Ya llegan los ecos de un nuevo escándalo del Padre Berríos, que se ha convertido en un prosodomita de cuidado. El Papa Francisco, que ya ha destituido a un cura por la misma mezcla de idioteces del padre Felipe, deberá tomar cartas en el asunto también en Chile. No todos los jesuitas están colonizados por el "lobby gay". El Papa, por lo menos, ya ha sido explícito en reafirmar toda la doctrina de la Iglesia, como fiel "hijo de la Iglesia".
Aquí les dejo un antídoto, aunque no sea perfecto y contenga afirmaciones discutibles. Por lo menos, no es hereje.
De Infovaticana:
“El movimiento homosexual tiene dos pilares básicos, en forma de dogmas: Que se nace homosexual, y que no se puede cambiar. Nadie nace de esta manera, lo dice la ciencia, y por tanto, el cambio es posible.”
Infovaticana ha entrevistado al psicoterapeuta Richard Cohen, que ha estado recientemente en Madrid para impartir un curso sobre Atracción Hacia el Mismo Sexo.
Con un éxito de más del 85%, Cohen ofrece terapias para personas que sufren lo que él llama “Atracción Hacia el Mismo Sexo no deseada”. Aclara que no se trata de reprimir instintos, sino de experimentar un cambio interno, profundo: Dios no quiere que la gente viva “reprimida”.
Cohen explica que la batalla contra el movimiento homosexual es una batalla de amor, que ganará el que ame más. Considera que la Iglesia ha sido terrible en este aspecto, y que“debemos convertir la Iglesia en el lugar más maravilloso para todos los hombres y mujeres homosexuales, independientemente de que quieran cambiar o no”.
Explica que la homosexualidad no es tanto una cuestión sexual, como emocional: “yo no creo que la AMS sea una enfermedad, sino que creo, como ya he dicho, que procede de cuestiones de la infancia no resueltas, o de una carencia de vínculos afectivos adecuados”.
Preguntado sobre si es homófobo, ha respondido: “Yo besaría y abrazaría a cada hombre o mujer homosexual. Yo entiendo cómo se sienten, yo lo he vivido…”.
Lea a continuación la entrevista íntegra de Infovaticana a Richard Cohen, autor de varios libros sobre homosexualidad.
Buenas tardes, Richard. Has explicado varias veces que la Atracción hacia el Mismo Sexo (en adelante AMS) no es algo con lo que se nazca, sino que es algo que se adquiere y se puede cambiar. ¿Puedes explicarte?
Sí. No existen datos científicos para sostener que haya base genética, biológica u hormonal de la Atracción Hacia el Mismo Sexo, sino que es una combinación de entorno, familia y temperamento lo que genera los sentimientos homosexuales en hombres y mujeres.
Es importante entender que nadie elige tener sentimientos homosexuales, sino que vienen del corazón, o de necesidades emocionales que no fueron resueltas en las etapas tempranas del desarrollo infantil. Nadie ha nacido de esta manera, y el cambio es posible. La gente puede cambiar de tener sentimientos homosexuales a sentimientos heterosexuales. ¡Yo mismo lo he hecho! y como psicoterapeuta he ayudado a miles de hombres y mujeres alrededor del mundo a cambiar.
¿Realmente se cambia o en realidad se “reprime” la AMS, o se refugia en la “oración”, como acusan algunos?
En mi terapia, eso no es cierto. No sé en las terapias de otros. En mi terapia la gente cambia orgánicamente, internamente, y no sólo es un cambio de comportamiento, no tienen que reprimir ningún sentimiento. No es necesario. Dios no quiere que la gente viva “reprimida”.
Habla usted de “sanar”. ¿La AMS es entonces una enfermedad?
Se trata de un problema del lenguaje. La palabra “sanar” no es una traducción exacta de “healing”. En español no existe una traducción para el verbo inglés “to heal”. Podríamos hablar de “resolver”, “restaurar”, “reconciliar”… Pero ya digo que no hay una traducción exacta.
En cualquier caso, respondiendo a tu pregunta, yo no creo que la AMS sea una enfermedad, sino que creo, como ya he dicho, que procede de cuestiones de la infancia no resueltas, o de una carencia de vínculos afectivos adecuados entre un hijo y su padre u otros hombres o de una hija con su madre u otras mujeres.
