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lunes, diciembre 14, 2015

Una guerra provocada desde Occidente


En medio de las confusas noticias, aconsejo creerles a los cristianos que están en el lugar y que no tienen un interés comprometido, y no a los occidentales que quieren taparse los ojos ante el mal que han contribuido a desatar.


De Infovaticana e Intereconomía, una entrevista para centrar las cosas.

Pero el cristiano burgués no se atreve a decir la verdad ni siquiera entre amigos, alrededor de una cerveza. Para no ser intolerante.

Leed.

La hermana María Guadalupe, que lleva cuatro años como misionera en la ciudad de Alepo, cuenta a Intereconomía TV su emocionante y conmovedor testimonio.
La misionera explica que antes de la guerra, Siria era un país donde se respiraba paz. Había una estabilidad social, y lo último que se esperaba era una guerra. Había gente que vivía muy bien, gracias al gobierno laico de al- Assad. Las distintas religiones vivían en paz, hasta que de pronto, de un día para otro, las cosas cambiaron.
“La guerra llegó de un día para otro, todo el mundo pensaba que sería imposible que nos ocurriera lo que nos está pasando ahora”, cuenta todavía sorprendida la hermana.
Defiende que existen muchos responsables de la guerra, y uno de ellos es Occidente debido a la financiación que ha destinado a los terroristas.
Afirma que lo que está ocurriendo en Oriente Medio, podría ocurrir en cualquier parte del mundo, incluida Europa. “En occidente estamos preocupados por los eventos sociales y las cosas superficiales. Esto hace que nos despreocupemos de otras cosas más importantes, lo que puede llevar al origen de una guerra”.
“La guerra es una suma de males. Si yo no hago el mal, pero permito que se haga, estoy colaborando con él”, explica la hermana Guadalupe.
En cuanto al tema de los refugiados, la misionera explica que se trata de un tema muy delicado, y defiende que la llegada de los refugiados podría ser una invasión islámica. “Europa es cristiana, y por eso debe recibir en primer lugar a refugiados cristianos. Los refugiados musulmanes deben ser acogidos en los países de Oriente Medio, que son muchos y muy ricos”.
También cuenta alguno de los duros testimonios de sirios que han sido secuestrados, historias y experiencias que vive de primera mano desde hace cuatro años.
Dice en su testimonio, que en Siria antes de la guerra se respiraba paz, se podía vivir una vida normal quienes conocieron la Irak de Sadam Hussein dicen lo mismo. ¿Qué ha cambiado y por qué? 
Lo que se vivía en Siria era una situación de lo más atípica para lo que es el Medio Oriente. Había buena convivencia entre cristianos y musulmanes.
En Siria había un bienestar social y un bienestar económico, era un país muy próspero. Había gente que vivía muy bien y que lo último que se esperaba era una guerra. No era una sociedad en la que se esperaba una guerra civil. No era que la gente no podía más de la situación. Hay gente que vivía muy bien, era un país que no sufría desocupación, gracias sobre todo al gobierno laico de al-Assad, que permitía la buena convivencia entre los distintos grupos religiosos. Se perdió todo de un día para el otro. Veíamos lo que estaba pasando en otros países y pensábamos que nunca iba a  pasar, que nunca iba a llegar a Siria. Y llegó. De un día para otro llegaron los tanques, las bombas y los tiros, que ya llevan años.
¿Son los países occidentales los responsables de la creación del Estado Islámico?
Yo creo que hay varios responsables, cada uno a su nivel. Cada uno tendrá que dar cuentas a Dios. Uno lo que ve en pantalla de tv son los grupos de fundamentalistas extremistas llevando adelante esta guerra y esta masacre contra los cristianos e infieles en general, pero detrás de ellos ¿Quién les está financiando? De algún lado tiene que salir. Hay intereses económicos y por eso son responsables incluso los que financian son los más culpables de lo que está pasando.
Dice que de un día para otro cambió todo en Siria. ¿Podría pasar lo mismo en los países europeos? 
