Páginas

lunes, enero 21, 2013

Democracia en la UC ahora en Brasil

La punta del Iceberg, ahora en Brasil. El asunto me parece sencillo: democracia interna es lo mismo que quitarle la UC al Pueblo de Dios para dárselo al populacho que vota.

01/21/2013 

Brasil: la otra universidad “rebelde”

Rss Feed Twitter Facebook Print
"Skyline" de Sao Paulo
"Skyline" de Sao Paulo

Protestas por las modalidades de elección de la nueva rectora de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo

Andrés Beltramo Álvarez Ciudad del Vaticano Brasil tiene su universidad “rebelde”. Se encuentra en Sao Paulo. Mantiene sus títulos de Pontificia y Católica, a diferencia de la institución de Perú que los perdió por una disputa todavía abierta con la Santa Sede. Aún así la PUC-SP ha vivido meses de fuerte crisis interna, porque un grupo de profesores y alumnos se amotinaron ante la designación de una nueva rectora. Llevaron su protesta hasta la justica e incluso decapitaron un muñeco del Papa en pleno campus.
 
El conflicto data de mediados de 2012, cuando el Consejo Superior de la Universidad (Consun) formó una terna de candidatos para suceder al rector, Dirceu de Mello. Tras una consulta, la persona más votada fue el propio de Mello. Como lo indica el estatuto, la lista se completó con los otros dos catedráticos que alcanzaron mayor consenso y se mandó al Gran Canciller, el arzobispo de Sao Paulo Odilo Pedro Scherer, a quien tocó la decisión definitiva.
 
Según la costumbre, el arzobispo se limitaba a avalar al más votado. Pero en este caso el cardenal utilizó la autoridad que le confiere la normativa para elegir como rectora a la tercera de la lista, Anna Maria Marques Cintra, para el periodo 2012-2016.
 
La determinación desató la rabia generalizada. Y fue el pretexto para lanzar una resistencia que terminó convirtiéndose en un ataque directo contra la Iglesia. Un movimiento que incluyó manifestaciones, la toma de la rectoría por parte de estudiantes que impidieron el dictado de clases y procuraron múltiples destrozos, así como una huelga de profesores de casi un mes.
 
Pero el cardenal Scherer no se dejó intimidar. El 28 de noviembre el Consun anuló la terna que él mismo había mandado al Gran Canciller meses antes y nombró un rector interino, en un intento de última hora por mantener el control de la situación. Eso no impidió que, 48 horas después, Marques Cintra tomase posesión en medio de protestas.
 
Apenas unos días más tarde un juez de Sao Paulo ordenó el alejamiento preliminar de la rectora, como respuesta a un recurso legal interpuesto contra su designación por el Centro Académico el 22 de agosto. De esa manera la disputa alcanzó los tribunales. El 19 de diciembre la rectora dejó su puesto, aunque temporalmente porque el domingo 23 otro magistrado echó abajo la sentencia y ordenó su reinstalación.
 
Ese mismo día, en uno de los patios de la universidad ocupada, tuvo lugar un acto montado por la compañía Teatro Oficina. Una exhibición que, para “defender la democracia” y “rechazar la injerencia de la Iglesia” –según sus organizadores-, echó mano de toda clase de insultos y denuestos contra la jerarquía católica.
 
Acompañados por pegadizos tambores, dos personajes de aspecto siniestro se abalanzaron contra una cruz y cuestionaron a un muñeco vestido de blanco, como el Papa. Y, al final de su número, con una sierra eléctrica le cortaron la cabeza, en medio de aplausos.
 
Eso no cambió las cosas. La posición del cardenal Scherer era pública ya desde inicios de diciembre, cuando dos artículos de opinión suyos aparecieron en los periódicos más importantes de Sao Paulo, “Folha” y “O Estado”.  En ellos reconoció: “Es verdad que la elección del rector recaía, tradicionalmente, sobre el nombre más votado, por las razones que la autoridad juzgó convenientes; yo mismo, en la selección precedente, procedí así”. Pero aclaró: “Pero si esta vez seguí otro orden es porque esta posibilidad siempre estuvo implícita en la propia presentación de la terna del Consun al Gran Canciller”.

domingo, enero 20, 2013

Defensa de carabinero

Una opinión fuerte, contracorriente.


