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miércoles, diciembre 24, 2014

Navidad, me repito del 2006

JUEVES, DICIEMBRE 21, 2006

La alegría de la Pascua


Todos los sentimientos, todas las palabras, todos los raciocinios se dan cita en la Nochebuena.

Los padres de Jesús, María y José, se regocijaban por verlo venir al mundo, en medio de la pobreza y del frío, cuando unos magos de Oriente emprendían el camino, guiados por una estrella, y un Emperador esperaba los fríos resultados de un censo. En medio de la noche la sorpresa envolvió a los pastores, invitados al acontecimiento sublime por los mismos ángeles que cantaban la gloria de Dios y la paz para los hombres de buena voluntad. Más tarde, esos reyes que venían a adorar al Niño serían también la causa involuntaria de la ira de Herodes, quien, en su afán contra el Rey de los Judíos, sería asesino voluntario de los inocentes, pero causa involuntaria de los primeros mártires, testigos también involuntarios del Signo de Contradicción.
Todo es muy extraño porque la Historia Universal se concentra en Belén como en un fractal de la Humanidad creada, caída, herida, aplastada, redimida, ensalzada, repleta de gozo y de tristeza y de amor y de odio y de desconcierto y de luces sobrenaturales.
Nada hay más misterioso que la alegría de la Pascua.
En hebreo, pésaj significa paso. La fiesta del Paso del Señor conmemora la salida del Pueblo Escogido y su liberación del cautiverio de Egipto. En el libro del Éxodo se narra el terrible castigo de Dios para los opresores de su Pueblo. Es verdad que Dios castigó y continúa castigando a su propio Pueblo, de maneras incomprensibles para el espíritu humano; pero no es menos verdadero que Dios castiga a los enemigos de su Pueblo. En la primera Pascua, en Egipto, Dios ordenó a los suyos comer el Cordero “ceñidas vuestras cinturas, calzados vuestros pies, y el bastón en vuestra mano; y lo comeréis de prisa. Es Pascua de Yahveh” (Éxodo 12, 11). “Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto”, continúa el relato sagrado, “y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, Yahveh” (Éxodo 12, 12). Los hijos de Israel debían untar con sangre sus puertas: “La sangre será vuestra señal en las casas donde moráis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora cuando yo hiera el país de Egipto. Éste será un día memorable para vosotros, y lo celebraréis como fiesta en honor de Yahveh de generación en generación” (Éxodo 12, 13-14)”.
Todos los judíos observantes celebraban y celebran ese paso de Dios por su Historia.
Jesús celebró su última Pascua visible con sus discípulos, la noche antes de padecer. Los cristianos celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección del Mesías, como el Paso Definitivo del Señor por la Historia.
No es que olvidemos la otra Pascua, la del Pueblo Hebreo, sino que vemos la una incluida en la otra. La Sangre del Cordero sella las puertas de las casas por las que pasará el Señor con su bendición, mientras su misteriosa mano castigará a quienes no se cubran con esa sangre.
El misterio del Nacimiento del Cristo representa el primer Paso del Mesías en medio de su Pueblo. Un paso oculto, pobre, gozoso, entre ángeles y pastores, entre el desprecio de los hombres y el calor de los animales, con ese barrunto de la Pasión que fue, pocos meses después, la huida a Egipto. No es extraño, pues, que en algunas regiones de España y de América hablemos de la Pascua de Navidad, o también, en plural, de las Pascuas de Navidad, además de la Pascua de Resurrección.
Y nos deseamos una Feliz Pascua o felices pascuas. Porque en medio del misterio, del castigo de Dios, ha querido pasar su Hijo entre nosotros.
Todos los sentimientos se dan cita en esta Nochebuena. Si no fuera así, seríamos unas bestias.
¿O no se renueva el odio de los perseguidores? Basta oír los comentarios de los cínicos.
¿O acaso no se enciende de nuevo la ilusión de los niños, aun bajo la mirada desencantada de sus padres, tantas veces? ¡Y que nadie ose disipar el encanto de esa Nochebuena!
¿Y qué decir de la fe, y aun de la credulidad encantadora? Chesterton lo expresó con meridiana claridad para quienes puedan entenderlo: “Personalmente, por supuesto, yo creo en Santa Claus [en Chile decimos: el Viejito Pascuero]; pero es el tiempo del perdón, y yo perdonaré a los otros por no hacerlo”.
También aflora la amargura y el resentimiento en quienes parecen incapaces ya para siempre de alegrarse con la alegría de los demás. No, no es verdad, nadie está para siempre lejos del calor de la Pascua. Charles Dickens, en su conmovedora novela corta Canción de Navidad, nos enseña que a veces basta un sueño, un solo recuerdo, una mirada para deshelar un corazón endurecido por la avaricia y el escepticismo.
Todas las palabras, todos los raciocinios, se agolpan en la mente para intentar dar cuenta de este misterio de la Pascua. Porque o bien es un misterio cómo ha podido la credulidad humana arraigar algo tan profundamente en las almas, hasta el punto de que el árbol de Navidad más alto del mundo se ha construido en la pagana China, o bien es un misterio aún más inexpugnable cómo ha podido Dios hacerse hombre y dejarnos libres para escupirle en la cara.
La alegría de la Pascua es un misterio porque somos muchos los que nos alegramos, e invitamos a otros a alegrarse, y quisiéramos compartir el secreto de la alegría . . . ¡mas son tantos los que no se alegran!
Invito a enfocar la mirada en el Paso del Misterio, a fijarnos primero en lo pequeño y lo débil y lo despreciable, porque Nietzsche tenía razón: la nuestra es una moral de esclavos. Y luego, a mirar a lo alto, a lo lejano, al universo, porque el Legislador se hizo Esclavo y habitó entre nosotros.

