Betancourt: la alegría y la ira
Betancourt: ¡qué alegría!
Ha sido rescatada Ingrid Betancourt. Desde Chile nos unimos a la alegría suya, a la de los suyos, a la de los colombianos y a la de los franceses, a la de todos los hombres bien nacidos.
Nos alegramos por ella como nos alegramos por cada inocente arrancado de las garras de la violencia y de la locura, de la malicia impune. Y esta alegría es incondicional. No depende de lo que hagan o digan otros; no depende de si fue rescatada con medios legítimos o ilegítimos; no es más que la reacción de un espíritu que goza de libertad y con la libertad.
Un medio de prensa afirma que, con este rescate, la guerrilla ha perdido "su moneda de cambio". Permítanme, entonces, decir algo más allá de la alegría.
Algo que tiene que ver con la ira.
¿Cuánto tardaron los franceses en aquilatar el dolor de los secuestrados por la heroica guerrilla sudamericana? ¿Cuánto se demoraron los europeos en catalogar a las FARC como grupo terrorista?
Mas no creáis que me refiero a los europeos en bloque. Dios me libre, cuando tanto bien hemos recibido de ellos. Me refiero a los europeos liberales de izquierda, a los que todavía usan la imagen del Che Guevara en sus camisetas, a los que rinden culto histórico a Salvador Allende, que son los mismos que, hasta hace poco, no sabían dónde estaba la nobleza y dónde la ignominia de Colombia.
Me refiero a esas gentes, en Europa y en otros lados, que solamente miran y remiran al gobierno colombiano porque no logra erradicar los abusos de los paramilitares, o no los castiga lo suficiente, lo que estos justicieros de escritorio querrían que se los castigara; pero son incapaces de ver que ese mismo gobierno está concentrado en lo más urgente, en erradicar a las FARC, y hace lo que puede —también negocia y llega a tratos de desarme— con los otros grupos violentos, surgidos como reacción de autodefensa en un estado incapaz de proteger a sus propios ciudadanos.
Esas gentes comenzaron a compadecerse de los miles de secuestrados por las FARC gracias a que fue secuestrada la dichosa "moneda de cambio". Y la "moneda de cambio" nos hace ver cuán desiguales son los secuestrados ante la mirada, que se cree divina, de los burgueses acomodados, racistas aunque no lo quieran, izquierdistas dislocados.
Entonces nos preguntamos: ¿cuándo juzgarán a Álvaro Uribe por sus crímenes contra los derechos humanos? ¿Testificarán a su favor todos los que hoy, de izquierda y de derecha, se alegran por Igrid Betancourt?
Yo me alegro por ella. Con los hipócritas, solamente rabia.
Ha sido rescatada Ingrid Betancourt. Desde Chile nos unimos a la alegría suya, a la de los suyos, a la de los colombianos y a la de los franceses, a la de todos los hombres bien nacidos.
Nos alegramos por ella como nos alegramos por cada inocente arrancado de las garras de la violencia y de la locura, de la malicia impune. Y esta alegría es incondicional. No depende de lo que hagan o digan otros; no depende de si fue rescatada con medios legítimos o ilegítimos; no es más que la reacción de un espíritu que goza de libertad y con la libertad.
Un medio de prensa afirma que, con este rescate, la guerrilla ha perdido "su moneda de cambio". Permítanme, entonces, decir algo más allá de la alegría.
Algo que tiene que ver con la ira.
¿Cuánto tardaron los franceses en aquilatar el dolor de los secuestrados por la heroica guerrilla sudamericana? ¿Cuánto se demoraron los europeos en catalogar a las FARC como grupo terrorista?
Mas no creáis que me refiero a los europeos en bloque. Dios me libre, cuando tanto bien hemos recibido de ellos. Me refiero a los europeos liberales de izquierda, a los que todavía usan la imagen del Che Guevara en sus camisetas, a los que rinden culto histórico a Salvador Allende, que son los mismos que, hasta hace poco, no sabían dónde estaba la nobleza y dónde la ignominia de Colombia.