Esencialmente no es un asunto sexual, sino una condición de base emocional.
En tu último libro, ‘Hijos gay Padres heterosexuales’, te diriges a los padres de un hijo que muestra AMS. ¿Qué consejo les darías, para los que no hayan leído el libro?
En mi libro doy 12 principios sobre cómo las familias con un hijo o hija que padece de AMS pueden ayudar a salir de la homosexualidad, incluso si el propio afectado no quiere cambiar.
En mi libro hay muchas historias preciosas de familias católicas que han ayudado a sus hijos o hijas a hacer la transición de homosexual a heterosexual. No se trata de cambiar a nadie, sino de amarles adecuadamente. Estos padres, a los que he visto durante más de 25 años, aman a sus hijos.
Si hay algo de genético o biológico en este fenómeno, es una hipersensibilidad, se trata de niños extremadamente sensibles. Y lo que ocurre es que muchas veces los padres ni siquiera se dan cuenta de que sus hijos están sufriendo, así que este programa de “hijos gay padres heterosexuales” trata de conectar, conectar a los niños con AMS y sus padres y las niñas con AMS y sus madres.
Yo les enseño cómo establecer una conexión fuerte. Habitualmente estos niños están muy unidos con la madre y las niñas con el padre. Yo les enseño a restablecer correctamente la sana conexión padre-hijo o madre-hija, y cuando se genera esa intimidad, solamente con este pequeño cambio, la AMS disminuye y la atracción hacia el sexo opuesto emerge.
¿Cómo ayudas a evitar el rechazo que le puede generar a un padre su hijo por el hecho de saber que sufre de AMS, y que le podría hacer más difícil saber amarle y respetarle?
Tenemos el instinto de supervivencia arraigado en lo más profundo de nuestro ser, y por eso el rechazo es una reacción natural. Tenemos prejuicios naturales hacia personas y comportamientos que no entendemos. Es una reacción biológica natural de no entender a alguien. Yo lo que hago es explicarles a los padres el verdadero significado de la AMS, lo que hace que bajen la guardia de su prejuicio. El prejuicio no es un razonamiento o una opinión, sino una reacción emocional.
Cuando entienden el verdadero significado de los sentimientos homosexuales, empiezan a cobrar sentido para ellos y así ganan empatía con sus hijos y compasión hacia ellos.
Otro punto que has tratado es el del rechazo. Eso no solamente ocurre en la familia sino que también, y especialmente, en la Iglesia. La Iglesia ha sido realmente terrible en este asunto. Ha habido demasiados prejuicios, demasiado juicio. El lugar más seguro de la tierra debería ser la Iglesia, que es para pecadores, para todos nosotros, y sin embargo ha sido más seguro ir a un bar, conocer gente, salir con tus amigos… ¿Por qué alguien querría ir a un lugar que no es seguro?
Lo que tenemos que hacer es convertir la Iglesia en el lugar más maravilloso para todos los hombres y mujeres homosexuales, independientemente de que quieran cambiar o no. Dios realiza el cambio, no es asunto nuestro, nosotros sólo tenemos que amarnos como Jesús nos ha amado a todos, y Él no nos juzgó, Él nos amó.
Tu libro termina con la frase “Acéptale y ámale tal como es en este momento. Hazlo lo mejor que puedas y Dios hará el resto”. ¿Es lo mismo aceptar que aprobar comportamientos?
Sobre este punto explico a los padres, en el libro “Hijos gay padres heterosexuales”, que es muy importante aceptar incondicionalmente a tu hijo.
Aquí les explico a los padres que es muy difícil amar a la pareja, muy difícil, pero es importante comprender que no se trata de sexo, sino de dos niños pequeños, dentro de cuerpos grandes, buscando amor.
Y les propongo una conversación concreta:
- Te amo y te acepto tal como eres.
Entonces el hijo les podría responder…
- Ah, bien, ¿apruebas mi decisión, entonces?
Aquí es muy importante que, sonriendo mucho, mucho, le digan:
- ¡No! Pero te amo y te acepto tal como eres…
Este es el amor de Dios, Dios no siempre aprueba lo que hacemos, pero nunca deja de amarnos, y eso es lo que tenemos que hacer como padres.
