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jueves, febrero 26, 2015

¿Volveré a ser columnista?

Ayer me encontré en la Clínica de la Universidad de los Andes (Chile) con un doctor que me dijo que le gustaría que yo volviera a ser columnista en El Mercurio.

—No depende de mí— le dije.

—Es que yo siempre leo a Carlos Peña y a Joaquín García-Huidobro —me respondió—. Los dos me hacen pensar, y están bien.

Pausa de suspenso.

—Pero es que tú, además de hacerme pensar, me hacías reír —terminó.

Me hizo gracia.

Solo que después recordé que mi deporte era sobre todo reírme de mí mismo (y de mi madre: mi editor de El Mercurio me decía que no fuera tan mamón).

Y está bien que uno se ría de sí mismo, y hasta un poco de su madre; pero ya que a ustedes les guste, no me hace tanta gracia.

No volveré a ser columnista.

Salvo que me paguen mucho, porque todo hombre tiene su precio.


Morir cuando Dios quiere

Es obvio. Nadie muere un segundo antes.

Solamente tenemos que decir, acerca del asunto: si morimos por un amor grande o por uno pequeño; por un ideal santo o por una sobredosis de heroína.

Ha causado impacto esta muerte, por un accidente tonto, de un seminarista español.

Aprovecho de pasar el aviso: si alguno de mis lectores siente la inquietud del sacerdocio católico, yo le puedo prestar un vocacionómetro (es un poco lento, pero funciona).

Leed la vida y la muerte de Marcos Pou. De Infovaticana:


“Era imposible estar con Marcos más de media hora sin que se acabase hablando de Jesucristo”

Marcos Pou2Iago Gallo celebró ayer el funeral de su sobrino, Marcos Pou, seminarista de la diócesis de Barcelona fallecido en un accidente el pasado sábado. En la homilía recordó la pasión de Marcos por Jesucristo.

