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viernes, octubre 05, 2012

Defendiendo niños

El Mercurio
Cartas
Viernes 05 de Octubre de 2012
 

Aborto y democracia


Señor Director:


El Dr. Las Heras (carta del 3 de octubre) no responde a mi refutación precisa de sus argumentos a favor del aborto: que el "consenso razonable" sobre el aborto, que él sugiere, no podrá darse jamás, pues los movimientos pro vida no concurrirán a ningún consenso que autorice a matar a los inocentes; que la más reciente investigación científica muestra, contra lo que él afirma, que permitir el homicidio prenatal no mejora los índices de mortalidad materna; que no es lógica su tesis de que la legalización de cualquier cosa en otras partes del mundo, o la ventaja de los ricos y los poderosos para delinquir, sean hechos relevantes para decidir sobre la justicia o injusticia de una legislación.

A mi refutación de todas sus afirmaciones intenta responder con el silencio, más la exposición de eslóganes nuevos. El más burdo es pretender que la prohibición del aborto podría ser ilegítima porque la impuso el Presidente Pinochet "entre gallos y medianoche", cuando resulta que el mismo Dr. Las Heras nos recuerda que la legalización del aborto terapéutico fue introducida en 1931... ¡en el ultrademocrático "Congreso termal", elegido a dedo por el Presidente de la República!

Por otra parte, lo que dice sobre la democracia no se opone a mi tesis de que es preferible zanjar muchas cuestiones ya antes de que lleguen al Congreso. Tal es la función de las elecciones democráticas, esas que no hubo cuando Chile alcanzó el imbatible récord histórico (100%) de senadores y diputados "designados". Gracias al debate previo y a las elecciones, hay solamente tres representantes del único partido totalitario que subsiste en Chile. Así es que dejar afuera las posiciones injustas, antes de deliberar en el Congreso, es perfectamente democrático, si hay elecciones.

Finalmente, el Dr. Las Heras intenta apoyar su aceptación del "aborto terapéutico", a pesar de considerar que "el aborto es algo intrínsecamente malo", en el hecho de ser él "médico y académico de una universidad laica y pluralista". En realidad, su primera carta defendía legalizar no "solamente", sino "al menos" el aborto terapéutico (carta de 1 de octubre); pero también aprobaba el precedente argentino del aborto cometido por "una joven abusada por su padrastro" (ibídem), caso que nada tiene que ver con esas "situaciones especiales definidas universalmente por el 'aborto terapéutico'" (carta del 3 de octubre).

Por lo demás, en su universidad caben también los médicos y profesores que defienden la vida desde su concepción, sin excepciones. De lo contrario, dejaría de ser una universidad "laica y pluralista" y pasaría a ser, lisa y llanamente, una universidad "laica y abortista".


CRISTÓBAL ORREGO SÁNCHEZ
Profesor de Derecho UC


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