retirado estas palabras estúpidas que uno de ellos (entre cientos) logró meter en un borrador de documento asqueroso que salió a mitad de camino y fue recibido con sorpresa y disgusto por más de 3/4 de los padres sinodales (cálculo del Cardenal Pell).

Pero un laico español, anticlerical como se debe —que es pedirles a los curas que sean santos y no moscas—, igual no lo deja pasar. Y a su favor trae a dos pecadores —como lo somos todos— que no están dispuestos a cambiar la verdad para sentirse mejor y terminar con ello de arruinar su vida.

Leed, en ABC.


JUAN MANUEL DE PRADA
Puesto que todas las personas, como criaturas de Dios, tienen dones y cualidades valiosos, ¿a qué se debe esa mención especial a los homosexuales?
A los católicos se nos pidió que hiciéramos lío, pero de momento sólo han conseguido que nos liemos; y un cachondo podría añadir incluso (y no le faltaría razón) que nos han hecho la picha un lío. En la relación del sínodo sobre la familia y otras finas hierbas se leen perogrulladas y sofismas de este jaez: «Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana». Para descubrir la naturaleza a la vez perogrullesca y sofística de la afirmación, basta sustituir «homosexuales» por «gordas», «negras», «rubias», «dedicadas al cultivo del champiñón» o «con úlcera gástrica»; cualquier epíteto o sintagma, en fin, que complemente al sustantivo «personas» sirve, de donde se desprende que cualquier persona puede tener (¡para dar y tomar!) dones y cualidades muy provechosos para la comunidad cristiana; y muy especialmente para sus obispos, que antaño tenían visión de águila (como su etimología indica), pero que hogaño parecen cegatos como topos, o tal vez sea que estén lanzando patéticos guiños de puta vieja a la corrección política. A esto, en el lenguaje del Apocalipsis, se le llama fornicar con los reyes de la tierra; en lenguaje evangélico, dar al César lo que es de Dios; y, en román paladino, rendir pleitesía al mundo.
Puesto que todas las personas, como criaturas de Dios, tienen dones y cualidades valiosos, ¿a qué se debe esa mención especial a los homosexuales? ¿Acaso se insinúa que, por el hecho de serlo, son personas más dotadas y cualificadas que el resto de los mortales? ¿Se pretende afirmar que, por ser homosexual, una persona se libra de ser envidiosa, soberbia, vulgar, aburrida, soplagaitas o tonta del culo? Una frase tan perogrullesca y sofística, tan meliflua y delicuescente, sólo revela un afán majadero, como de gozquecillo que menea el rabo, por halagar servilmente la mentalidad de la época, por ofrendar incienso al César; y, además, elude de forma blandulosa y pusilánime la llamada a la conversión de Cristo, que sin duda descubrió cualidades y dones valiosísimos en la mujer adúltera, a la que sin embargo dijo: «No peques más».
Pero, ¡vaya si hay homosexuales llenos de dones y cualidades! Por la pluma de algunos habla el Espíritu Santo; y convendría que los obispos, en lugar de leer mamarrachadas kasperosas, se dedicaran a leer a estos homosexuales egregios, para liberarse de la degradante esclavitud de la corrección política. Pier Paolo Pasolini, por ejemplo, en sus Escritos corsarios, se revuelve contra los cínicos y los moderaditos que han pretendido adulterar el sentido radical de la célebre frase evangélica «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»: «Porque lo que Cristo quería decir no podía ser, de ningún modo, “complácelos a ambos, no te busques problemas, concilia los aspectos prácticos de la vida social con tu vida religiosa, procura nadar y guardar la ropa estando a bien con los dos, etcétera”». También podrían leer estos obispos del sínodo aquel pasaje sublime del De profundis en que un Oscar Wilde arrepentido de sus pecados pretéritos afirma: «Claro está que el pecador ha de arrepentirse. Pero, ¿por qué? Sencillamente porque de otro modo no podría comprender lo que ha hecho. El momento del arrepentimiento es el momento de la iniciación. Todavía más: es el medio por el que uno altera su pasado. Los griegos lo tuvieron por imposible. A menudo dicen en sus aforismos: “Ni los dioses pueden alterar el pasado”. Cristo demostró que el pecador más vulgar podía hacerlo. Que era justo lo que podía hacer».
Pasolini y Wilde: dos homosexuales llenos del don divino de decir verdades como puños. Algunos liantes con solideo deberían aprender de ellos.

domingo, octubre 19, 2014

Magister, bien informado

Sandro Magister es uno de los más agudos y bien informados vaticanistas.