viernes, diciembre 12, 2014

La PUC contra los prejuicios y la discriminación

Es una lucha por formar a los niños desde pequeños para que no vayan a pensar como sus abuelos en tantas cosas que se arrastran desde hace 2000 años o más.

Progreso.

Leed.


Experta afirma los niños deben aprender a reconocer los prejuicios, a enfrentarlos y desarmarlos
Martes, 09 de Diciembre de 2014 00:00


Ana María Rodino fue invitada por la UC para reflexionar sobre la Educación en Derechos Humanos en América Latina.
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El encuentro con Ana María Rodino fue organizado por el CEPPE UC; el Núcleo de Estudios en Educación en Derechos Humanos UC, y el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
Existen varios niveles donde la educación puede aportar en el fortalecimiento de los Derechos Humanos. En primer lugar, están los valores y actitudes que ayudan a promover la vida, la libertad, la tolerancia, el respeto y la paz. Un segundo nivel tiene que ver con el desarrollo de destrezas, capacidades y competencias para la acción. Finalmente, en tercer lugar, el contexto del sistema escolar permite problematizar la información y la realidad en el nivel del aula.
“A los niños se les debe enseñar a negociar y manejar situaciones de conflicto, a reconocer los prejuicios y desarrollar estructuras que permitan desarmarlos y enfrentarlos”, reflexionó al respecto Ana María Rodino.
La investigadora, asesora internacional y autora de importantes textos en el campo de la Educación en Derechos Humanos (DDHH) en Latinoamérica, fue invitada a exponer sobre este tema en la UC. Organizado por el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, CEPPE UC; el Núcleo de Estudios en Educación en Derechos Humanos, NEEDH UC, y el Instituto Nacional de Derechos Humanos, el encuentro se realizó el pasado jueves 13 de noviembre en la Facultad de Educación.
Rodino precisó que los prejuicios devienen en estereotipos, y los estereotipos conducen a la discriminación. “Hay que hacer un gran trabajo de desmontaje con estas estructuras, ya que los prejuicios empiezan con ideas muy leves, que parecen casi inofensivas. Luego se alimentan los estereotipos y los colectivos humanos terminan discriminando a ‘los otros’, que son mejores o peores que nosotros”, sostuvo.
Como dinámicas dentro de la sala de clases, la investigadora recomendó cultivar la empatía y tratar de que los niños conozcan y se vinculen con personas distintas. “Los derechos humanos no sólo se refieren a personas vulnerables. No sólo se discrimina la discapacidad o los migrantes, también se discriminan otras opciones de sexualidad, la diversidad etaria incluso. Por lo tanto, todos requerimos educación para los derechos humanos”,  enfatizó.
Por último, sobre el rol de la escuela, Ana María Rodino señaló que la historia provee una mirada indispensable en este tema. “La memoria tiene que estar presente en la escuela y en el currículo escolar. La escuela tiene que poner estos temas en la mesa, problematizar la realidad y difundir datos y hechos objetivos de lo que en realidad ha sucedido en la historia de nuestro continente, en la historia de los pueblos”, sentenció.
La experta declaró que es cierto que el responsable en última instancia de las violaciones a los DDHH es el Estado, al no proveer la reglamentación, el marco y los sistemas de protección nacionales para evitar que sucedan violaciones o abusos de este grupo de derechos de la dignidad humana. “Pero finalmente somos todos responsables, de que los podamos ejercer, que los defendamos ante los demás, que comprendamos la relación que tienen con la ciudadanía y la democracia”, declaró.
En el conversatorio, que fue coordinado por las profesoras Lorena Medina y Marisa Meza, que lideran el NEEDH UC, participaron también los académicos e investigadores Dino Pancani, de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, y Claudia Matus, de la Facultad de Educación UC. Matus es también directora del proyecto Anillo interdisciplinario de investigación Normalidad, Diferencia y Educación.
El conversatorio con Rodino formó parte de las primeras actividades del Núcleo de Investigación en Educación en Derechos Humanos que trabajará en conjunto con el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH).