Me refiero a esas gentes, en Europa y en otros lados, que solamente miran y remiran al gobierno colombiano porque no logra erradicar los abusos de los paramilitares, o no los castiga lo suficiente, lo que estos justicieros de escritorio querrían que se los castigara; pero son incapaces de ver que ese mismo gobierno está concentrado en lo más urgente, en erradicar a las FARC, y hace lo que puede —también negocia y llega a tratos de desarme— con los otros grupos violentos, surgidos como reacción de autodefensa en un estado incapaz de proteger a sus propios ciudadanos.
Esas gentes comenzaron a compadecerse de los miles de secuestrados por las FARC gracias a que fue secuestrada la dichosa "moneda de cambio". Y la "moneda de cambio" nos hace ver cuán desiguales son los secuestrados ante la mirada, que se cree divina, de los burgueses acomodados, racistas aunque no lo quieran, izquierdistas dislocados.
Entonces nos preguntamos: ¿cuándo juzgarán a Álvaro Uribe por sus crímenes contra los derechos humanos? ¿Testificarán a su favor todos los que hoy, de izquierda y de derecha, se alegran por Igrid Betancourt?
Yo me alegro por ella. Con los hipócritas, solamente rabia.
Sarkozy fue quien, al igual que en el caso de las enfermeras en Libia (pero esta vez, no con Cecilia, sino con Carla *), trató de realizar una puesta en escena muy latinoeuropea tipo Air Force 1, del presidente al rescate!
ResponderBorrarporque hay algunas personas más valiosas que otras: los ciudadanos franceses y da lo mismo si cuestan 20 millones de euros,
saludos Cristóbal!
PS: en Planisferio hay también un art. al respecto
_____________
* viste la letra del CD de Carla que aparecerá en estos días, no? (artículo en mi blog, buscar, si quieres, a través del label Sarkozy o Francia o Carla Bruni), no te lo pierdas, habla de Colombia!!!!
Gracias, Marta. Leí el artículo con la noticia estrambótica de Carla, por decir lo menos. En todo caso, como digo de pasada, yo soy un INMENSO admirador y agradecido de Europa y un cariñoso amigo de todos los europeos. Es cuando emerge cierta ideología inconsciente que me siento llamado a servirlos (a quienes les venga el saco) con mi crítica.
ResponderBorrarCristóbal:
ResponderBorrarA lo mejor esto ya estamos siendo testigos directos de la bien llamada "barbarie de la reflexión", que se apodera con fuerza de una Europa que alguna vez se constituyó como luz del mundo.
Mucho de nuestros conocimientos, como también su correspondiente articulación con el Evangelio, se lo debemos a Europa. Pero la historia guarda celosamente el desenlace de esta historia, y el demonio toma provecho para confundirnos astutamente bajo la mirada de una humanidad que se organiza "exitosamente" bajo el alero de la fría "comodidad y bienestar".
Y una vez que erradicamos cualquier auxilio proveniente desde lo alto, ya es muy tarde, la vida misma hemos perdido fugazmente...
Lamento que un pueblo tan fecundo, y porque no decirlo, depositario de tanta belleza, se esmere en un sinsentido cada vez más identificable:
Destruir la religión, condenarnos en el intento...
Hafar al Batin.
Cristóbal:
ResponderBorrarPienso como tú. Del mismo modo como, una vez olvidado el temor comunista y terrorista se pusieron a juzgar a los militares chilenos; o terminadas las atrocidades de Sendero Luminoso en Perú llevaron a los tribunales a Fujimori; es probable que el héroe Uribe termine mal.
Saludos,
Álvaro P.
pecados capitales:
ResponderBorrar1. lujuria
4. ira
una cosa es sentirlos... otra justificarlos