Al Cardenal Kasper lo han pillado en tres problemas serios: atentar contra la verdad católica, pedir que no se haga caso a los africanos —en un ejercicio admirable de racismo y xenofobia— y mentir diciendo que no había dicho lo que dijo (pero el periodista calumniado subió el audio a Internet).

Ahora Magister cuenta otras verdades en perspectiva. Es parcial, sin duda; pero no miente.


La verdadera historia de este sínodo. Director, ejecutores, ayudantes

Nuevos paradigmas sobre divorcio y homosexualidad ya son normales en los vértices de la Iglesia. No se ha decidido nada, pero Francisco es paciente. Un historiador americano confuta las tesis de "La Civiltà Cattolica"

de Sandro Magister



ROMA, 17 de octubre de 2014 – "Ha vuelto a soplar el espíritu del Concilio", ha dicho el cardenal filipino Luis Antonio G. Tagle, estrella emergente de la jerarquía mundial, además de historiador experto en el Vaticano II. Y es verdad. En el sínodo que está a punto de concluir hay muchos elementos comunes con lo que sucedió en ese gran acontecimiento.

La semejanza más llamativa es la separación entre el sínodo real y el sínodo virtual transmitido por los medios de comunicación.

Pero hay una similitud aún más sustancial. Tanto en el Concilio Vaticano II como en este sínodo, los cambios de paradigma son el producto de una cuidada y atenta dirección. Un protagonista del Vaticano II como don Giuseppe Dossetti – habilísimo estratega de los cuatro cardenales moderadores que estaban al mando de la maquinaria conciliar – la reivindicó con orgullo. Dijo "haber dado un vuelco a la suerte del Concilio" gracias a su capacidad para pilotar la asamblea, aprendida en su experiencia política anterior como líder del mayor partido italiano.

También en este sínodo ha sucedido lo mismo. Tanto la apertura a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil – y, por lo tanto, la admisión por parte de la Iglesia de las segundas nupcias – como el impresionante cambio de paradigma en el tema de la homosexualidad introducido en la "Relatio post disceptationem", no habrían sido posibles sin una serie de pasos hábilmente calculados por quien tenía, y tiene, el control de los procedimientos.

Para entenderlo, basta recorrer las etapas que han llevado a este resultado, aunque el final provisional del sínodo - como se verá - no ha cumplido las expectativas de sus directores.

El primer acto tiene por protagonista al Papa Francisco en persona. El 28 de julio de 2013, en la rueda de prensa en el avión que lo llevaba de vuelta a Roma después de su viaje a Brasil, él lanza dos señales que tuvieron un impacto fortísimo y duradero en la opinión pública.

El primero, sobre el trato a los homosexuales:

"Si una persona es homosexual y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".

El segundo, sobre la admisión de las segundas nupcias:

"Un paréntesis: los ortodoxos siguen la teología de la economía, como la llaman, y dan una segunda posibilidad [de matrimonio], lo permiten. Creo que este problema - cierro el paréntesis - se debe estudiar en el marco de la pastoral matrimonial".

Sigue en octubre de 2013 la convocatoria de un sínodo sobre la familia, primero de una serie de dos sínodos sobre el mismo tema en el arco de un año, con decisiones pospuestas al final del segundo de ellos. Como secretario general de esta especie de sínodo permanente y prolongado el Papa nombra a un nuevo cardenal con ninguna experiencia al respecto, pero muy cercano a él: Lorenzo Baldisseri, al lado del cual, como secretario especial, nombra al obispo y teólogo Bruno Forte, anteriormente exponente de relieve de la línea teológica y pastoral que había tenido su faro en el cardenal jesuita Carlo Maria Martini y a sus mayores adversarios en Juan Pablo II primero y en Benedicto XVI después: una línea declaradamente abierta a un cambio en la enseñanza de la Iglesia en campo sexual.

