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martes, enero 26, 2010

Payasada

En El Mercurio


Cartas 
Lunes 25 de Enero de 2010 
Unir las suertes



Señor Director:

Estoy seguro de que la capacidad del nuevo Presidente está garantizada. Ya ha sido reconocida por todos. Donde puede verse más débil, porque está fuera del ámbito típico del hombre de negocios, es en el uso de los símbolos. Por eso, quisiera sugerirle uno aparentemente modesto: que entregue los fondos generados con la venta de sus empresas a administradores con una sola instrucción, la de invertir siempre igual a como se inviertan los fondos soberanos de Chile. No será un fideicomiso ciego, sino transparente, lo que es mucho mejor.
Sebastián Piñera se pondrá tan nervioso cuando a Chile le vaya mal como cuando le vaya mal a él, pues será lo mismo. La suerte del hombre privado irá unida a la del país que él conducirá, Dios mediante, a un futuro mejor.
Cristóbal Orrego Sánchez




viernes, enero 22, 2010

Avanzar sin transar: o el error de hacerse el progre ahora

Carta en La Segunda

Cartas 
Viernes 22 de Enero de 2010
¿Dos oposiciones?

Señora Directora:
Ha sido una tónica de los derrotados dar consejos al nuevo régimen en el sentido de que no intente siquiera deshacer lo que ha hecho la Concertación. Algunos lo plantean como la contraposición entre conservadores y progresistas, apostando a que el próximo gobierno se empeñe en promover la causa liberal. A mí me parece que sería un error perder el tiempo en proyectos que dividen a la Coalición por el Cambio, como son los del eje liberales vs. conservadores. Si así sucediera, en lugar de avanzar desde el primer minuto en los cambios necesarios, sobre los que hay consenso, el proceso político se trabaría con la batalla ético-cultural. La Moneda tendría que lidiar con dos oposiciones: la de centroizquierda, que aspirará a recuperar el poder en cuatro años, y la de quienes no querrán colaborar con un aumento delsocialismo en lo económico, ni, mucho menos, con una mayor erosión de los principios cristianos.

jueves, enero 21, 2010

Demasiadas cosas olieron a podrido

Cartas
Jueves 21 de Enero de 2010
Oportunidad política



Señor Director:


Los organismos públicos deben considerar la oportunidad política de sus actuaciones, especialmente cuando pueden despertar la sospecha de que apuntan a objetivos electorales ajenos a sus fines. Las sospechas son razonables en el caso Frei Montalva, donde, tras años de investigación, un juez, por lo demás prestigioso, adopta una decisión espectacular pocos días antes de la elección. Muchos se preguntan, con razón, si acaso no podría haber esperado una semana, o, mejor aún, hasta el 18 de enero. También resulta llamativa la celeridad con que el Tribunal Constitucional tramitó la ley sobre la píldora del día después.

A menos que existan razones todavía no exhibidas para proceder así, se trata de impropiedades impresentables que, no constituyendo faltas que deban ser investigadas por otros organismos públicos, deberían ser objeto de indagación periodística. Los ciudadanos confiamos en la prensa para que devele las responsabilidades políticas de esos jueces, si las hubiera. Solamente el buen periodismo puede acoger nuestras sospechas, para disiparlas o para confirmarlas.

En cambio, no queda más que felicitar a la Comisión Mirage por haber esperado para emitir un dictamen, que pudo ser perjudicial para la Concertación, cuando ya no podrá tener ninguna incidencia electoral.

Cristóbal Orrego Sánchez

domingo, enero 10, 2010

Sin odio, sin violencia: ¡anula tu voto!



Entre los síntomas de salud de un sistema bastante enfermo todavía queda uno muy especial: que se puede hacer sentir, aunque sea levemente, la propia opinión sobre el rumbo de la política. No se hará sentir, sin embargo, si todos son convencidos de plegarse a alguna corriente mayoritaria so pretexto de que en ella se encuentra el endiosado «mal menor». La paradoja de este mal divino, al que alguna supuesta ley moral debería de inclinarnos, es que termina por canonizar una mazamorra de mediocridad que realmente no representa sino a unos pocos. Por eso he sostenido que no existe el mal menor universal.