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Francisco Zabaleta, fzabaleta@uc.cl

martes, diciembre 09, 2014

Los amantes de las libertades, ¿dónde están?

Ahora desde Inglaterra nos explican cómo el lobby gay ha intentado suprimir las libertades públicas en casi todas partes. Con algo de éxito para intimidar.

Leed, en The Spectator.


Gay marriage and the death of freedom

Rather than striking a blow for individual liberties, the dogma of gay marriage is stifling them
125 Comments 6 December 2014
Has there ever been a sweeter-sounding, more goosebump-inducing phrase than ‘Freedom to marry’? Everyone likes freedom (even illiberal politicians pay lip service to liberty), and who doesn’t love a good wedding? Marry these two things together (pun intended) and you end up with an endorphin-releasing buzzphrase that will make anyone grin wildly.
So it has been following Senator David Leyonhjelm’s unveiling of the Freedom to Marry Bill. Across Oz, right-minded people who think gays must be allowed to get hitched experienced paroxysms of joy at the introduction of this new phrase into the political vernacular. Sure, those of a leftish bent had trouble computing the fact that it’s a classical liberal politician who’s championing their most beloved cause. But the instant they made peace with this seeming anomaly, they, together with small-l liberals, gay-rights activists and the Age-reading patrons of non-chain coffee shops across the land (well, in Melbourne), were giving themselves adrenalin rushes by whispering those three magic words: ‘Freedom to marry…’
I hate to rain on this fabulous parade, but there’s a massive problem with this happy-clappy rallying cry. And it’s this: everywhere gay marriage has been introduced it has battered freedom, not boosted it. Debate has been chilled, dissenters harried, critics tear-gassed. Love and marriage might go together like horse and carriage, but freedom and gay marriage certainly do not. The double-thinking ‘freedom to marry’ has done more to power the elbow of the state than it has to expand the liberty of men and women.
There are awkward questions the ‘freedom to marry’ folks just can’t answer. Like: if gay marriage is a liberal cause, how come it’s been attended by authoritarianism wherever it’s been introduced?
Consider France. Hundreds of thousands of French people — or ‘bigots’, as the gay-marriage lobby brands anyone who disagrees with it — marched against the legalisation of gay marriage in 2013. And they were beaten and tear-gassed by riot cops. Parisians in t-shirts celebrating traditional marriage were arrested for holding ‘unauthorised protests’. In the words of Parisian writer John Laughland, critics of gay marriage were turned into ‘ideological enemies’ of the French state. It’s a funny expansion of freedom that so violently pummels the right to protest.
Consider America. The authorities there haven’t had to whip out their truncheons because non-state mobs have policed the opponents of gay marriage on their behalf. In the words of the author Damon Linker, asupporter of gay marriage, Americans who raise even a peep of criticism of gay marriage face ‘ostracism from public life’. We saw this with the medieval hounding of Brendan Eich out of his job at Mozilla after it was revealed that — oh, the humanity! — he isn’t a massive fan of gays getting married. Linker says the gay-marriage brigade has created a menacing climate, where the aim seems to be to ‘stamp out rival visions’. Americans who fail to bow at the altar of same-sex hitching, from wedding photographers to cake-makers, are harassed and boycotted and sometimes put out of business. The ‘freedom to marry’ clearly trumps the freedom of conscience.
Consider Britain. One of the first things gay campaigners here did when they won the right to marry was demand Catholic schools be forced to teach that gay marriage is as good as straight; even though they don’t believe this. Screw you, freedom of religion. Perhaps Catholic schools should bring back ‘priest holes’ to discuss their beliefs free from the watchful stare of the gay-marriage lobby, which, in Linker’s words, demands ‘psychological acceptance’ of gay marriage from all.
Why is this alleged freedom so feverishly embraced by politicians who can’t spell the word freedom? There’s David Cameron, demolisher of press freedom; French officials, so allergic to liberty that they won’t let Muslim women wear what they want; Obama, Christendom’s spymaster-in-general. What draws such freedom-fearing rulers to the ‘freedom to marry’? It’s simple: gay marriage has diddly-squat to do with freedom. Rather, this new institution, invented from pure cloth by tiny numbers of sharp-suited lawyers and agitators, is better seen as a Trojan horse for the enforcement of a new morality, one which calls into question the old virtues of lifelong commitment and familial sovereignty and replaces them with the flightiness and flexibility more commonly associated with gay relationships. ‘Gay marriage’ is the lick of paint modern society gives to its own discomfort with the traditional family set-up and its desire to dismantle, or at least dent, that set-up in favour of pushing new, post-traditional, state-defined hook-ups.
Twenty-five years ago, American thinker Christopher Lasch argued that ‘progressive rhetoric has the effect of concealing social crisis and moral breakdown by presenting them as the birth pangs of a new order’. Bingo! There’s no better description of gay marriage. Here, too, progressive-sounding rhetoric is really the dolling-up of our atomised, risk-averse societies’ growing disdain for those deep relationships in which families and communities traditionally socialised the next generation, mostly away from the prying eyes of the state. This is why the gay-marriage campaign is so contradictorily illiberal, so hostile to dissent, and so attractive to petty-authoritarian politicians: because it isn’t about expanding liberty at all; it’s about unilaterally overhauling the moral outlook of the traditionalist sections of society and elevating the commitment-phobic, passion-lite, short-termist values of the chattering classes instead.
Aussie campaigners for the ‘Freedom to marry’ are actually lucky that the PM isn’t cheering their moral crusade. Because this means that when they finally win this illiberal liberty — which they unquestionably will — they’ll be able to present it as a great victory for civil libertarians who bravely took on The Man. When in truth, their victory will be built on the spilt blood of French protesters and the trampled-upon right to dissent of Americans and Britons and the transformation of gay marriage by Western political elites into a new orthodoxy that you question at your peril.
Poor Mr Leyonhjelm — he thinks he’s striking a blow for liberty, when really he’s completing the final act in a pink-tinged tyranny kickstarted by the new authoritarians of the modern West.
This article first appeared in the print edition of The Spectator magazine, dated 