¿Cómo se sienten los jóvenes a los que has ayudado como psicoterapeuta, después de tu terapia?
Tengo alrededor de un 85% de éxito al ayudar a la gente a dejar la AMS no deseada y volver a ser heterosexual. Muchos de ellos hoy están casados y con familia.
¿Tienes evidencias de que las prácticas homosexuales afecten a la salud física?
Hay una alta tasa de Enfermedades de Transmisión Sexual. Recientes estudios en Canadá prueban que los hombres homosexuales mueren, de media, entre diez y quince años antes que los hombres heterosexuales.
Sabemos que en el mundo homosexual hay una alta tasa de enfermos de sida, aunque con las nuevas medicaciones que se están desarrollando la gente con VIH vive cada vez más.
Lo que sí hay es una tasa mucho más alta, en la comunidad homosexual, de drogadicción y alcoholismo (una incidencia un tercio más alta que en la población heterosexual), y una incidencia mucho mayor de Enfermedades de Transmisión Sexual.
El hecho de que el pene entre en el ano hace que se deteriore la mucosa del recto y haga mucho más fácil la absorción de cualquier enfermedad infecciosa. Esta es la razón de que haya mucha más incidencia de enfermedades de Transmisión sexual en la comunidad homosexual, incluido el Sida.
Yo trabajé durante 3 años para la Cruz Roja, como educador, y tuve oportunidad de conocer estos aspectos.
¿Por qué los lobbies homosexuales se “ofenden” de que se presente la opción de “sanar” la homosexualidad y no les molesta que a los niños se les presente la opción de ser homosexuales, como se hace en los colegios en Europa?
En mi libro anterior, “Abriendo las puertas del armario”, di alguna pincelada sobre el movimiento homosexual. El movimiento homosexual tiene dos pilares básicos, en forma de dogmas:
El primero es que se nace homosexual, el segundo que no se puede cambiar esta condición. Estos son los dos pilares en que se sostiene el movimiento homosexual, y son dos dogmas falsos. Entonces llega Richard Cohen, no solo un psicoterapeuta con muchísimo éxito, sino un ex-homosexual, que dejó la homosexualidad, y les dice lo que sí tiene base científica: Nadie nace de esta manera. Esta es la ciencia, y por tanto, el cambio es posible.
Con esto colapsa todo su edificio, así que tienen que callarme y detener mi programa. En política, se mata al mensajero para que la gente no escuche el mensaje, así que dicen de mí que soy terrible, soy malo. Pero no me lo tomo como algo personal, les entiendo, están asustados, así que tienen que decir un montón de basura y mentiras sobre mí, que si soy homófobo, que si soy anti-gay… ¡Es falso! Yo amo a cada persona homosexual.
De hecho tú has dicho en tus libros que esto es una batalla de amor, no de convencer, y que gana quien ama más y durante más tiempo, como hace Dios…
Efectivamente. He estado recientemente en La Sexta, donde me han hecho una entrevista, y me decían: “Usted es homófobo, es anti-gay”… Y yo les respondí:
“Cualquiera que diga eso, no ha leído nunca mi libro ni me ha escuchado hablar. Esta acusación no está basada en hechos, no está basada en la verdad y no está basada en lo que Richard Cohen es. La definición de homofobia es un miedo irracional a los homosexuales. Yo besaría y abrazaría a cada hombre o mujer homosexual. Yo entiendo cómo se sienten, yo lo he vivido…”
La entrevistadora se quedó sorprendidísima.
Y a nosotros ¿cómo puedes ayudarnos a ser más empáticos, a comprender mejor cómo se sienten y cómo sufren estas personas?
No quiero ser excesivamente simple, pero por favor, leed el libro. Quien lee el libro puede entender mejor a estas personas.
Leyendo el libro podréis entender mejor el verdadero significado de la homosexualidad, y de esta manera todos podremos, como representantes de Dios, de Jesucristo, ser la solución en esta sociedad. Debemos pelear por la verdad, y practicar el amor que Dios nos ha dado a todos, también a cada persona homosexual.