Remoción de carabinero 

La Tercera, 20/01/2013 - 04:00


Señor director:

Quisiera pedirle al general director de Carabineros que defienda a sus hombres hasta el límite de lo permitido por la ley. Yo lamenté mucho la muerte de Matías Catrileo y simpatizo con el dolor de su madre y sus amigos; pero el cabo que usó la fuerza en su contra lo hizo en una situación objetiva de agresión terrorista, de la cual correspondía defenderse y defender el orden justo agredido. Incluso si hubiese sido efectivamente responsable de violencia innecesaria con resultado de muerte, como afirma el tribunal que lo ha condenado, legalmente no correspondía expulsarlo de la institución. No debió haber sido dado de baja. Lo peor es que ahora parece que se lo ha sacrificado, vulnerando la igualdad ante la ley defendida en su primer dictamen por la Contraloría General de la República, debido a la presión conseguida a raíz del asesinato de los Luchsinger Mackay.

El cabo debió haber sido retenido entre sus valientes camaradas. Así se habría expresado respetuosamente que, más allá de la presión terrorista, la policía no se inhibirá de protegernos.

Ahora espero que alguno de los hombres probos y pudientes de Chile le ofrezca un trabajo digno a este noble carabinero, cuya vocación ha sido truncada por cumplir con su deber. Chile ya le ha pagado con su moneda nacional.



Cristóbal Orrego Sánchez
 

sábado, enero 19, 2013

Perdonar es valiente

De lo mejor que he leído. Por si acaso, el autor no es el excelente columnista del domingo, sino su padre.


Tribuna
Sábado 19 de Enero de 2013
Contra el odio, tocino



Joaquín García-Huidobro Errázuriz


Consejero
Ayuda a la Iglesia que Sufre, Chile

Año 1947. Acabada la Segunda Guerra Mundial, Europa presenta un aspecto desolador. El odio entre los pueblos es profundo. En Vinkt, un pequeño poblado holandés, muchos hombres fueron asesinados por los nazis. Era un pueblo de viudas y huérfanos. El rencor y tristeza roían los espíritus.

Allí llegó a predicar un monje vestido de blanco. Habló sobre el perdón, el amor a los enemigos y la necesidad de ayudar a los vencidos. Alemania estaba asolada por el hambre y había que mandar alimentos para evitar otra tragedia. En especial, pedía tocino, un alimento rico en calorías y fácil de almacenar.

Algunas fieles abandonaron el templo con gestos de molestia, otros comenzaron a murmurar: ¿No era, acaso, una locura enviar alimentos a los que habían traído la desolación sobre ese pacífico pueblo holandés? "Fue la alocución más difícil de mi vida", confesaría años después el monje, quien comprendía el dolor y frustración, pero tenía que predicar el Evangelio.
Al atardecer, una de las viudas llegó hasta la casa donde se alojaba y le dijo: "Los nazis fusilaron a mi marido y a mi hijo; pero le traigo del tocino con que sobrevivo en el invierno, para los alemanes que hoy sufren". Al rato, llegó una vecina y otra, con más tocino. Eran las mujeres del perdón. Reunieron un camión de tocino que fue llevado a los alemanes vencidos y desplazados de sus tierras, a los ex enemigos.

Es una de las historias de profunda humanidad de Werenfried van Straaten, más conocido como "Padre Tocino", un monje holandés nacido un 17 de enero de 1913, de modo que esta semana conmemoramos su centenario.

Cuando finalizó la Segunda Guerra, entendió que otra catástrofe golpearía a Europa si no se conseguía vencer el odio que la gente albergaba en el corazón. Así, este hombre valiente y apasionado recorrió la Europa de la posguerra predicando el perdón. No fue el único, pues en otro terreno, Schuman, De Gasperi, Adenauer, Marshall y otros grandes políticos de la época tuvieron la misma preocupación.