domingo, diciembre 07, 2014

Sobre la Pepa de Providencia

The Clinic nos aporta interesante entrevista que desnuda la realidad de la voluntad de poder, por mucho que se revista de una mística laica y de una épica pseudodemocrática.

Atención: yo no suscribo los juicios negativos sobre la alcaldesa, quien merece todo mi respeto. Les pido que se fijen en la descripción de los acontecimientos y en el proceso de desenmascaramiento.

Leed.


Juan Eduardo Donoso, ex jefe de campaña y de gabinete de la alcaldesa de Providencia: “El poder desquició a Josefa Errázuriz”

Desde la primera campaña política de Josefa Errázuriz, Juan Eduardo Donoso (68) -ex MIR y empresario- ha sido la mano derecha de la alcaldesa. Su casa fue el primer comando de La Pepa, repartió panfletos en el barrio, se subió en cajones de manzanas para convencer a viva voz a los vecinos y puso plata de su propio bolsillo para defender el proyecto que finalmente derrocó a Labbé. A dos años del hito, Donoso abandona la municipalidad y asegura que el movimiento colectivo por el que luchó se fue a la cresta porque Josefa Errázuriz sucumbió ante el poder. “Aquí se generó una épica, una idea de hacer la política de otra forma, pero caímos exactamente en lo mismo por ella”.
Juan-Eduardo-Donoso
¿El poder cambió a Josefa Errázuriz?