A la convocación del sínodo se asocia el lanzamiento de un cuestionario a nivel mundial con preguntas específicas sobre las cuestiones más controvertidas, incluidas la comunión a los que se han vuelto a casar y las uniones homosexuales.

Gracias a este cuestionario - al que seguirá la publicación intencionada de las respuestas por parte de algunos episcopados de lengua alemana - se genera en la opinión pública la idea de que se trata de cuestiones que ya hay que considerar "abiertas", no sólo en la teoría, sino también en la práctica.

Da prueba de esta huida hacia adelante, por ejemplo, la archidiócesis de Friburgo, en Alemania, dirigida por el presidente de la conferencia episcopal alemana, Robert Zollitsch el cual, en un documento de su oficina pastoral, anima al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar sobre la simple base de una "decisión de conciencia".

Desde Roma, el prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, el cardenal Gerhard L. Müller, reacciona publicando el 23 de octubre de 2013 en "L'Osservatore Romano" una nota suya, que ya había sido publicada en Alemania, con la que vuelve a confirmar y explica la prohibición de la comunión.

Sin embargo, su recordatorio no hace que la archidiócesis de Friburgo retire ese documento; al contrario, tanto el cardenal alemán Reinhard Marx como, con palabras más groseras, el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga critican a Müller por su "pretensión" de troncar la discusión en materia. Tanto Marx como Maradiaga forman parte del consejo de ocho cardenales llamados por el Papa Francisco para asistirlo en el gobierno de la Iglesia Universal. El Papa no interviene en apoyo de Müller.

El 20 y el 21 de febrero, los cardenales se reúnen en Roma en consistorio. El Papa Francisco les pide debatir sobre la familia y delega la relación de introducción al cardenal Walter Kasper, combativo defensor en los primeros años Noventa de superar la prohibición de la comunión a los casados en segundas nupcias pero derrotado, en esa época, por Juan Pablo II y Joseph Ratzinger.

En el consistorio, a puertas cerradas, Kasper vuelve a relanzar las tesis de entonces. Numerosos cardenales se oponen, pero Francisco lo gratifica con grandes elogios. A continuación, Kasper dirá que había "concordado" con el Papa sus propuestas.

Además, Kasper recibe del Papa el privilegio de romper la reserva sobre cuanto dicho por él en el consistorio, a diferencia de los otros cardenales. Cuando el 1 de marzo su relación sale publicada por sorpresa en el diario italiano "Il Foglio", la misma relación está de facto ya en proceso de impresión en la editorial  Queriniana. El eco de la publicación es inmenso.

A inicios de la primavera, para equilibrar el impacto de las propuestas de Kasper, la congregación para la doctrina de la fe programa la publicación en "L'Osservatore Romano" de una intervención de signo opuesto de un cardenal de primer plano. Pero contra la publicación de este texto se dispara la prohibición del Papa.

Sin embargo, las tesis de Kasper son objeto de unas críticas severas y razonadas por parte de un buen número de cardenales, que intervienen en distintas ocasiones en los órganos de prensa. En la vigilia del sínodo, cinco de estos cardenales vuelven a publicar en un libro sus intervenciones anteriores, complementadas con ensayos de otros estudiosos y de un alto dirigente de la curia, jesuita, arzobispo, experto en la praxis matrimonial de las Iglesias orientales. Kasper, con un amplio consenso de los medios de comunicación, deplora la publicación del libro como afrenta cuyo fin es atacar al Papa.

El 5 de octubre inicia el sínodo. Contrariamente a lo que se hacía en el pasado, las intervenciones en el aula no se dan a conocer al público. El cardenal Müller protesta contra esta censura. Pero en vano. Una prueba más, dice, de que "no formo parte de la dirección".

