Esto lo sabemos desde hace 15 años
Venezolanos, valientes: ¡estamos con Ustedes!
El caso de Venezuela demuestra, por enésima vez, que las tiranías pueden tener origen electoral aparentemente democrático (con todas las manipulaciones que se estilan en las democracias), y, sin embargo, justificarse su derrocamiento.
Leed.
Pronunciamiento de la Sociedad de Lógica y Filosofía (de Venezuela)
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA NACIONAL E INTERNACIONAL
1.
En estos momentos en que Venezuela se halla sumida en la zozobra y se
debate en una inconmensurable crisis política, económica, cultural y
moral, pedimos a todos los universitarios del
mundo su apoyo y solidaridad para con la universidad autónoma
venezolana, sus estudiantes, sus profesores y demás trabajadores, y la
ciudadanía en general, que sin escatimar sacrificios luchamos por
nuestras libertades, por la autonomía universitaria y la
pervivencia misma de la Universidad, para que nuestras generaciones
tengan cómo y dónde educarse en libertad, ser humanamente libres, y
puedan defenderse del adoctrinamiento político al que hoy se nos quiere
someter.
2.
En Venezuela se violan de manera continua y flagrante todos los
derechos humanos. Los venezolanos no tenemos acceso a la información
oportuna y veraz como lo establece nuestra Constitución.
Los medios radiales y televisivos independientes han sido suprimidos u
obligados bajo amenaza de cierre a cambiar la programación. Sólo nos
queda la Internet, de pésima calidad y manipulada también por el
Gobierno.
3.
Las protestas públicas están siendo reprimidas con ensañamiento. Varios
estudiantes han sido asesinados, muchos otros están presos y hay
denuncias de que han sido torturados y violados.
El régimen de Nicolás Maduro ha desatado una violenta persecución
contra la dirigencia estudiantil, las organizaciones de Derechos
Humanos, los periodistas y contra toda la dirigencia opositora,
incluidas órdenes de captura y encarcelamiento, por el simple
motivo de protestar contra el hampa y la violencia institucional, la
inseguridad, la escasez de alimentos y demás bienes y servicios básicos
para la existencia.
4.
En Venezuela no hay Estado de Derecho porque no hay “Estado”. El
régimen imperante destruyó todas las instituciones, incluyendo las
fuerzas armadas a las que convirtió en “milicias revolucionarias”.
Éstas y los Poderes Públicos son sólo rótulos bajo los que se agrupan
“colectivos” violentos (integrados por nacionales y extranjeros de
diversos países) dirigidos desde Cuba por los hermanos Castro con el
solo propósito de garantizar la permanencia de Nicolás
Maduro en el poder. El Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía
General de la República y demás instituciones son ahora simples oficinas
al servicio del Gobierno, cuyo poder es ejercido, además, de manera
autoritaria, tiránica y despótica, vil y soez, en
flagrante contradicción con los preceptos establecidos en la
Constitución Nacional y el debido respeto a la población disidente, que
es la gran mayoría, si se toman en consideración las últimas elecciones
presidenciales donde, mediante un estruendoso abuso
de poder, trampas y gasto milmillonario, el candidato Nicolás Maduro
apenas pudo obtener, según las cuentas artificiosas del ente electoral
(CNE) —al que el Gobierno maneja a su capricho y antojo—, una mínima
diferencia de aproximadamente 200 mil votos. Existe
un cúmulo de evidencias objetivas, suficientes y cuantificables que
permiten razonablemente presumir la consumación de un fraude electoral; y
en la población, la certeza de que el CNE participó deliberadamente en
el fraude.
5.
Las universidades autónomas venezolanas, a pesar del acoso
gubernamental y la progresiva reducción de su presupuesto, aún mantienen
abiertas sus puertas gracias al tesonero esfuerzo de
su personal académico y técnico-administrativo que, pese a nuestros
exiguos salarios y al estado de zozobra e inseguridad reinantes,
continuamos sosteniéndola, muchas veces debiendo cubrir algunos de sus
gastos con nuestro propio dinero, y exponiendo al peligro
nuestras vidas.
6.
Frecuentemente en las universidades vivimos asediados por grupos
armados que entran encapuchados violenta e impunemente a los recintos,
incluso hasta las aulas, y aterrorizan con su presencia,
sus motos ensordecedoras, sus procacidades, disparos y explosiones de
pólvora y bombas lacrimógenas. Son reiteradas las veces que muchas
Facultades, para proteger la integridad física y mental de sus miembros,
se han visto en la obligación de suspender todas
las actividades y cerrar los portones como única defensa ante la
violencia desatada, promovida por dichos grupos, amparados y armados
por los propios organismos del Gobierno.
7.
Venezuela ha sido un país privilegiado con una gran riqueza petrolera,
gasífera, hidráulica, tierras para la agricultura y la ganadería, entre
otros muchos bienes. Hasta finales del siglo
pasado, era un país con los problemas socio-políticos típicos de la
mayoría de los países del mundo, pero era también un país en desarrollo
económico, político y social ascendente. La universidad autónoma
venezolana, con su educación gratuita e infraestructura
creciente, residencias, comedor, trasporte y demás servicios
estudiantiles, siempre fue una de las fuentes más importantes de
movilidad social, económica y cultural. Millones de venezolanos —incluso
algunos de los que hoy medran en el aparato burocrático gubernamental—
han salido de la pobreza gracias a nuestra Universidad. Pero, debido al
acoso financiero del Gobierno, hoy nuestros estudiantes no solo ven
disminuidos estos servicios y carecen de bibliotecas actualizadas sino
que están siendo criminalizados y asesinados.
8.