Yo creo que sí, podría pasar en cualquier lugar. Alepo es la segunda ciudad de Siria después de la capital. Era famosa por su actividad comercial, y sistema financiero, “si caía Alepo caía el Gobierno”. Los rebeldes querían conquistarla. En Alepo la gente tenía una gran vida social. Estaban preocupados por sus fiestas, sus eventos sociales y era hasta conocida por sus excesos sociales. Era una ciudad occidentalizada. Hay gente tan entretenida con otras cosas, que de un día para otro uno no sabe cómo ha llegado. Los cristianos han asumido esta guerra como una posibilidad de purificarse y como una manera de vivir su fe. Estaban entretenidos en otras cosas del mundo, dejando de lado las cosas importantes. Eso en ese sentido nos puede llegar a todos. Cuántas sociedades tenemos en Occidente tan entretenidas con la vida material y de consumo, como si fuera lo único y lo más importante, y lamentablemente descuidamos tantas otras cosas que pueden llevarnos realmente a una guerra. La guerra es una suma de males. Si yo no hago el mal pero lo permito, también lo estoy haciendo. Si no hago el bien y permito que se haga el mal, estoy simplemente colaborando con la guerra. Que se desate hoy o que se desate dentro de diez años es lo mismo.
En cuanto a los refugiados que vienen de Oriente Medio, ¿Cree usted cómo ha dicho algún obispo húngaro que se puede tratar de una invasión islámica?
Podría serlo ciertamente. De hecho tenemos familias nuestras de Alepo que han logrado escapar a Europa y están campos refugiados viviendo en unas condiciones muy malas. Están sufriendo maltrato por parte de sus vecinos refugiados musulmanes. Sufren persecuciones en la misma Europa, ¡En tierra cristiana! Los refugiados musulmanes ni siquiera son sirios. Se dice que Europa debe abrir sus puertas a los refugiados, pero ¿por qué no se habla de que Europa, al ser cristiana, reciba en primer lugar a sus hermanos cristianos? Yo creo que la caridad empieza por casa. Ayudemos primero a los cristianos, y que los países de Oriente Medio, que son muchos y muy ricos, acojan a los refugiados musulmanes. No los reciben, tienen fronteras cerradas. Qatar, Emiratos Árabes, Arabia Saudita… ¿Por qué? Y se le exige a Europa que abra sus puertas. El tema es bastante complicado, es delicado. Hay que ayudar. Pero el tema no son los refugiados, es la guerra. Si no se para, los refugiados seguirán existiendo.
Cuenta en su testimonio que los cristianos se aferran más a su fe en estas circunstancias. Nos dejan impresionados los testimonios de los cristianos que han sido secuestrados o amenazados, como el de Rami.
Los testimonios son impresionantes, en general los cristianos que convivían en esa superficialidad que he contado antes. Vidas de mucho exceso y de pecado. Pero cuando llega la guerra, uno es consciente de que en cualquier momento puede ser asesinado, que la vida realmente se puede “terminar hoy”. Nos damos cuenta que el alma, que es lo más importante, la tenemos muy poco atendida, por así decirlo. ¿Dónde está lo importante? ¿Qué estoy haciendo con mi vida para prepararme para lo que viene después? Nuestra vida es corta en comparación con la eternidad. No conozco ningún caso de cristianos que en esta situación de guerra y persecución hayan renegado de su fe. En general, se han aferrado más a la fe y se han dado cuenta de que Dios es lo más importante.
Los testimonios son impresionantes, como el de Rami hay muchos otros. Era un muchacho de unos treinta años empresario, que no solía acudir a Misa. Durante el mes de mayo, sus amigos le invitaron a que fuera a Misa, ya que se llenaba de “chicas guapas”. Cuando pasó el mes de la Virgen y al ver que ya nadie acudía a Misa, prometió que no iba a pasar ningún día sin ir a Misa. Venía a Misa todos los días y un día no vino. Le habían secuestrado. Estuvo secuestrado durante dos días, en los que no dejó de rezar “Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios”. Consiguió despistar al vigilante, y tras pedir ayuda a Dios consiguió romper las fuertes cuerdas con las que había sido atado y logró escapar. Existen como este, milagros de fe todos los días, cristianos que apuntados con una ametralladora no reniegan de su fe.
Los que persiguen a los cristianos son los que hace unos años vivían la misma situación en Europa. ¿Cómo se puede vivir el cristianismo desde la sociedad occidental?
Estos cristianos están viviendo el Evangelio. En el Evangelio está escrito, “os perseguirán”. Todo cristiano en cualquier parte del mundo tiene que pensar si está siendo perseguido. Si mi testimonio de vida no está viendo ese choque, de alguna manera algo estaré haciendo mal. Si como cristiano estoy condescendiendo con todo, con los criterios del mundo que son anti evangélicos, entonces las cosas van mal. Tengo que discrepar y decir “esto no lo puedo aprobar”. Es algo que se tiene que notar, y eso va a significar que me discriminen, que se rían y que me separen y me aíslen. Eso es lo que falta realmente en nuestro cristianismo de occidente. Estamos acomodados con el espíritu del mundo.