Carlos Reusse explica cómo fue expulsado y renunció Lorena Donoso
Aquí el relato del ultrajado profesor Reusser, quien, por lo que se ve, había sido uno de los favorecidos por Nahum hasta que estalló el conflicto.
[Universidad] De porqué fui despedido de la Universidad de Chile
Abril 10, 2009 de reusser
Hace meses que no escribía y hay una razón para ello: acepté un chantaje que me impedía hacerlo. Pero hoy las cosas han decantado y convencido como estoy que los tiranos se alimentan del silencio y del temor de quienes son víctimas de sus atropellos, les relato esta historia.
Hasta el 30 de marzo yo trabajaba en un instituto universitario de Derecho y Tecnologías (el CEDI), que ayudé a refundar en 1998 y que al día de hoy goza de renombre en el continente y es conocido en Europa; cuenta con investigaciones en proyectos internacionales, integra redes colaborativas, publica periódicamente, nos visitaban académicos extranjeros, contaba con varios programas de postgrado y postítulo, poseía la colección bibliográfica especializada más completa de habla castellana, etc.
Pero en los últimos años toda la actividad de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile comenzó a paralizarse, y como Centro no fuimos ajenos al fenómeno: nuestras solicitudes no eran contestadas, las audiencias eran denegadas, los proyectos eran detenidos indefinidamente, se desconocían acuerdos previos y se nos cortaba el acceso a líneas de financiamiento, todo ello con un Decano cada vez más ausente de los problemas académicos reales y enfocado sólo a la infraestructura.
Dentro de este contexto me llamó la atención lo irregular que era el que suponía un programa emblemático de la Facultad: el Doctorado en Derecho. Tras fracasar en mis intentos de obtener una audiencia, y en uso de mi libertad de expresión y del derecho a la crítica que suponía existente para cada universitario del país, publiqué en diciembre pasado un análisis de los problemas críticos del Doctorado en mi blog personal, y se lo participé a ciertos profesores cuya opinión me interesaba.
A mediados de enero de 2009, el Decano Roberto Nahum me llamó a su oficina con el casi exclusivo fin de, ciego de furia y sin oir ni atender razones, lanzarme una andanada de insultos y descalificaciones personales por casi dos horas (es una de sus pasiones), para luego amenazarme con el despido inmediato y pasarme ante el comité de ética de la Universidad de Chile, pues se sentía violentado en la dignidad de su cargo, y porque lo había dejado “en pelotas” frente a los del Doctorado (ni idea en que guerra estaba ni a qué se refería). De paso, me prohibió volver a escribir o, si lo hacía, me impuso la obligación de obtener su autorización.
Y yo, en una acción que me avergüenza acepté la renuncia a derechos tan elementales pensando en las cuentas que había que pagar a fin de mes, anteponiendo razones económicas a las de libertad y dignidad. Finalmente me renovaron el contrato hasta marzo, pero no por ello dejaron de estar bloqueados todos los proyectos del CEDI.
Y aquí lo curioso: a fines de marzo y a través de facebook un conocido académico y amigo de Ingeniería me comentó en tono de chanza, luego de haber ido a ver “El Hombre de la Mancha”, que el también tenía un sueño imposible: ser Rector de la “U” o Decano de Derecho. Y yo le repliqué que, como estaban las cosas, cualquiera de las dos opciones sería una mejora. No más de 48 horas después, el Decano Nahum gritoneaba a voz en cuello en un hall de la Facultad a la Directora del instituto, reprochándole mis dichos y recordándole que me había prohibido escribir. Como el Decano no es mi amiguito de facebook ni nada semejante, concluyo que me hizo vigilar por interpósitas personas.
Ante la obstrucción permanente del Decano (el último bloqueo le costó a la Facultad el acceso a 270 millones para capacitar en transparencia) y el trato vejatorio recibido, la Directora del CEDI renunció arguyendo razones personales, cinco días después yo fui despedido y el instituto en la práctica ha sido desmembrado: los proyectos de investigación y desarrollo son exterminados, se aplazan y nos arrebatan los postítulos que gestionabamos, el Magíster que creé llega a su última versión (Nahum quería cerrarlo en el acto), a la ex Directora la atormentan 6 horas preguntándole por una cámara digital del año 1998 y el Decano nombra a su jefe de gabinete como Director, que sabe tanto del tema como yo de física cuántica. Y en el intertanto transmite a quien quiera oírle que se trata de un proceso normal, pacífico, nada de que espantarse, que lo mejor para todos es no hacer olitas ni preocuparse y que, además, me quiere como a un hijo.
En fin, tantas ideas y proyectos que se fueron por el alcantarillado, como el Magister en propiedad intelectual, el centro de biojuríca, el manual universitario de derecho informático para Chile y muchos otros, todo porque nuestro veleidoso Emperador NO TOLERA que le digan que está desnudo.
Porque está desnudo. Y porque no es Emperador.
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