Los cerdos también mueren
Ha sorprendido la serie de alabanzas con ocasión de la muerte del cerdo que hizo su fortuna explotando mujeres y destruyendo jóvenes.
Hemos llegado al punto en que denunciar errores gravísimos, cuando se vinculan expresamente con la persona responsable, es considerado falta de caridad cristiana. La caridad, por el contrario, exige esa vinculación entre el error y el que yerra: si este no quiere o no puede arrepentirse, al menos quedan prevenidos los inocentes.
Por eso alegra este obituario:
https://www.nytimes.com/2017/09/30/opinion/hugh-hefner.html?_r=0
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