  El poder la desquició. Cambió de personalidad. Mi amiga desapareció. Ella es otra persona. Lo vivimos todos los que estábamos alrededor. Aceptaba solo opiniones positivas, cualquier opinión o dato negativo no lo aceptaba. Con eso se empezó a aislar y a rodearse de gente que le decía todas las cosas buenas. Ahí yo dije “esta mujer está enferma”. Me puse a buscar y me encontré con esto del hybris, que es la estupidez que le produce el poder a algunas personas. A la gente la transforma en estúpida.
¿Se lo dijiste a Josefa?
Sí. O sea, no estúpida. Lo del hybris sí.
Sobre su escritorio hay un fajo de papeles, de los cuales, gran parte es la recopilación que Donoso ha hecho sobre el “síndrome de hybris”. La palabra hybris, de origen griego, era utilizada para referirse a los héroes que conquistan la gloria y se embriagan de poder creyéndose dioses. El “síndrome de hybris”  es un desorden de personalidad estudiado hace años por el político, ex ministro y neurólogo británico David Owen en el que se basó para analizar a líderes como George Bush y Tony Blair, entre otros. “Endiosamiento, desconfianza, déficit de atención, aislamiento y una férrea seguridad en uno mismo que se transforma en desmesura y absolutismo. También la necesidad de acompañarse de una corte de aduladores hasta el borde del abismo”, son los síntomas que aparecen en la primera página de la compilación y que, según Donoso, describen de manera perfecta la situación de Josefa Errázuriz.
AMIGOS DEL BARRIO
¿Cómo conociste a Josefa Errázuriz? 
Josefa era dirigenta de la junta de vecinos de Los Estanques y más tarde fue presidenta de la Unión Comunal. Yo era presidente de la junta de vecinos de Bellavista y nos encontrábamos de vez en cuando en las reuniones. Así nos empezamos a acercar. Esto fue como en el 2005.
¿Cuál era tu opinión de ella?

Era una líder muy valorada, una persona muy cercana a todo el mundo.
¿Cuál era el estilo que la caracterizaba como líder?

Estaba en todo. Por eso cuando llegaron las elecciones de concejales, todas las juntas de vecinos decidimos presentar a la Pepa como candidata. Fue una campaña que armamos el marido de Josefa, Lorenzo, Josefa, mi mujer y yo. Salíamos juntos a comer, nos hicimos bastante amigos, con los hijos de la Pepa también. Nos poníamos en las esquinas con cajones de manzanas a hablar, hablar y hablar. No salió, pero fue un muy buen primer paso.

¿En qué momento la definen como candidata a alcaldesa?

Era diciembre del 2011 y no había candidato. Pero en septiembre de ese año se produce el homenaje a Krassnoff (ex brigadier del Ejército, agente de la DINA y preso por violaciones a los derechos humanos), que fue un detonante muy importante. El hecho de que Labbé, como alcalde, fuera propulsor de esta idea era demasiado brutal. Ya no se trataba de ser de derecha o de izquierda, a todo el mundo en Providencia esto le pareció pésimo. Nosotros dijimos basta. Tratamos de impulsar que en las elecciones no se votara por una foto, sino que por una idea.
¿Cómo llega ella a encarnar esta idea?
Era la que cumplía con mayores requisitos. Es una persona capaz de expresar bien sus ideas. Había peleado contra la dictadura, pero venía del colegio Villa María; un equilibrio que para Providencia es importante. Era presidenta de la Unión Comunal, de la organización ecológica Ciudad Viva y tesorera de la Corporación de amigos del MAC. Cuando Labbé la trató de “dueña de casa”, se puso la cruz encima po, porque no concordaba.
¿Te tocó tener que convencer a Josefa para que se postulara?
No de convencerla, sino de ver pros y contras. Lo único que pensábamos era que tenía que haber primarias en Providencia. Finalmente compitieron Cristóbal Bellolio, Javier Insulza y la Pepa. Entre todos creamos Providencia Participa para las primarias.
Una primaria buena onda, organizada entre los contrincantes.
Absolutamente. Nosotros la vimos dura porque no teníamos nada. Éramos cuatro gatos repartiendo panfletos y multiplicándonos por diez. Pero la Pepa se conocía al dedillo la Muni, los otros dos eran allegados. Fue muy fuerte cuando Revolución Democrática le dio el apoyo a la Pepa, ahí empezó a haber interés de los medios, que antes ni nos pescaban. Estábamos asustados. Ya íbamos a la pelea.
¿Cómo fue cuando ganaron las primarias?
Dijimos: aquí hay que ponerse serio y darlo todo. Hasta ahí no teníamos ni un peso, pa juntar las 500 lucas que gastamos en las primarias tuvimos que hacer una vaca. Nadie nos quiso dar plata, nos decían “¡Cómo van a sacar a Labbé, estai loco!”. Pero cuando ganamos hubo personas que el primer día nos dieron un millón. En total gastamos 70 millones, cosa que es insólita. Una campaña no vale menos de 300, 400 millones. Y es que claro, todo el mundo trabajaba gratis.
A esas alturas ya eras jefe de campaña
Sí, la Pepa me lo pidió. Y el comando real era este, las reuniones se hacían en mi casa todos los domingos.
¿Lo pasaban bien?