La central operativa del sínodo la forman los secretarios general y especial, Baldisseri y Forte, flanqueados por los que se ocuparán de la redacción del mensaje y la "Relatio" finales, elegidos por el Papa y todos ellos pertenecientes al "partido" del cambio, con a la cabeza su "negro" de confianza Víctor Manuel Fernández, arzobispo y rector de la Universidad Católica de Buenos Aires.

Que esta es la verdadera cabina de dirección del sínodo es algo que se hace patente de manera clamorosa el lunes 13 de octubre, cuando ante más de doscientos periodistas de todo el mundo, el cardenal delegado que figura como el autor formal de la "Relatio post disceptationem", el húngaro Péter Erdõ, preguntado sobre los párrafos concernientes a la homosexualidad, se niega a responder y cede la palabra a Forte diciendo: "Quien ha redactado este pasaje debe saber qué decir".

A la petición de aclarar si los párrafos sobre la homosexualidad pueden ser interpretados como un cambio radical en la enseñanza de la Iglesia en materia, de nuevo el cardenal Erdõ responde: "¡Ciertamente!", marcando también aquí su desacuerdo.

Efectivamente, estos párrafos reflejan no una orientación expresada en el aula por un número consistente de padres – como uno espera leer en una "Relatio" – sino las cosas dichas por no más de dos de ellos, sobre casi doscientos, en especial por el jesuita Antonio Spadaro, director de "La Civiltà Cattolica", nombrado miembro del sínodo personalmente por el Papa Francisco.

El martes 14 de octubre, en rueda de prensa, el cardenal sudafricano Wilfrid Napier denuncia con palabras cortantes el efecto de la prevaricación llevada a cabo por Forte incluyendo en la "Relatio" esos explosivos párrafos. Esos, dice, han puesto a la Iglesia en una posición "irredeemable", irreversible. Porque "el mensaje ya ha salido: esto es lo que dice el sínodo, esto es lo que dice la Iglesia. A este punto no hay corrección posible, todo lo que podemos hacer es intentar limitar los daños".

En realidad, en los diez círculos lingüísticos en los que los padres sinodales prosiguen la discusión, la "Relatio" sale al encuentro de una masacre. Empezando por su lenguaje "touffu, filandreux, excessivement verbeux et donc ennuyeux" ("denso, enrevesado, excesivamente verboso y, por lo tanto, aburrido"), como denuncia el despiadado relator oficial del grupo "Gallicus B" de lengua francesa, a pesar de que incluye dos ases de dicho idioma – y de sus contenidos igualmente vagos y equívocos – como los cardenales Christoph Schönborn y Godfried Danneels.

El jueves 16 se retoman las sesiones en el aula y el secretario general Baldisseri, que tenía a su lado al Papa, da el aviso de que las relaciones de los diez grupos no se harán públicas. Explota la protesta. El cardenal australiano George Pell, con físico y temperamento de jugador de rugby, es el más intransigente a la hora de exigir la publicación de los textos. Baldisseri cede. El mismo día, el Papa Francisco se ve obligado a integrar el pool encargado de escribir la relación final, e incluye al arzobispo de Melbourne Denis J. Hart y, sobre todo, al combativo cardenal sudafricano Napier. 

El cual, sin embargo, había acertado. Porque cualquiera que sea la desembocadura de este sínodo programáticamente privado de una conclusión, el efecto deseado por sus directores ha sido, en buena medida, alcanzado. 

De hecho, tanto sobre la homosexualidad como sobre el divorcio y las segundas nupcias, el nuevo verbo reformador incluido a pesar de todo en el circuito mundial de los medios de comunicación vale más que el favor que las propuestas de Kasper o de Spadaro han efectivamente recogido entre los padres sinodales.

