Aclaración de malentendido en defensa de niños
Hoy tuve que aclarar mi carta anterior, que, al parecer, se entendió al revés.
Leed.
El mercurio
Cartas
Lunes 08 de Octubre de 2012
 
  
Lunes 08 de Octubre de 2012
Aborto y pluralismo
 
Señor Director:
El Dr. Jorge Las Heras no ha interpretado bien mis cartas
 en defensa de los niños no nacidos. No me mueve un ánimo hostil. 
Solamente exhibo argumentos racionales, con pleno respeto a la "amplia 
libertad para debatir con altura de miras", que él justamente reclama en
 su carta del sábado. Mi ejercicio de esta libertad no debe 
interpretarse como "beligerancia verbal" (ibídem), aunque entiendo que 
él se haya sentido herido por una errónea interpretación de mis 
palabras.
Nunca sugerí que la Universidad Diego Portales fuera 
"laica y abortista". Hice lo contrario. Fue el Dr. Las Heras quien 
pretendió basar su defensa de la legalización del aborto en ser, él, un 
"médico y académico de una universidad laica y pluralista" (carta del 3 de octubre).
 Fue él quien, en lugar de pechar con sus propios argumentos, se amparó 
en la identidad de su institución. Sólo si la identidad institucional de
 la UDP estuviera matriculada con el aborto, si en ella no hubiera 
pluralismo interno en este tema, yo la llamaría "laica y abortista". Mas
 el propio Dr. Las Heras nos informa que no es así, destruyendo su 
propio argumento original. Así que los profesores de la UDP, sean o no 
pro vida, no pueden sentirse ofendidos por mi modo de comprender su 
pluralismo interno.
El Dr. Las Heras no entendió tampoco mi argumento sobre la democracia.
Yo me limité a mostrarle su incongruencia por criticar
 el modo como se derogó el aborto terapéutico, por la Junta de Gobierno,
 a la vez que aceptaba que hubiera sido introducido en 1931, cuando esto
 último fue obra del famoso Congreso termal, 100% designado. Entonces 
sostuve que es perfectamente democrático zanjar cuestiones en las 
elecciones previas, antes de que lleguen al Congreso; es decir, mediante
 el voto informado y deliberado de los ciudadanos. Nunca sostuve que 
esas cuestiones deban zanjarse de manera totalitaria, o en congresos 
termales, como él me atribuye. Estoy seguro de que cualquiera que 
entienda cómo funciona una democracia deliberativa y madura, con 
independencia de su posición acerca del aborto, estará de acuerdo 
conmigo en este punto.
Don Jorge Las Heras, en fin, no respondió ninguna de 
mis refutaciones a su primera carta: que el "consenso razonable" no será
 posible, aunque gane la posición abortista en muchos países, pues la 
lucha pro vida continúa en todos lados; que no hay vínculo entre aborto 
ilegal y mortalidad materna, según la más reciente investigación 
científica, y que es irrelevante, para justificar una legislación, que 
haya sido aprobada en otras partes o, peor aún, que los ricos y 
poderosos puedan delinquir impunemente (como se ha visto en Chile). Si 
no quiere responder a mis argumentos en el foro de la deliberación 
ciudadana, mucho más sereno que el Congreso nacional, y si, además, se 
siente herido porque advierte "beligerancia verbal" donde no hay más que
 una incomprensión de mis palabras, ¿puedo abrigar la esperanza de un 
genuina discusión "ponderada y argumentada" como él razonablemente 
desea?
Cristóbal Orrego Sánchez
Profesor de Derecho UC
Profesor de Derecho UC
 
 
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