Siii po, había copete po. Un par de botellitas de vino salían ahí. Con todo el mundo que yo he hablado de esto se recuerdan que fue muy agradable. Participaba gente de todos lados. Bellolio, Insulza, Giorgo Jackson, Jorge Burgos, el Chico Solari, Garretón, Carcavilla, la Marta Lagos… A veces vino gente de derecha derecha a ver si podían aportar algo. Después se fueron.
¿Nunca hubo roces?

Cero.
¿Hay un paralelo entre esta campaña y la del NO?

Para mí sí. Tratamos de darle un formato similar. Este era el último vestigio de la dictadura.
En ese sentido, ¿sentiste algo similar a lo que era combatir la dictadura?

No, porque nosotros pusimos una norma al principio: Labbé no existe. Lo que estábamos presentando era un programa. Se entendía que queríamos deshacernos de él, pero no era explícito. Nos teníamos que presentar como una nueva Providencia, sin autoritarismo. Llegábamos a las casas del sector que creíamos pro Labbé y la gente nos recibía con los brazos abiertos. Esto fue épica pura, la gente se sintió interpretada. Empezamos a crecer como una bola de nieve. Teníamos 1200 voluntarios. Me acuerdo de una vez que entró una señora al comando, nos dejó unos pasteles diciendo “Estoy feliz, esto es fantástico”.
¿Desde cuándo no se vivía esa épica?

Yo la viví con Allende. Estuve mucho tiempo afuera, pero me imagino que es la épica del NO. Cuando nos dimos cuenta de que habíamos ganado, nos miramos con la Pepa y no creíamos la historia. Tiene que haber sido muy similar al NO: la gente se identificó con algo que creía que iba a pasar… Pero que después no pasó.
EL PALACIO DE LA REINA DESNUDA
Juan-Eduardo-Donoso-foto-alejandro-olivares
¿Cómo fue la entrada a la Municipalidad?
Nos entregaron las cosas y nos fuimos de espaldas porque no había nada. La gestión de Labbé, que era tan fantástica, era pura pantalla. Pensábamos que nos íbamos a encontrar con una organización muy clara desde el punto de vista contable, por ejemplo. ¡No! Las cuentas se demoraron meses en ajustarse. Cuando la Pepa dijo que esto era una municipalidad de utilería, tenía sus razones.
¿Cómo decidieron la distribución de cargos?
En el fondo era yo y la Pepa que conversábamos ese tema, pero fue ella la que decidió quiénes llegaban y al final puso gente suya. Llegó Lautaro Contreras a la Administración Municipal, que era un conocido de la Pepa, y a mí no me pareció idóneo. Era un poquitín prepotentón y él no participó en la campaña ni nada. En la campaña todo el mundo había sido todo lo contrario, fue una cuestión en la cual existía amistad entre la gente y buena voluntad. Lautaro no me dio esa impresión.
¿Te molesta que ella haya sumado gente en la municipalidad que no venía del proyecto colectivo?
Claro. Yo sostengo que es un proyecto participativo que terminó siendo un proyecto individual. Desde el principio teníamos un equipo, que era en parte el de la campaña, y tratamos de hacer una dirección colectiva que apoyara a la Pepa con reuniones una vez a la semana. Pero la Pepa no logró soportar eso y ahí empieza el quiebre.
¿Qué es lo que no logró soportar?

Trabajar en equipo.
¿Algo que antes sí hacía?

Sí, claro. Pero ahí empieza a romper este equipo. No te escuchaba, interrumpía permanentemente. Un día me dijo “Mira, yo a ustedes les aguanté que me mandaran durante toda la campaña, ahora yo los mando a ustedes”.
¿Por qué decides irte?
Porque dejé de creer en la Pepa y, como recibí por ahí mensajes de que ella quería que yo ya me fuera, eso me ayudó mucho a tomar la decisión.
Al igual que tú, varios colaboradores cercanos que llegaron con ella a la municipalidad se han ido. En una entrevista ella lo atribuyó a que “no daban el ancho”.
Es ella la que no da el ancho. Esto es como un equipo de fútbol, de repente se van todos los jugadores y queda solo el entrenador. Claro, le va a echar la culpa a los jugadores, pero es quien dirige el cuento. ¡Cómo se le ocurre decir una cosa así po! ¿Jorge Andrés Richards no dio el ancho?, ¿Harry Abrahams no dio el ancho?, ¿Tomás Marín o su secretaria no dieron el ancho?
¿Por qué la migración entonces?

