El Papa y el Emperador
Vemos ahora al Santo Padre y al Presidente de los Estados Unidos de América dándose cordialmente la mano. Así ha sido durante mil años.
A nadie le gustan hoy los emperadores. "Imperialismo" es una mala palabra.
A muchos no les gusta el Papa. Es demasiado blanco. No se acomoda a la modas: no fue esclavista en el siglo I; no fue racista en el siglo XIX; no se ha plegado al destape en el siglo XX. Ni halaga a los poderosos en el siglo XXI.
El Emperador, sin embargo, no puede desentenderse del Papa. Ni el Papa, del Emperador.
Y que rechinen los dientes de los librepensadores, que, por supuesto, piensan todos lo mismo sobre estas cosas elementales. Piensan con rabia y creen que con la imaginación pueden pisotear al malo de George Bush y al retrógrado de Benedicto XVI.
Rabia e imaginación.
A nadie le gustan hoy los emperadores. "Imperialismo" es una mala palabra.
A muchos no les gusta el Papa. Es demasiado blanco. No se acomoda a la modas: no fue esclavista en el siglo I; no fue racista en el siglo XIX; no se ha plegado al destape en el siglo XX. Ni halaga a los poderosos en el siglo XXI.
El Emperador, sin embargo, no puede desentenderse del Papa. Ni el Papa, del Emperador.
Y que rechinen los dientes de los librepensadores, que, por supuesto, piensan todos lo mismo sobre estas cosas elementales. Piensan con rabia y creen que con la imaginación pueden pisotear al malo de George Bush y al retrógrado de Benedicto XVI.
Rabia e imaginación.
link!
ResponderBorraren conoze apareces como blog espanol...
Me pregunto cuál es cuál en todo esto...
ResponderBorrarSaludos
Estimada Marta: gracias por el link.
ResponderBorrarEstimado Jorge: Debo aprender de tu buen humor. Gracias también.