Hace unos días, la diócesis de Barcelona tuvo que enfrentarse a la triste noticia del fallecimiento de uno de sus seminaristas, Marcos Pou Gallo, que murió en un accidente de moto. En la homilía de su funeral, su tío Iago Gallo recordó la entrega de Marcos y el valor de su sí al Señor, que es un ejemplo para todos los cristianos.
Asimismo, este sacerdote quiso subrayar cómo era imposible estar cerca de este seminarista sin acabar mirando al cielo: “Era imposible estar con Marcos y no girar el cuello para intentar sorprender presente a Aquél que hacía a Marcos”.
Aquí reproducimos esta homilía en la que se resalta la vocación al sacerdocio de Marcos, sus ganas de entregarse al servicio de los demás y la aceptación alegre de la voluntad de Dios, a veces difícil de entender para los hombres:
Algunos privilegiados -porque así lo había decidido él- unos poquitos (no sé cuantos, supongo que éramos dos o tres), sabíamos, hace ya tiempo (años incluso), que Marcos iba a sorprender (aunque a sorprender a medias, porque allí donde iba le preguntaban si era seminarista). Pero sabíamos que al término de su carrera de física, Marcos iba a sorprender con la noticia de que ingresaba en el Seminario de la Diócesis de Barcelona.
Y así fue. Se cumplió su sueño de ver llegar ese día. Ese día precioso de poder comunicar a todos por qué estaba viviendo cómo estaba viviendo. Y por fin desvelaba la incógnita. “¿Y ahora que terminas la carrera, qué vas a hacer?, y nos despistaba a unos y a otros con balones despejados”.
La noticia era “quiero ser sacerdote”. “Quiero entrar en el seminario”. Y fijáos, ha sido precioso poder acompañar a Marcos en estas semanas. Viendo cómo se cumplía este sueño tan atesorado por él, tan mimado, tan custodiado; tan absolutamente querido. Y se juntaba a los sacerdotes y miraba a los sacerdotes.  Pero quería ser sacerdote, no por el quehacer sacerdotal, sino por el rostro de Jesucristo.
Nos ha explicado estas semanas -aunque lo hemos visto en cómo ha vivido estos últimos años de su vida- nos ha explicado, ¡nos ha mostrado! casi, mejor dicho, cómo para él, en su experiencia, Jesucristo era algo tan absolutamente real, algo tan concreto, tan experimentable; como dice San Juan: “lo que mis ojos vieron, lo que mis oídos oyeron y lo que pude tocar con las manos”. Cristo era tan hermoso y estaba tan presente, que Marcos se atrevió a decirLe que sí. A decirle que sí para siempre.
Y se jugó sus amores humanos, se jugó su honra; se lo jugó todo. “Me voy a hacer cura”. En este momento histórico. “Me voy a hacer cura”. Es como si nos dijese (fijáos y me entendéis): “no es verdad que han pasado dos mil años. Cristo está vivo. Cristo está vivo. Cristo -como decimos en el ángelus todos los días- habita entre nosotros”.
Y el sacerdote, no es una descripción nada teológica, pero el sacerdote es aquél que, de la mano de Jesucristo, porque, esta manera de ser, este caminar entre los hombres así lo inventó Jesucristo; es aquél que estirando los brazos, estirando mucho los brazos; estirando los brazos todo lo que puede, con un brazo, con una mano, aferra a Dios, con la otra mano, aferra al hombre, y les lleva -al hombre y a Dios- a la comunión.
El sacerdote es aquél que a pesar de sus miserias humanas, y por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, consigue que el hombre y Dios se encuentren. Y fijaos: Marcos no ha pasado por el sacramento del Orden. No le ha hecho falta a nuestro Señor. Pero Marcos ya era sacerdote. Marcos, todo su hacer; todo su caminar; todo su hablar, era sacerdotal.
La mayoría de los que estáis aquí le conocéis. Habéis tratado con él. Y era imposible. Era absolutamente imposible estar con Marcos más de media hora, sin que se acabase hablando de Jesucristo.
Era imposible seguir un poco la pista de sus viajes, del modo en el que empleaba su tiempo; era imposible ver cómo sonreía, ver cómo bromeaba, ver cómo chinchaba (especialmente a Mateo y a Juan – sus hermanos pequeños-) sin descubrir que ahí había algo grande. Era imposible estar con Marcos y no girar el cuello para intentar sorprender presente a Aquél que hacía a Marcos.
Y Marcos le dijo que sí:  Marcos al Señor le dijo que sí. Y le dijo que sí de verdad. ¡Le dijo que sí de verdad! Marcos, -no nos habituemos a esto-, le dijo que sí a Dios. Y Dios, con ese designio suyo que ¡gracias a Dios nos supera!, gracias a Dios supera el nuestro; Dios acogió su sí. Y como era un sí gratuito, sin condiciones, Dios ha hecho con el Sí de Marcos lo que le ha dado la gana.
Porque Marcos le dio su sí a Dios. Le pertenecía a Dios. Y Dios dijo: yo con esto hago lo que quiero. Y miramos al Señor y le decimos: “¡Caramba Señor! Parece que te sobran los sacerdotes. Porque pocos que somos, y este valía la pena, y te lo llevas”.
Y el Señor nos está diciendo: “Porque voy a bendeciros de otra manera; porque voy a cuidar la diócesis de Barcelona y la Iglesia de otra manera.” “Porque lo puedo hacer yo también”. Porque Marcos lo puede hacer desde el cielo. Porque Marcos puede acompañarnos desde el cielo. Marcos, de la mano de nuestro Señor, Marcos resucitado, puede hacerlo.
Pensaba yo anoche, cuando ya me metí en la cama, después de la jornada de ayer tan preciosa; pensaba en lo siguiente: ¡Si es que es verdad, caramba! ¡Si es que es verdad que Cristo y Marcos se querían; se quieren! ¡Es que es verdad! Y pensaba: ¿me voy a meter yo en esa relación? ¿Voy a opinar yo sobre “cómo se quieren Cristo y Marcos”, ”cómo se quieren Marcos y Cristo”? ¿Voy yo a opinar que debería haber sido de otra manera? ¿Me voy a atrever yo a decirle a Marcos: no se quiere así al Señor, porque mira lo que te hace? ¿Me voy a atrever yo a decirle al Señor, con el sí de mi sobrino: “eso no es justo”? ¿Me voy a atrever?
Fijaos que, -es algo que he tenido presente ayer, porque ayer y hoy han sido un día precioso-, Dios, ¡nos ha hecho trampas! ¡Nos ha hecho trampas Dios! Pero no con la muerte de Marcos: nos ha hecho trampas, ¡con la vida de Marcos! ¡Porque nos lo ha regalado! Nos lo ha puesto delante, ¡y nos ha enamorado! Y en el mirar a Marcos -y era normal, eh, Marcos era normal-; en el mirar a Marcos (salvo que uno fuese muy torpe, o muy ciego); en el mirar a Marcos uno decía: “es evidente que hay alguien que hace a este tío”. Es evidente que hay uno que hace que Marcos sea así de atractivo. ¡Es evidente! En el rostro, en el gesto, en la voz, en el abrazo de Marcos. ¡Es evidente! Y Dios nos ha hecho trampas ahí: porque en el mirar a mi sobrino, en el mirar a Marcos, ¡los ojos se te iban al cielo! Y pensaba yo ayer: ¿cómo me voy a enfadar yo con éste que me ha hecho trampas! ¿Cómo me voy a enfadar yo con el que me ha regalado a Marcos -fijaos-, a cambio de nada? ¡Porque nos lo ha regalado “a cambio de nada”!
¿Alguien ha pagado un precio por poder ser amigo de Marcos? ¿Alguien ha pagado un precio? ¡Si es gratis! Nos lo han regalado gratis. Y no nos lo han arrebatado. Nos lo han regalado gratis, y nos lo siguen regalando gratis.
Siempre digo, porque es así: Dios no da para luego quitar. Dios da para dar. Y a Marcos nos lo ha dado. Y nos lo ha dado para siempre. Ahora ciertamente, como hemos escuchado en la liturgia, de una manera distinta, pero para siempre.
Estos días le agradezco infinitamente a Marcos, con su vida y con su muerte, y agradezco infinitamente a nuestro Señor que me mostrase de una manera que yo pudiera entender, y ojalá podamos todos entender, esta frase que hemos trabajado en estos meses en Escuela de Comunidad: “la vida no es un quehacer: la vida es un afecto”. Y el afecto, en Marcos, se cumple. Marcos quería al Señor. Marcos quiere al Señor.
Fijaos: nosotros podemos seguir viviendo así. Podemos seguir viviendo en el afecto. No sé cuantos cientos de abrazos estamos recibiendo en estos días, pero son todos reales. Son todos de verdad. Todos de verdad. Son abrazos que vienen de lo alto.
Vamos a poner a Marcos en las manos de la Virgen para que lo acompañe hasta su casa. Hasta su nueva casa, donde le encontraremos el día que a nosotros también se nos llame. Así sea.