Así, la iniciativa de Werenfried van Straaten de reunir en Holanda y Bélgica alimentos y ropa para la población necesitada alemana, no fue una acción puramente humanitaria, sino una contribución fundamental a la reconciliación entre los pueblos. Predicó el amor al enemigo en iglesias, bares y plazas, hasta que Europa llegó a ser un continente pacificado. En 2002, Romano Prodi, por entonces presidente de la Comisión Europea, lo calificó de "ángel de la paz".

Hoy, Europa tiene muchos problemas económicos, pero no está presa por el odio; ni en sus muros ni en sus corazones se escribe la consigna "Ni perdón ni olvido". En medio de enormes dificultades, Europa sigue mirando al futuro.

Este monje, con gran sabiduría, nos enseñó que, si bien la verdad y la justicia son indispensables, no son suficientes para encontrar la reconciliación. Ella se basa en el perdón, personal, unilateral, independiente del perdón del otro, como expresión moral de la más sublime humanidad. La viuda que entrega su alimento en Vinkt muestra a las alturas que puede llegar el ser humano que se abre a la aventura del perdón.

Nunca el hombre será más genuinamente hombre que cuando perdona. Con optimismo, Werenfried nos enseñó que "el hombre es mejor de lo que pensamos... y Dios también".
Fundador de "Ayuda a la Iglesia que Sufre", recorrió el mundo con su sombrero de mendigo, primero a favor de Europa y luego de las personas perseguidas por su fe. En 56 años de labor reunió más de US$ 3.600 millones para asistir a los perseguidos y necesitados en 143 países. Una suma impresionante, pero muy pequeña si se la compara con lo que significó el gesto de esos belgas y holandeses que estuvieron dispuestos a desprenderse de su tocino.


jueves, enero 17, 2013

¿Papa Negro?

Una vieja copucha sobre el fin del mundo dice que el último Papa será un Papa negro.

Bienvenido.


01/17/2013 

Vaticano; Sarah cuestiona el modelo de la ética laica en el mundo

Rss Feed Twitter Facebook Print
El cardenal Sarah
El cardenal Sarah

El dicasterio Cor Unum reflexionará sobre el problema del atentado a la identidad del ser humano que llevan a cabo supuestos benefactores de los países pobres

Redacción Roma Es absolutamente urgente y necesario afrontar la lógica de la ética laica que, después de haber sido impuesta incluso «con violencia a culturas y a pueblos de todo el mundo mediante complejos mecanismos políticos, judiciales y culturales» que llevan a una «visión negativa y destructiva del hombre y de la mujer», ahora intenta insinuarse peligrosamente bajo la apariencia de la caridad de la Iglesia.
 
Durísima la condena del cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, hacia el modelo de la ética mundial, que «ideado por ciertos organismos internacionales», termina por condicionar seriamente el estilo de vida de muchas poblaciones.


El instrumento adoptado, denunció el purpurado al inaugurar esta mañana los trabajos de la plenaria del dicasterio, es el de la presunta ayuda económica y tecnológica para el desarrollo, pero que responde a condiciones bien precisas establecidas por los donadores. Un caso típico es el que se relaciona «con la mentalidad anticonceptiva occidental –dijo el cardenal, según lo que indica “L’Osservatore Romano”–  y con el desprecio del hombre y de la mujer creados a imagen y semejanza de Dios, que encuentran un espacio en normas mundiales como las que se encuentran en la ideología de género de la que tanto se habla».


A los agentes que se ocupan de llevar la caridad cristiana por el mundo, el cardenal Sarah expresó su mayor preocupación pastoral, es decir la confirmación de la imposición a los países pobres «de normas políticas y culturales que transmiten ideologías y un laicismo agresivos, intolerantes y que destruyen culturas y sobre todo la fe», que atentan «cultural, política y jurídicamente en contra de la identidad constitutiva del hombre y de la mujer como personas, en contra de su identidad esponsal y de su maravillosa complementariedad en el amor».
 