Algunos están sinceramente convencidos de que todo lo que propone un candidato es santo y bueno. Esos son los descerebrados, carentes de todo sentido crítico. La verdad es que no es posible, en ninguna conspiración entre gentes con neuronas y libre albedrío, encontrar un acuerdo perfecto. Solamente los muy tontos, los muy zalameros, los descabelladamente hipócritas, pueden decir, cada uno por sus razones —el tonto, porque no entiende; el zalamero, porque entiende cómo medrar; el hipócrita, para ocultar una discrepancia que puede dañar la causa—, que coinciden en todo con el candidato. Los demás, si son inteligentes, dignos y sinceros, habrán de decir por fuerza que coinciden con la orientación general del candidato, con el proyecto en su línea gruesa y en algunos de los detalles que podrían alcanzarse bajo su alero, al mismo tiempo que discrepan de otros aspectos, y que, en su momento, procurarán promover más aquellos que estos. En este sentido, por cierto, puede decirse que en toda votación política se vota por un bien posible, y, concomitantemente, por un mal menor.

Así será incluso si las carmelitas descalzas llegaran a votar por un nuevo san Luis, Rey de los Franceses.

Esta realidad irredargüible explica que muchos chilenos se adhieran a Eduardo Frei, con tal de que no gane «la derecha» (¡uy, el cuco!). Esta realidad irrefutable es la que mueve a tantos momios a adherirse a Sebastián Piñera, aunque detestan su antipinochetismo, o su flirteo con la inmoralidad liberal, o su codicia financiera —lo que un personaje llamó «su incontinencia bursátil»—, o su persistente afán de poder. Esta realidad incontrovertible ha lanzado, a los pies del más probable vencedor, a algunos liberales de izquierda desencantados de la Concertación —quizás con pocas esperanzas de escalar en un círculo tan trabado de vejestorios— tanto como a algunos liberales de derecha que nunca han podido escapar hacia la izquierda, en su desesperado intento por olvidar que el régimen, la dictadura, el general Innombrable, ha sido la causa principal del avance liberal en la cultura chilena. ¿O alguien se imagina todo este desenfreno sin la previa liberalización extrema de la economía y del consumo, sin el acceso de las masas oprimidas por la oligarquía pre-1973 a los supermercados, las escuelas privadas, las universidades, la televisión, los viajes, las importaciones . . .? (Para el 80% que no entiende lo que lee: no me opongo a ninguna de esas libertades. Todas ellas podrían encauzarse de acuerdo con una norma respetuosa de la tradición, del orden y de la ley divina. Lo que digo es que, sin ellas, mucho menos podría haber el desbocarse de todas ellas en la vorágine de la cultura permisivista propia del liberalismo político, moral y religioso. Y afirmo, además, que el principal responsable de esas libertades buenas —no de su degeneración posterior— fue, duela a quien le duela, el general con sus camaradas y los civiles colaboradores sobre quienes ahora es la moda escupir).

Lo que es absurdo es votar, presa del pánico, por el «mal menor» cualesquiera que sean las consecuencias. Pues ese «mal menor» no es menor.

Así que algunos tendrán razones válidas para votar por Frei o por Piñera. Pensemos, por ejemplo, en sus compromisos previos. Yo no tengo ninguna duda de que mi primo Claudio Orrego tiene el deber de votar por Eduardo Frei, y así muchos como él. Tampoco dudo que mi amigo José Antonio Kast puede legítimamente votar por Sebastián Piñera, aunque como ciudadano privado y en secreto legítimamente pueda manifestar que no comulga con ruedas de carreta. Después tendrán, los dos y quienes apoyan a Frei o Piñera, la responsabilidad de luchar por el bien común desde el interior del gobierno que resulte electo (probablemente, el de Eduardo Frei). Y no pienso que sea legítima la campaña de insultos hacia los centroizquierdistas que se han pasado a Piñera. La razón es tan sencilla como que los dos candidatos son, desde el punto de vista ideológico, prácticamente lo mismo. Eduardo Frei tiene más experiencia política; pero Sebastián Piñera tiene más experiencia del éxito. Los dos tienen parecida experiencia de confundirse en asuntos morales.

Con otras palabras, están en un empate técnico.