domingo, febrero 22, 2015

La gnosis al poder

En general, los libros que mejor explican la situación presente de crisis en la Iglesia y en la sociedad civil son una feliz unión de historia y filosofía.

Copio una recensión de uno de ellos.





Monday, February 9, 2015

“The Gnosis to Power” -- Small Handbook, to “Survive” Historical Half-Truths in the Meantime

Masonic Lodge in Pavia
Edit: we have no idea when the book will be translated to English, and surprisingly she is a disciple of the Neocatechumenate, but this nevertheless looks like an impressive treatise.

(Rome) A new book "The Gnosis in Power. Why history seems to be a conspiracy against the truth"  (original title:" La gnosi al potere ") tries to bring through a series of brief but accurate and documented essays, to light  some dark spots in recent European history. Since this is a book published in Italy, the focus is on the history of Italy, but extends its bandwidth from the Italian unification in the 19th century to the European Union in the 21st century from Pope Pius IX. to Francis, from Count Camillo Cavour to Angela Merkel.
Angela Pellicciari  "Gnosis in power,"  has collected her essays in the book,  published in recent years by various media. She skillfully combines the reliability of a historian with the direct and understandable language of journalism. Released in a 304-page book in Fede & Cultura in Verona, is one of the foremost Catholic publishers, as Volume 42 of the Historical Series .
In the vintage  of 1948, Pellicciari was a 68er when she came to faith in Christ.  After graduating, she taught history and philosophy until 2008 at Universities.   In the 70s and 80s she was a freelancer for RAI, and studied early childhood neuropsychology at the University La Sapienza and in 1995 received her doctorate from the Pontifical Gregorian University in Church History. Pellicciari is one of those authors who does not hide her catholicity. In addition to its specialization in the 19th century, they dedicated their work, especially the correction of historical half-truths and false stereotypes, particularly for church history and history of Italy.
Over the years, Pellicciari has specialized in the topics of Risorgimento, Papal Hstory and Freemasonry. In her new book, the author reveals immediately that there is a common thread in the recent history of Italy, "since the mid-19th century, Freemasonry came to power." Behind it, says the historian, the ideals of the French Revolution, which came with Napoleon into Italy and were preserved by the supporters of the Italian unification movement as a seed that had been allowed to flower decades later.