Durante los trabajos de estos días en la asamblea del dicasterio se reflexionará sobre «algunos miembros de la Iglesia, que trabajan en el campo de la caridad» y que se han dejado «seducir y enmarcar por la ética puramente laica de las agencias de ayuda del gobierno mundial, hasta convertirse en patrocinadores incondicionales que han adoptado los mismos objetivos de desestructuración antropológica, los mismos lenguajes y las mismas consignas».

martes, enero 08, 2013

I Confess, Hitchcock también

Ahora me explico algunas cosas.


San Pietro e Dintorni
de Marco Tosatti
12/ 9/2012 

El último truco de Hitchcock

Rss Feed Twitter Facebook Print
Alfred Hitchcock
Alfred Hitchcock

Alfred Hitchcock se alejó de la Iglesia católica y no quiso recibir visitas de sacerdotes durante sus últimos días, segúnun biógrafo del famoso genio del cine

Marco Tosatti Roma Alfred Hitchcock se alejó de la Iglesia católica y no quiso recibir visitas de sacerdotes durante sus últimos días, segúnun biógrafo del famoso genio del cine. Pero no fue así. Lo escribió en un interesante artículo del Wall Street Journal un sacerdote jesuita que le vio a menudo durante esa última etapa de su vida y que pudo atestiguar su fe. El padre Mark Henninger es el jesuita en cuestión (profesor de filosofía en la Georgetown University). Según Henninger: «Entonces yo era un estudiante de la UCLA y era (como lo soy ahora) un sacerdote jesuita. Otro sacerdote, Tom Sullivan, que conocía a Hitchcock, me dijo un jueves que al día siguiente iba a ir a confesar a Hitchcock. Y me preguntó si quería ir con él a celebrar la misa el sábado a casa de Hitchcock. Me quedé sorprendido, pero respondí que sí. El sábado llegamos a su casa y encontramos a Hitchcock adormilado en su salón. Tom le sacudió con suavidad. Hitchcock se despertó, alzó la mirada y besó la mano de Tom mientras le agradecía. Tom dijo: “Hitch, este es Mark Henninger, un joven sacerdote de Cleveland”. “¿ Cleveland?”, dijo Hitchcock, “¡Pobre!”».

Después de platicar un rato, pasando por un pasaje cubierto, llegaron a su estudio y allí, con la esposa de Hitchcock, Alma, celebraron la misa. «Tom y yo volvimos varios sábados por la tarde; a veces íbamos juntos, pero también recuerdo haber ido solo. Siempre me he avergonzado cuando me encuentro con personas famosas, y me sentía así cuando charlaba con Alfred Hitchcock, pero lo hacíamos, muy agradablemente, en el salón. De repente decía: “Vamos a misa”. ».

Henninger cuenta que el director tenía 81 años y algunas dificultades motrices, por lo que le ayudaba a levantarse y a caminar hacia su estudio. Mientras caminaban lentamente, el jesuita preguntó: «¿Ha visto alguna buena película últimamente?». Hitchcock se detuvo y dijo, con énfasis: «No. Cuando yo hacía películas, eran sobre la gente, no sobre los robots. Los robots son aburridos. Anda, vamos a misa».
 
«Murió poco después de esta visita y el funeral fue celebrado en la Iglesia católica del Buen Pastor en Beverly Hills. Uno de los biógrafos de Hitchcock, Donald Spoto, escribió que Hitchcock había indicado que “se negaba a aceptar la sugerencia de que un sacerdote fuera a encontrarle, o que se celebrara una misa tranquila y poco formal por él”». Por ello, Henninger concluye el artículo diciendo: «Que durante los últimos días de su vida él mismo haya logrado, con éxito, hacer creer a los estraños exactamente lo contrario de lo que sucedía, es puro Hitchcock».