El partido podrá durar mucho. Pero el Papa Francisco es paciente. En la "Evangelii gaudium" ha escrito que "el tiempo es superior al espacio".

sábado, octubre 18, 2014

El Papa al final del Sínodo: custodiar la Iglesia

La homilía del Papa Francisco da en el tono de lo que los católicos podemos esperar: luces nuevas, cambios para enfrentar situaciones cambiadas —algunas muy difíciles—, fidelidad a la doctrina y a la praxis precedente (es decir, que no se podrá adoptar una praxis pastoral que contradiga la doctrina católica).

El Papa y los Obispos no pueden hacer lo que les dé la gana. De ahí su esfuerzo por deliberar para acertar con la Voluntad de Dios.

Leed (de News.va).

La Iglesia es de Cristo; los Obispos y el Papa tienen que custodiarla como servidores: discurso del Santo Padre al final del Sínodo



2014-10-18 Radio Vaticana
(RV).- Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud, finalizados los trabajos del Sínodo, el Papa se dirigió a todos los participantes: “Puedo decir serenamente que -con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad- hemos vivido verdaderamente una experiencia de "sínodo", un recorrido solidario, un "camino juntos"- expresó. Y siendo un "camino" -como todo camino- hubo momentos de profunda consolación, escuchando el testimonio de pastores verdaderos y los testimonios de las familias que han participado del Sínodo. Y también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación.

Seguidamente Francisco dibujó un mapa de posibles tentaciones: La tentación del endurecimiento hostil; del “buenismo destructivo”. La tentación de transformar la piedra en pan y el pan en piedra; la tentación de descender de la cruz; de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o, por otra parte, ¡la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje inflado para decir tantas cosas y no decir nada!”.

El Sucesor de Pedro afirmó que las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar. Si Jesús fue tentado, sus discípulos no deben esperarse un tratamiento mejor. Esta es la Iglesia –dijo el Papa-, que no tiene miedo de arremangarse las manos para derramar el olio y el vino sobre las heridas de los hombres; que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas, compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia que busca ser fiel a su Esposo y a su doctrina; que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y publicanos; que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo los justos o aquellos que creen ser perfectos!
Y concluyó sosteniendo que cuando la Iglesia se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei de aquel sentido sobre natural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.

Dijo que “la Iglesia es de Cristo y todos los Obispos con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor; el garante de la obediencia, de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, aunque – por voluntad de Cristo mismo – “el pastor y doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y además gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334)”.