The Gnosis and its  Claim to Be the Driver of the Nation


The Gnosis to Power
The author describes the historical facts without any politically correct embellishment. As a result, she exposes the red thread in the presence of Gnostic machinations of those who brazenly and boldly lay claim to want to control the fate of the nation, because they are of better, superior, higher quality and feeling as a jealous support for a higher truth and a special enlightenment. Common to the volume of  assembled  essays that have to do with the 'gnosis', is that philosophical-political mindset that masquerades as the charioteer of nations. Their most powerful instrument, however, the non or semi knowledge of the masses.
The Catholic Church, the Pope and Christianity in general are seen by Gnosticism as an irritating obstacle on the path to power. The Church with its authentic image of man, Her doctrine of human salvation through Christ, free will, human dignity, the sanctity of life, the equality of man and woman in their diversity, in defense of the family and of life from conception to natural death, the condemnation of a false nature of sex, is a wall against the Gnostic propaganda, over which they continuously attempt to deceive the masses by feeding them with false information, misleading from the essential to sideshows and  tries to tempt by a single way of thinking.

Masons of Italy unification project - "One Cubic Meter of Shit"

Pellicciari begins her journey with Pope Pius IX. (1846-1878), the Italian "national hero", who cursed the high degree Freemason, Giuseppe Garibaldi, as "one cubic meter of shit."  Pius IX. was the biggest obstacle to the Masonic project to unite the Italian peninsula under the banner of Savoy into a state. The charge against the Church  was that she impeded progress. Garibaldi, where his lodge brothers erected an equestrian statue on the Gianicolo Rome, which makes him look imperious and threatening to St. Peter's Basilica, accused the Pope of being "the most pernicious of all creatures" because he was "an obstacle to human progress and the brotherhood among individuals and peoples."
Freemasonry is the central protagonist of the Risorgimento , the "real inspirer and engine," said Pellicciari. The Risorgimento in turn is a fundamentally anti-Catholic movement. Not only because it would eliminate the temporal power of the Pope in the Papal States, but radically and definitely would blot the Catholicism most deeply rooted in the Italian people. For this reason, Protestant States provided generous financial, propaganda and military support. The paradox of the Italian national movement was that they calculated to combat the only real common denominator of the various parts of the Apennine Peninsula, the Catholic religion.

Gnosis, a "Master of Fraud"

So how could the Catholic masses be obtained for the idea of national unification, which aimed at the establishment of a new, previously unknown Liberal, Republican, but anti-Catholic fatherland? As "Masters of Fraud"   the actors of the Risorgimento fought their battle by disguising themselves as "meek and pious lambs," says the historian. So Pius IX describes the members of the secret society of the "Carbonari"  in a bull of excommunication. An accusation which applies to Mazzini, Cavour, Garibaldi and King Carlo Alberto of Savoy and the other revolutionary elites. They speak as believers and their speeches seem pious. Giuseppe Mazzini claimed that   "progress" was an "Act of God". God wants the new ideas. In reality, hidden behind the religious language, was the desire that all would lose the Christian faith and cease to be Christians. Behind it stands, says the author, the real goal of Freemasonry, "to collect all the free people in a big family" which will take the place of "all the churches founded on blind faith and theocratic authority, all superstitious, with cults warring against each other, to build the true and only Church of Humanity."
The Italian unity was therefore part of a larger project that went far beyond the constitutional question. The people should be "freed from the Church" and the masses are to be "removed from the influence of religion" to make them subject to a system of controlled freedom and training to a new awareness. This is a goal that is easier to achieve in an organized central government, through a unified state-run school and the army. The new indoctrination is, however, camouflaged by the same exuberant emphasis on "freedom" and "future orthodoxy."  Christianity is officially the state religion, but the Jesuits are persecuted and all the monasteries dissolved on the grounds that they are "harmful because useless." Of course the new state  failed as it could not to seize the property of the church  and enrich the  unjust state. "Freedom" is the motto of the new state, but the Catholic press is subjected to strict government censorship. The Christian holidays are abolished, so that the people will not be distracted from work and "surrender to idleness." "Progress" is the new religion,  to which all enlightened and liberal governments are committed.

