Sobre la ley de igualdad: ¡a no engañarse!
Es simple legitimación social y legal del feminismo radical y de la ideología de género, del estilo de vida homosexual y de su imposición incluso sobre niños indefensos.
La privación de la tuición de los hijos a una madre abiertamente lesbiana fue una decisión justa, porque todos los niños merecen un modelo moralmente correcto de parte de su madre y de su padre (sin discriminación). Es una pena que, en reciente entrevista, la Ministra del SERNAM demuestre que ha sido colonizada por el lobby gay y feminista, es decir, por la ideología de género.
Respecto de la ley, lo esencial no está en el lenguaje abstracto que ella use, sino en lo que se intenta y normalmente se consigue (recordemos que la ley de aborto de Alemania se llamaba ley de ayuda a las familias en dificultades . . .). Da igual el lenguaje que se use: está claro que se intenta promover algo moralmente malo.
Estas leyes son impulsadas, en todas partes, por el feminismo radical y el lobby gay: para eso son, para eso las impulsa la ONU, y al final los tribunales lo saben, y para eso las aplican. Es esta idea de igualdad la que ha obligado a cerrar (casi todas) las agencias católicas de adopción en UK, y un largo etcetera.
Por desgracia, el diablo no está en los detalles en estos casos: todo es grueso y visible. Es una andanada contra las distinciones fundamentales entre lo legítimo y lo ilegítimo.
Después habrá que ver si alguien se atreve a defender a los niños contra el proselitismo homosexual, que es agresivo, llega a los colegios, y corrompe el carácter desde los más tiernos años.