Porque no aguantaban el ambiente. Incluso en broma nosotros hablábamos de la rotonda de los puñales, cáchate, o sea ya nadie soportaba el ambiente que había ahí. Las secretarias de la Pepa se fueron todas.
Este ambiente insoportable del que hablas, ¿era por choques políticos entre gente de distintos partidos o había algo más?

No. Solo poder. Todo el mundo estaba peleando por una cuota de poder, pero en definitiva quien debía distribuir el poder era la jefa. Y eso empezó a romperlo todo. Por ejemplo, yo llegaba a las 8 todos los días para reunirme con ella. Pues Lautaro Contreras empezó a llegar a las 7.30. Yo no estoy para esa pelea chica y tonta.
Una pelea por ser el favorito.
Claro, era infantil.

¿Cuál era la manera de tener más poder?

Decirle que estaba todo fantástico. Y yo no soy capaz de eso, por el contrario, yo le decía “aquí la estamos cagando”, “modifiquemos esta cuestión”. Pero dejó de escucharme y terminó escuchando a Carola Muñoz, que era la encargada de comunicaciones que trajo porque había sido profesora de su hija. Además llegó Alejandro Canales, que le ve la agenda a la Pepa y va con ella a todos lados, otra persona que le va diciendo a todo “uy qué bien lo hace alcaldesa”, “ese vestido le queda muy bien”. Y así terminó siendo la reina desnuda: como todo el mundo le decía “oye, qué bien te queda el vestido”, no le gustaba que un niñito por ahí le dijera “señora, anda en pelota’”. A esas alturas ya le dije que me quería ir a la Fundación (Cultural de Providencia) porque no soportaba más este ambiente ácido. A partir de enero no hablé nunca más con ella. Me acuerdo de que antes le dije “Pepa, te subiste a un avión privado, andai a 10 mil metros de altura volando y nos dejaste a todos abajo”.
¿También dejó abajo a los vecinos?
Yo diría que sí. Antes era cercana a la gente, seguía con las ideas de mejorar la comuna, pero desde abajo. En un momento determinado hizo un switch, empezó a sentirse superior. Se creyó el tema de que era un personaje muy importante en el país y empezó a trabajar para eso.
¿Qué pasó con el proyecto que tenían?
El proyecto colectivo se fue a la cresta. Ahora es SU proyecto. El movimiento que nosotros creamos era eso, un movimiento, pero después ella creyó que el movimiento era la Josefa Errázuriz y hasta el día de hoy lo sigue creyendo.
El concejal Jaime Parada declaró “Me gustaría que Josefa escuchara más”. ¿Esa sensación la tienen muchas de las personas que trabajan ahí?
Todas. Al final lo que ella está escuchando es su voz interna.
En una entrevista, Josefa Errázuriz dijo que “el poder es muy solo”.
El hybris te genera eso. Cuando vi la foto de la portada de esa entrevista me fui de espaldas. Está sentada sola en su oficina de la municipalidad mirando por la ventana, mirando los cortinajes.
¿Crees que era apta para el puesto?

Absolutamente. Si hubiese seguido más o menos igual a como funcionaba antes.
¿Qué opinas de la ordenanza que restringe el horario de venta de alcohol?
Fue una cosa absolutamente inconsulta. Salió de repente y yo, y todos los vecinos, nos enteramos por la prensa. Desde el principio supe que iba a quedar la escoba porque no hubo consulta y esto no es bueno para los locatarios. Aún así, era bueno para nosotros, así que los vecinos le mandamos una carta diciendo que la defendíamos hasta el final.
¿Qué opinas de que la comparen con un dictador, lo de Prohibidencia?
Eso es una estupidez. No tiene nada que ver. La campaña que se ha hecho contra la Pepa de parte de los locatarios ha sido una cosa brutal y que la hayan hecho cambiar de opinión ahora… Esta semana, la reunión para cambiar la ordenanza fue fallida. Se enredó demasiado y la ordenanza quedó igual, lo que es un error. Lo que falta aquí es coordinación de la Muni.
¿Ese cambio de opinión fue para no quedar mal con nadie?
Sí.
¿Le importa mucho tener aprobación?
¿Tú decís como un Piñera así, que quiere que la quieran? Sí.
¿Qué estabas haciendo en la Municipalidad antes de irte?
Llegó un punto en el que ya no tenía nada que hacer. Yo estaba de encargado de relaciones institucionales para traer exposiciones de afuera, pero me encontré con que no teníamos seguridad ni sistema para la humedad. Además el primer presupuesto nos llegó en agosto. Entonces ¡córtala!
Te tenían un poco pal webeo…
Así no más. Y a toda la Fundación.