US history as a Story of a Masonic Oligarchy

The book also describes our time. It tells of the 20th century, "the left and right were made into the playground of Gnosticism in power." Pellicciari outlines the long reign of Freemasonry in the United States by a small oligarchy that made ​​their symbols into symbols of the state, just as on the dollar bill and the Catholics persecuted in the US within itself and outside, for example in Mexico under the rule of Elias Calles. The tragic story of Cristeros tells of the struggle.
The book covers also the totalitarian ideologies and their similarities, despite their differences. Both Marxism and Nazism presented their utopia as a healing idea. Christianity an avowed opponent of the  two ideologies who was openly fought, or at best just tolerated. Both Communist and Nazi bigwigs sought the Church in vain. Pellicciari refers to the methods by which the one and the other, the Church, the priests and religious, and the Pope were discredited in public.

UN: New "Rights" and New Language

The author also writes about the UN, whose activities are governed by the new "rights" that are based on the "general consensus" and  moral relativism. Thus, the UN acted in international conferences in Cairo in 1994, in Beijing in 1995 and 2000 in New York created the the new "rights" of abortion, euthanasia and homosexuality  and created a new language  with birth control, reproductive health and gender identity. The underlying goal is a change in mentality in preparation for a one-world culture to be enforced, especially, in developing countries. This includes the implementation of a neo-Malthusian policy that aims to stop  "overpopulation", by in fact decimating humanity. This falls into the category which includes the promotion of homosexuality, due to infertility, to  spread a hedonistic and materialistic way of life, which closes the transmission of life directly or indirectly.
Pellicciari also highlights the work of non-governmental organizations as an extended arm of the UN, which has shed its "Christian roots" and attempts just such for  international mergers, including the European Union. The EU envisions the idea of ​​creating a super-state, which is to serve the economic interests of a few, who themselves are also hardly at home on the European mainland.

Gender Theory and Communication Control

The author also discusses the gender theory to be imposed from above as well, and finance laws that resemble more a gigantic redistribution mechanism. Through state health and education programs disseminate the gender ideology.  The international institutions constitute the political and economic sponsors and there are also the substantial funds of the LGBT lobby. The aim is the struggle against the family and the natural law as outdated facilities.
If this all so easily finds dissemination and seems generally accepted, then it is recognizable behind  "enormous communication control of power circle.” In the extensive access  to control opinion-forming media,   there has been no real competition of opinion. The rest is accomplished  by technically studied marketing campaigns.The subliminal, often unconscious, positive message conveyed is firmly established in minds. This attractive language emphasizes individual rights and is based on the key words "freedom" and "tolerance". The individual will be flattered, so that  there will be no resistance to  the desired development and does not notice that it  strips away the larger bonds,  such as nation, community and family, and is powerless and defenseless, even only an uninfluential individual among billions.
Tthe “red thread” Pelliacciari exposes leaves the reader a rather oppressive feeling. However, the author recalls at the end of her book that history also teaches that in  long struggle with Gnosticism, that whenever the truth is attacked someone gets up, ready to defend the truth and even for them to die for it. This is why ultimately nothing is lost.
Angela Pellicciari: La gnosi al potere. Why the story seems to be a conspiracy against the truth (collana storica 42), Fede & Cultura, Verona 2014 304 pages, € 18, -

miércoles, febrero 04, 2015

¿Empate eclesiástico o mártires católicos?

