Por la vida ante la muerte
La fe de un matrimonio cristiano.
Leed.
Pareja conmueve con imágenes de su guagua durante los “milagrosos” 10 días que vivió
Les dijeron que moriría antes de nacer. Luego, que no podría superar el parto. Pero el hijo de una devota pareja cristiana logró acompañarlos con vida por más de una semana. Su familia asegura haber aprendido más sobre el amor de Dios después de esta experiencia.
Instagram/joshblick
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Robbyn tenía 20 semanas de embarazo cuando
le dijeron que su guagua tenía una anomalía genética. El nombre de su
trastorno era Trisomía 18, como se le llama a la presencia de tres
cromosomas, en vez de los dos normales. El diagnóstico: su quinto hijo
moriría antes de nacer.
Pero Zion Isaiah Blick nació el 11 de enero pasado, ante el asombro de los médicos que insistieron en que no lograría sobrevivir al parto. Pesando apenas 2 kilos, prepararon a Robbyn y a su marido, Josh, para una inminente partida de Zion dentro de las próximas horas. Pero ambos decidieron disfrutar cada minuto de vida que él les diera. Y para eso, documentaron con fotografías su “pequeño milagro”, el que finalmente los acompañó por diez días.
“Entonces, todo comenzó”, dijo Robbyn al medio The Blaze, añadiendo que optó por no tomar conciencia del tiempo, sino que vivir literalmente el presente junto a su hijo y su familia, algo que le permitió conocer más de la vida y el amor de Dios, aseguró.
Zion logró mostrar la fuerza suficiente para salir junto a sus padres del hospital y conocer su casa. “Esa fue una de las mayores alegrías”, dijo su madre al respecto. “Nuestros hijos rezaban todas las noches para que lo pudiéramos llevar a la casa”, agregó.
Allí, familiares y amigos de la iglesia cristiana en la que Josh se desempeña como pastor, en Illinois, acompañaron a los Blick constantemente, lo que permitió que los padres y hermanos de Zion pudieran dedicarse realmente a estar con el pequeño.
“Literalmente, no lo bajé de mis brazos hasta que cumplió una semana. Él fue abrazado, amado y acariciado cada minuto de los diez días (que vivió)”, dijo Robbyn.
En sus últimos días, y según comentó al medio, Zion comenzó a presentar dificultades para respirar y falleció el 21 de enero pasado. Ese día, Josh y Robbin le dijeron entre lágrimas a sus hijos que su hermano estaba “en un lugar mejor, con Jesús”, y abrazaron al pequeño durante horas.
Hoy, la familia de Zion no solo guarda su recuerdo en sus corazones, sino que también a través de todas las imágenes que registraron y que fueron compartidas a través de Instagram y en Vimeo.
Allí, se puede ver al menor rodeado de los seres que lo amaron, e incluso celebrando una semana de vida.
Asimismo, se puede ver a Robbyn dedicándole dulces palabras a su hijo menor: “Mi dulce y precioso Zion, eres un regalo para mí (…) Cada respiro que diste fue un momento para inhalar la perfección de la belleza de Dios. Cada latido de tu corazón fue una porción de amor”.
“Escuchaste la voz de tu papá y posaste tus ojos en él; besé tu rostro un millón de veces y desearía poder hacerlo un millón de veces más”, dijo la madre.
La Trisonomía 18 también se conoce como Síndrome de Edwards, por el primer médico que describió el trastorno.
Según Fundación Trisomía 18 (creada en Chile para difundir información y mejorar la calidad de vida de los niños nacidos con el síndrome), el trastorno afecta a cerca de “uno de cada 3 mil niños nacidos vivos”.
“Está arraigado el concepto que la Trisomía 18 es incompatible con la vida y que no se deben tomar medidas que la prolonguen. (Pero) actualmente está demostrado que existen múltiples acciones que pueden ayudar a una mejor calidad de vida de los niños y eventualmente darles mejores oportunidades de sobrevivencia”, aseguran en su sitio web.
“Sin embargo, no hay que olvidar la gravedad del diagnóstico. Las decisiones deben ser tomadas por los padres, idealmente en conjunto con el equipo médico que asiste o asistirá al niño”, agregan.
Pero Zion Isaiah Blick nació el 11 de enero pasado, ante el asombro de los médicos que insistieron en que no lograría sobrevivir al parto. Pesando apenas 2 kilos, prepararon a Robbyn y a su marido, Josh, para una inminente partida de Zion dentro de las próximas horas. Pero ambos decidieron disfrutar cada minuto de vida que él les diera. Y para eso, documentaron con fotografías su “pequeño milagro”, el que finalmente los acompañó por diez días.
“Entonces, todo comenzó”, dijo Robbyn al medio The Blaze, añadiendo que optó por no tomar conciencia del tiempo, sino que vivir literalmente el presente junto a su hijo y su familia, algo que le permitió conocer más de la vida y el amor de Dios, aseguró.
Zion logró mostrar la fuerza suficiente para salir junto a sus padres del hospital y conocer su casa. “Esa fue una de las mayores alegrías”, dijo su madre al respecto. “Nuestros hijos rezaban todas las noches para que lo pudiéramos llevar a la casa”, agregó.
Allí, familiares y amigos de la iglesia cristiana en la que Josh se desempeña como pastor, en Illinois, acompañaron a los Blick constantemente, lo que permitió que los padres y hermanos de Zion pudieran dedicarse realmente a estar con el pequeño.
“Literalmente, no lo bajé de mis brazos hasta que cumplió una semana. Él fue abrazado, amado y acariciado cada minuto de los diez días (que vivió)”, dijo Robbyn.
En sus últimos días, y según comentó al medio, Zion comenzó a presentar dificultades para respirar y falleció el 21 de enero pasado. Ese día, Josh y Robbin le dijeron entre lágrimas a sus hijos que su hermano estaba “en un lugar mejor, con Jesús”, y abrazaron al pequeño durante horas.
Hoy, la familia de Zion no solo guarda su recuerdo en sus corazones, sino que también a través de todas las imágenes que registraron y que fueron compartidas a través de Instagram y en Vimeo.
Allí, se puede ver al menor rodeado de los seres que lo amaron, e incluso celebrando una semana de vida.
Asimismo, se puede ver a Robbyn dedicándole dulces palabras a su hijo menor: “Mi dulce y precioso Zion, eres un regalo para mí (…) Cada respiro que diste fue un momento para inhalar la perfección de la belleza de Dios. Cada latido de tu corazón fue una porción de amor”.
“Escuchaste la voz de tu papá y posaste tus ojos en él; besé tu rostro un millón de veces y desearía poder hacerlo un millón de veces más”, dijo la madre.
La Trisonomía 18 también se conoce como Síndrome de Edwards, por el primer médico que describió el trastorno.
Según Fundación Trisomía 18 (creada en Chile para difundir información y mejorar la calidad de vida de los niños nacidos con el síndrome), el trastorno afecta a cerca de “uno de cada 3 mil niños nacidos vivos”.
“Está arraigado el concepto que la Trisomía 18 es incompatible con la vida y que no se deben tomar medidas que la prolonguen. (Pero) actualmente está demostrado que existen múltiples acciones que pueden ayudar a una mejor calidad de vida de los niños y eventualmente darles mejores oportunidades de sobrevivencia”, aseguran en su sitio web.
“Sin embargo, no hay que olvidar la gravedad del diagnóstico. Las decisiones deben ser tomadas por los padres, idealmente en conjunto con el equipo médico que asiste o asistirá al niño”, agregan.
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