La mentira, la calumnia, la persecución, el atropello, la corrupción y
la vulgaridad se han ‘institucionalizado’ en el país. Por vías de hecho o
mediante leyes espurias se ha venido implantando
un ‘comunismo’ que no está previsto en nuestra Constitución democrática
y que es ajeno a nuestros valores e idiosincrasia. De ese modo se ha
convertido a Venezuela en una empobrecida colonia de la ya empobrecida
Cuba, pues son los Castro y sus vasallos sumisos
de nuestro país quienes toman las decisiones para regir todos los
ámbitos de la vida nacional. Entre otros males incontables, con nuestros
propios recursos monetarios vienen impulsando un proceso de rencorosa
ideologización con la que han distorsionado nuestra
historia y nuestra cultura, han llenado de ripios nuestra lengua y la
han vaciado de sus genuinos significados.
9.
Al empobrecimiento de nuestra cultura lo acompaña como consecuencia una
descomposición de nuestro sistema de salud y nuestro sistema
educativo. Con esa corrosiva ideología, la artimaña,
las armas y el dinero arrancado del Tesoro Nacional, se han venido
apropiando de los sectores más débiles de la población —dentro y fuera
del país—, engañándolos con precarios servicios médicos y educativos y
falsas estadísticas propagandísticamente infladas.
Con tales fines improvisan universidades paralelas de bajo presupuesto y
calidad, que no cumplen los requisitos académicos establecidos en la
Ley de Universidades vigente; asimismo, sindicatos de su misma línea
ideológica, constituidos por personal no académico,
que se arrogan la representación de todo el sector universitario para
negociar y suscribir acuerdos de aparentes mejoras salariales pero que
lesionan la esencia misma de las universidades autónomas e intentan
convertirlas en simples agencias dependientes de
la voluntad del Gobierno.
10.
Como consecuencia de tan abusivas y deplorables políticas
gubernamentales, iniciadas desde hace más de una década, que no respetan
la autonomía universitaria y el derecho a la educación
en los términos consagrados en la Constitución Nacional, las
universidades autónomas han venido sufriendo un considerable deterioro
en su infraestructura, bibliotecas, laboratorios y otras dependencias,
al negársele el presupuesto necesario para su funcionamiento
y el salario justo a su personal académico y técnico-administrativo.
11.
El nivel de vida de los universitarios, y de la ciudadanía en general
que no está en funciones de gobierno ni obediente a los gobernantes
actuales, ha descendido a extremos intolerables,
como, por ejemplo, no poder mantener en buenas condiciones el vehículo
que se ha tenido, no poder reponer los equipos domésticos que se dañan, o
realizar las reparaciones menores de la casa, y verse en la humillante
obligación de tener que hacer gigantescas
colas multitudinarias, durante horas, para comprar alimentos
imprescindibles para la dieta diaria y productos de la higiene personal.
Con frecuencia ocurre que después de varias horas en la cola se agota
el producto, y hay que regresar al hogar con las manos
vacías y el enorme peso del cansancio. Eso, cuando se corre con suerte y
no se forma una confrontación violenta donde muchos terminan en el
hospital o en la cárcel como consecuencia de la desesperación.
12.
La comunidad universitaria es una de las más vilipendiadas y
escarnecidas del país. Desde el Presidente hacia abajo, en alocuciones
públicas a través de los medios televisivos del Gobierno,
se profieren insultos, epítetos despectivos, y hasta obscenos, contra
toda persona que no milite activamente dentro de sus filas,
tildándoseles de fascistas, oligarcas, burgueses, apátridas,
vende-patria, pitiyanquis, y otras expresiones que en nuestro hablar
popular son sumamente ofensivas.
13.
En sus gastos excesivos, el Gobierno privilegia el armamentismo, las
funciones militares, el adoctrinamiento ideológico de la población y la
propaganda para promover su inhumana ideología
—dentro y fuera del país— por encima de la educación, la salud y la
alimentación. Asimismo, privilegia la solución de problemas de vivienda,
hospitales, escuelas, carreteras, electricidad, etc., en Cuba y otros
países antes que en el nuestro, donde, para completar
el cuadro de calamidades, a cada rato falla el servicio eléctrico, de
agua, de telefonía, de Internet, entre otros. Muchos hospitales carecen
de los insumos necesarios para funcionar y es común ver a los heridos y
enfermos tendidos sobre cartones en el piso.
Hasta las morgues son insuficientes ante la enorme cantidad de
cadáveres que ingresan como consecuencia de los asesinatos.
14.
Finalmente, los venezolanos estamos en el más lamentable estado de
indefensión. Por una parte, no hay organismos autónomos e independientes
ante los cuales acudir con nuestros reclamos
y, por otra, los organismos internacionales y gran parte de la
comunidad internacional parecen no entender esta situación y optan por
creer lo que este régimen castro-comunista de Maduro quiere hacerles
creer, como la falacia infame de que en Venezuela hay
una ‘revolución bonita’, ‘humanista’ que incluye a todos por igual.
Recién el año pasado, por ejemplo, en un acto que nos llenó de
consternación, por ser una burla cruel, la FAO le otorgó a Nicolás
Maduro un reconocimiento “por sus logros en materia alimentaria”.
Con razón y justicia la ciudadanía se imagina entonces que el dinero de
nuestro Tesoro Nacional es el que sirve para taparle los ojos y los
oídos a quienes deberían defendernos.
Mérida-Venezuela, 23/02/2014.
Por la Junta Directiva de la Sociedad de Lógica y Filosofía,
Prof. Andrés Suzzarini B.
Presidente
Prof. Margarita Belandria
Secretaria
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