El mismo día que se aprueba el martirio de Mons. Romero, estalla la manipulación eclesiástico-política de su santidad. Prácticamente ningún medio se hace eco del mismo hecho declarado respecto de tres mártires a manos del grupo terrorista de izquierda Sendero Luminoso.

Les copio las dos noticias (de Vatican Insider).

¿Empate? ¿Clericalismo? O quizás la Iglesia simplemente reconoce el martirio —morir por causa de la fe— dondequiera que lo encuentre.

Sí cabe preguntarse si acaso ese "odio a la fe" no operaba también cuando asesinaban a los laicos católicos por resistir una ideología anticatólica (la que fuera: el demonio es políticamente transversal).


Serán beatos los mártires de Sendero Luminoso

 
 
Sandro Dordi
SANDRO DORDI

Francisco promulgó el decreto de «martirio “in odium fidei”» de Sandro Dordi y de los franciscanos polacos asesinados en 1991

REDACCIÓNROMA
Con el decreto publicado ayer por disposición del Papa Francisco, se ha reconocido el martirio a los sacerdotes Michal Tomaszek, Zbigniew Strazalkowski y Alessandro Dordi, que murieron en Perú a manos de terroristas de Sendero Luminoso, “por odio a la fe”, el 9 y el 25 de agosto de 1991 en Pariacoto y en Rinconada. Los dos primeros, frailes menores, eran de nacionalidad polaca, y vivían en el distrito de Pariacoto, provincia de Santa. El tercero, nacido en Italia, sacerdote diocesano, era responsable de una parroquia en el distrito del Santa, en la misma región.


Fray Michele Tomaszek y fray Sbigneo Strzałkowski, 30 y 32 años, fueron ejecutados el 9 de agosto de 1991, tras ser secuestrados ante muchos fieles mientras asistían a los enfermos de la parroquia. Don Alessandro Dordi fue asesinado el domingo 25 de agosto de 1991, cuando regresaba de la comunidad de Vinzos a su parroquia en el Santa, de celebrar la Misa.Su Exc. Mons. Luis Armando Bambarén Gastelumendi, obispo emérito de Chimbote y ex presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, ha abierto la Causa de beatificación de las tres víctimas, como recuerda el comunicado recibido en Fides desde Perú. El padre Angelo Paleri, postulador de los Frailes Menores, explica en la nota, “en ese periodo, Sendero Luminoso había creado en la zona una especie de gobierno paralelo, esto significó la integración de las autoridades existentes y la eliminación de elementos que estaban en contra de este objetivo”.

El informe de la “Comisión de la Verdad y Reconciliación”, que se adjunta a la causa de beatificación, señala las terribles acciones de Sendero Luminoso contra la Iglesia. El editorial de la Revista de Sendero Luminoso anunció con satisfacción: “las fuerzas maoístas han ejecutado a tres sacerdotes”.

El mismo editorial denunció a los dos sacerdotes polacos, que distribuían ayuda de Cáritas, como agentes enviados por el Papa, que son parte de una conspiración que “busca explotar la fe religiosa del pueblo para fortalecer el sistema de opresión en el país”.

Y sobre Mons. Romero.
02/ 3/2015 

Papa Francisco reconoce el martirio de Romero

 
 
Mons. Romero
(©Afp)
(©AFP) MONS. ROMERO

Se acerca el tiempo de la beatificación para el obispo asesinado en el altar. Después de años y años de cautelas de parte y verdaderos obstáculos

GIANNI VALENTEROMA

Papa Francisco autorizó esta mañana a la Congregración para las Causas de los Santos promulgar el decreto sobre el martirio de Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador asesinado “in odium fidei” el 24 de marzo de 1980. La disposición del Papa representa la última etapa en la sorprendente aceleración que ha caracterizado la última parte del camino de Romero hacia los altares: los peritos teólogos del dicasterio vaticano para los santos habían expresado, unánimemente, su visto bueno para la beatificación el pasado 8 de enero. Mientras los obispos y los cardenales de la Congregación manifestaron su aprobación hoy. La confirmación del Papa en relación con la promulgación del decreto estaba prevista para el próximo jueves, pero el Papa decidió reducir los tiempos y firmar inmediatamente. Una  decisión que contrasta con las lentitudes, los sabotajes y los obstáculos que acompañaron la causa de beatificación, a pesar de que desde hace tiempo los católicos latinoamericanos lo llamen “San Romero de América”.