De manera que hemos de respetar la elección de todos, incluida la de quienes, sin odio, sin violencia, vamos a anular el voto. Si eres de izquierda, puedes anular el voto porque votar por Frei es votar por el modelo neoliberal de Pinochet. Si eres de derecha, porque votar por Piñera es votar por un democristiano. El de 1964 debería haber sido el último error histórico en la materia. Y si, como yo, eres un militante de la causa pro vida y pro familia, puedes votar nulo para testimoniar que nadie te representa. El mayor mal sería que, como ha sucedido en Europa y a diferencia de Estados Unidos, de tanto votar por el «mal menor» nos quedáramos hundidos en las catacumbas. Si todos los que piensan como yo anularan su voto, nos acercaríamos a construir una representación digna.

Por desgracia, con los temores de última hora, termina por ser verdad que los liberales pueden destruir los valores más fundamentales, sabiendo que los conservadores (¿queda algo para conservar?), con sus cálculos, son su público cautivo, sus esclavos, los que siempre habrán de ver sus principios pisoteados, su fe escarnecida, y aun así votarán por quienes los pisotean y escarnecen.

domingo, enero 03, 2010

Resistir a la injusticia: sin silencios cómplices

El 2009 es el año de la profundización de la iniquidad en España. La resistencia comienza, o continúa quizás, pero aún es débil. Aquí la primera declaración de la Universidad de Navarra. La conclusión es clara: si el campo se lo toma la conjura contra la vida, la cultura por la vida pasa a la oscuridad de la resistencia.

¡Leed!

“Universidad y vida”



Con motivo de la nueva ley del aborto en España, los decanos de las Facultades de Medicina, Enfermería, Ciencias y Farmacia, y el director general de la Clínica de la Universidad de Navarra queremos proponer y compartir una reflexión serena sobre una realidad compleja que trasciende los límites de nuestro país y el presente que nos toca vivir.

Celebramos que la humanidad ha avanzado tanto a lo largo de la Historia, entre otras razones, porque nos hemos equivocado mucho. Todos. Todos tenemos alguna responsabilidad ante la historia y 2009 puede marcar el comienzo de un hito, como en su momento fue la abolición de la esclavitud y como ojalá pronto sea la derrota del hambre y la pobreza.

Comprendemos el sufrimiento de muchas mujeres ante un embarazo imprevisto. Necesitan un apoyo que sólo personas con corazón pueden prestar… y hay muchas personas así. La defensa de esas mujeres clama a nuestra conciencia y una mirada compasiva nos recuerda que otro ser humano comparte esa tragedia en una posición de mayor debilidad todavía. El avance científico nos brinda hoy datos clave desconocidos en buena parte del siglo XX. Qué coraje social mostramos con esa evidencia desde los ámbitos universitarios, políticos, económicos…

Nos negamos a solucionar la tragedia de un embarazo indeseado con la tragedia superior del aborto. Nos negamos a incorporar las técnicas abortivas a los contenidos de la educación. Nos comprometemos a formar profesionales para curar, investigar y ayudar.

Nuestra ilusión es que la educación y la información lleguen a todas las mujeres. Saber es un derecho.

Nuestra ilusión es que una mujer embarazada nunca se encuentre sola, sino que el padre y el hijo también cuenten. La vida que comienza es asunto de tres.

Nuestra ilusión es que la pugna política y la legislación compitan por la defensa de los más débiles, el hijo y la madre. Una sociedad que protege al débil es fuerte.

Nuestra ilusión es facilitar que padres incapaces de hacerse cargo de un niño encuentren a otros que pueden y lo desean. Una solución para dos problemas.

Nuestra ilusión es que pronto se estudie como histórico el triunfo de una humanidad valiente que superó el aborto como superó la esclavitud. El orgullo de ser humano.

Nuestra ilusión es que los hombres y las mujeres tomemos decisiones hoy que nuestros hijos aplaudan mañana. Podemos transmitir más de lo que heredamos.

Nuestra ilusión es que la medicina, la enfermería, la biología, la farmacia y la universidad en general sean aliados por la vida.

La historia juzgará nuestra pasividad cómplice o nuestro compromiso solidario con el débil. No hay mejora sin cambio. Hoy es el día de cambiar en España, en Europa y en el mundo.

Declaración firmada por:

José Andrés Gómez Cantero, director general de la Clínica Universidad de Navarra;
María Pilar Civeira, decana de la Facultad de Medicina;
Iciar Astiasarán, decana de la Facultad de Farmacia;
Ignacio López Goñi, decano de la Facultad de Ciencias;
Mercedes Pérez, directora de la Escuela de Enfermería

Pamplona, 15 de diciembre de 2009