Siempre se cumplen nuestras profecías
Los conservadores no somos pesimistas. Simplemente profetizamos lo que ocurrirá si se abre la mano en la redefinición del matrimonio, cuya primera apertura fatal fue haberlo separado de su identidad religiosa. Y se han cumplido, hasta ahora, TODAS nuestras profecías. Solamente lo niegan quienes son víctimas o parte de ese cumplimiento (por ejemplo, creen que no se cumplió la profecía de degradación moral de la sociedad, porque ellos aceptan esa degradación).
Ahora llega a Chile la propuesta del "poliamor". Y se intenta suavizar la brutalidad que significa.
Leed.
‘Poliamor’, la tendencia de tener varias relaciones paralelas consensuadas
¿Se puede amar a dos o tres personas a la vez? Bueno, en España, algunos ya siguen ese camino.
EmolVi. 20 de septiembre de 2013, 08:01¿Te atreverías a tener dos relaciones simultáneas y abiertas? ¿Crees que es una opción para evitar infidelidades? ¿Es posible disfrutar del amor libre? ¿Sí o no?
Es que en el amor y las relaciones, al parecer, no hay límites. Se dice que es el lugar más fértil y creativo para desplegar todos nuestros gustos, placeres y la identidad de quienes somos a la hora del amor.
Sin embargo, para algunos el ser monógamo es una condición poco natural y muy estricta. Y, para no serlo, la opción que encontraron, sin ser infieles ni vivir bajo el engaño, es el poliamor.
Una manera de amar famosa en Estados Unidos durante los ’60, pero que también fue la forma de amar de las escritoras Anaïs Nin y Simone de Beauvoir, el filósofo Bertrand Russell y el poeta inglés Shelley.
Lo “antiguo” hoy vuelve a renacer pero está vez es en España, según anunció el periódico La Vanguardia. No es una tendencia generalizada pero si una opción de vivir en “pareja” para una minoría.
“El poliamor se basa más en el amor que en el sexo y sus partidarios consideran que este sentimiento no tiene que estar restringido. Porque si quieres a alguien deseas lo mejor para esa persona, y eso incluye permitirle ampliar su vida amorosa y sentimental”, explicó María Pérez Conchillo, presidenta de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual al diario.
Sostiene que este tipo de relaciones acepta mantener vínculos emocionales con otras personas, de forma duradera y con más de una. Pero, aunque suene extraño, la relación no pasa necesariamente por la sexualidad, porque lo peculiar del poliamor, es que no se trata de una orgía, ni intercambio de parejas. Es “amor”.
“No importa su identidad sexual. Puede darse entre mujeres, hombres o transexuales. La única condición es el amor entre ellos y la aceptación de la relación por parte de todos. Lo sexual, si bien está presente, pasa a un segundo plano, lo que se busca es la intimidad”, detalla.
A juicio de la especialista, es un amor “normal”, más socializado, donde no hay engaños sino simplemente sinceridad y permiso para compartir con otra persona desde el amor, la confianza y la entrega. No son aventuras express.
¿Es normal?
El poliamor, por tanto, es la capacidad de elegir de vivir el amor de un modo distinto, múltiple y libre. Tal vez, uno que es menos aceptado y muy cuestionado por los conservadores defensores de la monogamia o la poligamia, donde los contratos son sociales y establecidos.
“Claro, acá no hay obligaciones legales, pero para nosotros el peligro del poliamor es que es una respuesta infantil a la dinámica de una familia infantilizadora”, explican los terapeutas de pareja y familia, Michelle Cordovero y Camilo Estay.
Es decir, comentan que habría una carencia afectiva tal, en cada uno de los integrantes de esta relación, que por eso aman en varios niveles y roles.
“Todo lo que no me dieron en mi núcleo familiar lo repito con esta gente como padres, hermanos y amantes, y con una identidad sexual indefinida. Diríamos que es una respuesta a la precaria exploración de lo que significa ser pareja”, definen.
Por lo tanto, para ellos es la búsqueda de una familia ideal, en respuesta a una familia de origen inoperante que los llevó a buscar una contención emocional incondicional de una forma “diferente”.
¿Es amor?
Los terapeutas lo dudan porque este tipo de relaciones libres se experimentan cuando se viven crisis personales e inmadurez afectiva y sobre todo, porque una relación de pareja se vive de a dos, en respeto, exclusividad, fidelidad y en conciencia.
“Cuando aparece un tercero que sostiene las carencias que los otros dos no pudieron resolver y ninguno de los integrantes podrá crecer con vínculos seguros, completos y amorosos”, alertan.
Al contrario, de lo que se usa en el poliamor donde no hay celos ni sentimientos posesivos frente a la persona amada. Se deja libre, para que haya un diálogo abierto, sincero y honesto con el acuerdo establecido.
Diversos tipos
A pesar de la libertad de este amor y las bondades que pudiera tener, La Vanguardia precisa que no hay estadísticas aún de la práctica de relaciones poliamorosas. Sin embargo, sostiene que éstas tienden a durar menos, ya que el poliamor es una corriente contracultural.
Como si no fuera suficiente, encontramos que el amor libre también tiene otras variantes. ¿Cuál te gustaría practicar?
Poligamia: Una persona se casa con varias esposas (poliginia) o varios esposos (poliandria).
Polifidelidad: Existe una fidelidad establecida entre los miembros del grupo de poliamor.
Relación monopoliamorosa: Cuando un miembro de la pareja es monógamo y los demás no.
Relación grupal: Los miembros se relacionan abiertamente unos con otros. No hay acuerdo en cuanto a la exclusividad.
Relaciones conexas: Cada persona puede tener varias relaciones con diversos grados de importancia. Amor libre, libre.
Clan o tribu: El amor se da mediante redes complejas entre sus miembros, en base a una cuestión de identidad y cultural.
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