El Vicario de Cristo explicó que “todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Sinody” que es el reasunto fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores".
Texto completo de las palabras del Papa al final del Sínodo:
«Queridos: Eminencias, Beatitudes, Excelencias, hermanos y hermanas:
¡Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud quiero agradecer junto a ustedes al Señor que nos ha acompañado y nos ha guiado en los días pasados, con la luz del Espíritu Santo!
Agradezco de corazón a S. E. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, S. E. Mons. Fabio Fabene, Sub-secretario, y con ellos agradezco al Relator S. E. Card. Peter Erdő y el Secretario Especial S. E. Mons. Bruno Forte, a los tres Presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesia y sin descanso: ¡gracias de corazón!
Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos Padres Sinodales, Delegados fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores por su participación activa y fructuosa. Los llevaré en las oraciones, pidiendo al Señor los recompense con la abundancia de sus dones y de su gracia.
Puedo decir serenamente que – con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad – hemos vivido verdaderamente una experiencia de "sínodo", un recorrido solidario, un "camino juntos".
Y siendo “un camino" – como todo camino – hubo momentos de carrera veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta de querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor. Momentos de profunda consolación, escuchando el testimonio de pastores verdaderos (Cf. Jn. 10 y Cann. 375, 386, 387) que llevan en el corazón sabiamente, las alegrías y las lágrimas de sus fieles.
Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, de las cuales se podría mencionar alguna posibilidad:
- La tentación del endurecimiento hostil, esto es, el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celantes, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados "tradicionalistas" y también de los intelectualistas.
- La tentación del “buenismo” destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas y las raíces. Es la tentación de los "buenistas", de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
- La tentacion de transformar la piedra en pan para romper el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra, y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7), de transformarla en “fardos insoportables” (Lc 10,27).
- La tentación de descender de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios.
- La Tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada.
Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande de su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado – y además llamado Belcebú (Cf. Mt 12,24) – sus discípulos no deben esperarse un tratamiento mejor.
Personalmente, me hubiera preocupado mucho y entristecido si no hubiera habido estas tenciones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio (EE, 6), si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz.
En cambio, he visto y escuchado – con alegría y reconocimiento – discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresía. Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la “suprema lex”: la “salus animarum” (Cf. Can. 1752).
Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann. 1055, 1056 y Gaudium et Spes, 48).
Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de aremangarse las manos para derramar el aceite y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas.
Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y a su doctrina. Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15).
La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge de no verlo, al contrario, se siente comprometida y obligada a levantarlo y a animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo con su Esposo, en la Jerusalén celeste.
¡Esta es la Iglesia, nuestra Madre! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del 'sensus fidei', de aquel sentido sobrenatural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.
Tantos comentadores han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte está contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia. El Espíritu Santo, que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus Ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los Ministros infieles y pecadores.
Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla 'cum Petro et sub Petro', y la presencia del Papa es garantía para todos.
Por lo tanto, la tarea del Papa es garantizar la unidad de la Iglesia; recordar a los fieles su deber de seguir fielmente el Evangelio de Cristo; recordar a los pastores que su primer deber es nutrir a la grey que el Señor les ha confiado y salir a buscar – con paternidad y misericordia y sin falsos miedos – a la oveja perdida.
Su tarea es recordar a todos que la autoridad en la Iglesia es servicio (Cf. Mc 9,33-35), como ha explicado con claridad el Papa emérito Benedicto XVI con palabras que cito textualmente: “La Iglesia está llamada y se empeña en ejercitar este tipo de autoridad que es servicio, y la ejercita no a título propio, sino en el nombre de Jesucristo… a través de los Pastores de la Iglesia, de hecho, Cristo apacienta a su grey: es Él quien la guía, la protege y la corrige, porque la ama profundamente".
"Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio Apostólico, hoy los Obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro … participaran en este misión suya de cuidar al pueblo de Dios, de ser educadores de la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana, o como dice el Concilio, 'cuidando sobre todo que cada uno de los fieles sean guiados en el Espíritu santo a vivir según el Evangelio su propia vocación, a practicar una caridad sincera y operosa y a ejercitar aquella libertad con la que Cristo nos ha librado' (Presbyterorum Ordinis, 6)"
… "Y a través de nosotros – continua el Papa Benedicto – el Señor llega a las almas, las instruye, las custodia, las guía. San Agustín en su Comentario al Evangelio de San Juan dice: 'Sea por lo tanto un empeño de amor apacentar la grey del Señor' (123,5); esta es la suprema norma de conducta de los ministros de Dios, un amor incondicional, como el del buen Pastor, lleno de alegría, abierto a todos, atento a los cercanos y premuroso con los lejanos (Cf. S. Agustín, Discurso 340, 1; Discurso 46,15), delicado con los más débiles, los pequeños, los simples, los pecadores, para manifestar la infinita misericordia de Dios con las confortantes de la esperanza (Cf. Id., Carta 95,1)” (Benedicto XVI Audiencia General, miércoles, 26 de mayo de 2010).
Por lo tanto, la Iglesia es de Cristo – es su esposa – y todos los Obispos y el Sucesor de Pedro tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo, sino más bien el supremo servidor – “Il servus servorum Dei”; el garante de la obediencia, de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y a la Tradición de la Iglesia, dejando de lado todo arbitrio personal, siendo también – por voluntad de Cristo mismo – “el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334).
Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar, con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas, y para encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias; un año para trabajar sobre la “Relatio Synodi”, que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en este aula y en los círculos menores.
¡El Señor nos acompañe y nos guie en este recorrido para gloria de Su Nombre con la intercesión de la Virgen María y de San José! ¡Y por favor no se olviden de rezar por mí!».
(Traducción del italiano: jesuita Guillermo Ortiz y Renato Martinez)