La causa de beatificación de Romero llegó a Roma en 1996, después de que en El Salvador hubiera concluido la fase diocesana. Desde entonces, los tiempos se dilataron. A pesar de las cartas con las que el episcopado salvadoreño, superando antiguas divisiones, había comunicado a Roma los votos unánimes para que se reconociera rápidamente el martirio de Romero. Y, a pesar de las numerosas peticiones de los fieles, que esperaban ver beatificado a Romero en el año del jubileo.


En esos años, en Roma, existía una influyente facción de altos prelados que alimentaban resistencias subterráneas a la canonización de Romero. Un episodio notable sucedió al cardenal Francisco Javier Nguyen Van Thuan: justo en el año 2000, mientras predicaba los ejercicios espirituales para la Curia Romana y el Papa, el ya fallecido purpurado vietnamita había recordado a Romero, como uno de los grandes testimonios de fe de nuestros tiempos. Y justamente por ello, al final de las meditaciones, recibió duras recriminaciones por parte de algunos purpurados latinoamericanos, que lo acusaban de haber exaltado frente al Papa a una figura que, según sus opiniones, era controvertida, cuando no «subversiva». Pocos meses después llegó la publicación de las meditaciones de Cuaresma y en ellas no figura el nombre de monseñor Romero, ni siquiera en citas o alusiones fugaces.


Durante mucho tiempo, lo que había justificado el retraso en la causa fue el examen que hizo el ex-Santo Oficio sobre las homilías, el diario y los escritos públicos de mons. Romero. Se pretendía constatar la absoluta conformidad con la doctrina católica. Muchos años y miles y miles de páginas. Y la conclusión fu eque en el magisterio episcopal de Romero no había errores doctrinales.


Durante esos años, quien asumió un papel preponderante en la gestión del expediente Romero fue en particular el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, influyente asesor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que falleció en 2008. Y por influencia suya, llegaron a la Congregación para las Causas de los Santos algunas disposiciones en contra de la beatificación. Desde entonces no había llegado al mismo dicasterio ninguna indicación que fuera en sentido opuesto y que fuera capaz de desbloquear el curso del proceso, para que pudiera encausar los procedimientos ordinarios del resto de las causas. En mayo de 2007, mientras volaba hacia Brasil para su primer viaje a Latinoamérica, Benedicto XVI respondió a una pregunta sobre el proceso de beatificación de Romero. El Papa respondió con una pequeña apología del obispo asesinado: lo describió como «un gran testimonio de fe» y recordó que su muerte había sido «verdaderamente increíble», frente al altar. No se refirió en esa ocasión a la categoría del martirio, pero dijo que la persona de Romero «es digna de beatificación». Increíblemente, estas palabras pronunciadas por Papa Ratzinger ante las cámaras televisivas y ante varias grabadoras  fueron ovlidadas en las versiones oficiales de las transcripciones de la entrevista publicadas en los medios vaticanos.

Según algunos sectores, llevar a Romero a los altares habría significado beatificar la Teología de la Liberación, o, incluso, algunos movimientos populares de inspiración marxista y las guerrillas revolucionarias de los años setenta. Prejuicios confutados desde hace tiempo, gracias a los estudios del historiador Roberto Morozzo della Rocca. Romero era un religioso devoro y atormentado, que conoció la conversión pastoral frente al sufrimiento dramático que sufría el pueblo en los años de la dictadura y de los escuadrones de la muerte.


La aceleración que se ha verificado bajo el Pontificado de Papa Bergoglio anula todas las cautelas y resistencias alimentadas por prejuicios de orden político. Romero, el Romero verdadero, no era un agitador o seguidor de nuevas teorías políticas. Incluso sus textos y discursos más “radicales”, cuando desde el púlpito decía los nombres y apellidos de quienes oprimían al pueblo, surgían de esa pasión por la suerte de los pobres, que es elemento ineludible de la Tradición de la Iglesia.