¿A qué atribuyes este mal funcionamiento?

Es culpa de la dirección. Mi queja principal es que no hay un líder. Hay descoordinación interna, boicot. Hubo mucha gente que estaba desde antes en la municipalidad que quería colaborar, pero había otros que estaban permanentemente boicoteando. Aún así, el problema principal somos nosotros. El no tener partido político es súper complicado para un movimiento ciudadano. No hay algo que te obligue a comportarte de una determinada forma.
A cuadrarse…

No hay encuadre y eso lo hace muy complicado. Una de mis grandes dudas en este momento es cuál es el futuro de los movimientos ciudadanos, porque en el mundo en general no han tenido un éxito muy grande.
MOVIMIENTOS CIUDADANOS
Bachelet llegó al poder empapada de los movimientos ciudadanos con sus tres grandes reformas, pero pareciera que esa épica también ha ido desapareciendo. ¿Existe un paralelo entre Bachelet y Errázuriz? 

No. A ver, yo no era bacheletista, pero lo ha hecho bien. Encuentro que la derecha le está tirando pura mierda. Ha hecho mucho ruido con toda esta cuestión de la reforma educacional y pa qué te digo esto de andar diciendo que la reforma tributaria le saca plata del bolsillo a la gente. Ha sido un escándalo desproporcionado.
Pero muchos de los actores que impulsaron las movilizaciones estudiantiles están disconformes con la reforma educacional.
Es que otra cosa es con guitarra. Cuando tú llegas al poder, la forma en como haces las cosas probablemente no le va a gustar a todo el mundo.
¿Esto que dices, “otra cosa es con guitarra”, les pasó a ustedes en Providencia?

Sí, total. Pero creo que se podría haber conservado la épica y se perdió porque se metió gente que no ensambló con nosotros. Aunque yo no me quito responsabilidades de cagadas que he dejado. Todos las hemos dejado, por inexperiencia.
¿Fue riesgoso desembarcar con este movimiento ciudadano a la municipalidad y no tener gente con más experiencia en política?

El problema es que si se hubiese metido esa gente en la campaña, nos hubieran comido. La gente que está en la política está permanentemente comiéndose al resto.
Tienes dudas de cómo se comportan los movimientos una vez llegados al poder.
Claro, porque es gallada que llega al poder así de repente. Aquí se generó una épica, una idea de hacer la política de otra forma, pero caímos exactamente en lo mismo por ella. Lo que nosotros queríamos era arreglar las cosas, pura buena voluntad no más, pero necesitai detrás una estructura. ¿Cómo los movimientos ciudadanos pueden tener éxito?, ¿o son solamente movimientos en un período y cuando se llega al poder hay que armar otra cosa, con otra gente?
Que dirigentes del movimiento estudiantil como Jackson o Boric hayan llegado al Congreso, ¿no es el éxito de un movimiento ciudadano?
Lo es. Son un producto del movimiento que los tiró pa arriba.
¿Qué los diferencia a ellos de Josefa?
Boric y Jackson han sido consecuentes. A ellos no los atacó el poder. La Pepa fue demasiado evidente.
¿Qué opinas de un posible regreso de Labbé?

Labbé es el pasado. Ya nadie quiere eso, solo él y su familia. No creo que la UDI le dé el paso, se pasaría de tonta. Lo veo tan improbable.
Qué opinas de otros posibles candidatos como: Luciano Cruz-Coke, la esposa de Labbé o Cecilia Morel.
La esposa de Labbé es Labbé. Es pasado. Cruz-Coke sería un buen candidato para la derecha, porque es un gallo limpio, que no molesta a nadie. No sé si sería eficiente, creo que no fue muy buen ministro. La mujer de Piñera es una persona querida, limpia. Te digo un nombre que me encantaría, pero no sé si a él le encante: Jorge Burgos. Es un tremendo tipo, muy querido, yo creo que él podría salir. Tenemos que llegar a candidatos de ese tipo.
Gente que tenga experiencia en cargos políticos.
Gente probada, que el poder no la vuelva loca.