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domingo, noviembre 01, 2009

Marco: el atractivo de la purificación




Estoy en la Plaza de Armas de Concepción, que evoca la cuna de la cuna de Marco Enríquez-Ominami. Sus partidarios danzan con banderas verdes al viento, pero son pocos, y sólo algunos curiosos los miran. Nadie se acerca al puesto de propaganda del tándem Alejandro-Marco (el senador Navarro que apoya al candidato Enríquez-Ominami para presidente), presentados con una frescura y juventud que chocan con la medianía de las edades, las vestimentas y los modos de hablar del público circundante. Enríquez-Ominami no es el candidato del pueblo, sino el de una élite estética y descontenta.

Al puesto de propaganda de Frei, que también acude al color verde, nadie se aproxima por un largo rato. Entonces me acerco yo (dicen mis enemigos que tengo cara de democratacristiano), para oír a una señora de edad media que se ha acercado al cuidador del local para quejarse de que ningún candidato se ha opuesto a las futuras centrales nucleares. Ella votará en blanco.

La del candidato Enrique van Rysselberghe es la única tienda de campaña en torno a la cual se arremolina la gente (para retirar calendarios y afiches, que los otros también regalan). La entusiasta encargada del kiosco le reconoce a una ciudadana que el hombre salió elegido concejal por ser hermano de la doctora Jacqueline van Rysselberghe, actual alcaldesa de Concepción; pero después ha ido adelante por ser él quien es, y ahora va a ser elegido diputado . . . por sus propios méritos. Es lo que yo llamaría “meritocracia protegida” (como la que llevó a Andrés Allamand al Senado). El punto es que aquí aparece el candidato a diputado, fotografiado con Sebastián Piñera, con mayor cercanía popular que los otros nombres en circulación. Lo sigue José Miguel Ortiz, quien se fotografía con la Presidenta . . . no con Eduardo Frei. Todo un símbolo del desembarco.

Con otras palabras, los gestos de la calle, recogidos al azar, apuntan en la misma dirección que las meticulosas mediciones de los encuestadores y sociólogos. Ellas dan por ganador a Sebastián Piñera. Solamente una presentación sesgada (como la de la encuesta UDP) puede transmitir una sensación de empate. No obstante, soy de los que piensan que las profecías políticas son imposibles y mentirosas, porque todo puede darse vuelta en los últimos días de un proceso. Por eso, si Piñera quiere asegurar el resultado que hasta ahora se proyecta, necesita, por lo menos, lo siguiente. Primero, reforzar su seguridad física, porque el odio antiderechista en Chile es más visceral y violento de lo que él sueña. Segundo, no continuar por la senda de alienarse a los conservadores de verdad (quizás somos solamente doscientos mil los que votaremos en blanco, o no votaremos, pero podrían ser más). Tercero, poner todos los recursos económicos y legales necesarios para detener la intervención electoral, como, por ejemplo, ofensivas pagadas en medios de comunicación, la movilización de muchos jóvenes con la camiseta puesta y los gastos cubiertos, y querellas sistemáticas contra funcionarios públicos que excedan el marco legal del juego limpio, excepto contra nuestra popular Presidenta, a la que se debe invitar con cariño a recapacitar, a cuidar su capital simbólico como madre de todos los chilenos. Se la debe convencer en privado de que, si gana Piñera, el intervencionismo no quedará impune. Cuarto, detectar y desactivar las bombas de escándalos que seguramente se preparan en su contra. Quinto, seguir mejorando su imagen y su mística, aunque sea pagando más a los expertos estetas que, sin ser humanistas cristianos, trabajan para él.

De todos modos, Marco parece un peligro real. La razón fundamental es que agrupa a la vez a muchos liberales de izquierda, que huyen de la putrefacta Concertación, y a mucha gente que viene de la derecha, pero que quiere limpiar su pasado. Son ex funcionarios del gobierno militar, jóvenes entonces, o sus hijos y sobrinos y nietos, ahora liberales, escandalizados por el conservadurismo de sus padres, y por su entusiasta adhesión a ese monstruo que les parece Pinochet. Si Frei pasa, este grupo de gente en busca de purificación política –de la corrupción concertacionista y del estigma pinochetista– se dividirá en dos, y ganará Piñera; pero, si pasa Marco, la tirria antiderechista de los concertados se dividirá menos, e irán casi todos detrás del joven hijo de Miguel Enríquez. A menos que esos viejos zorros del PDC logren convencerlos de lo que yo siempre he dicho, y ahora repito en beneficio de Sebastián Piñera: que él realmente no es de derecha.

7 comentarios:

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  2. Estimado Cristobal:

    Suelo leer sus articulos y columnas ya que, aunque en general estamos desacuerdo en varias cuestiones fundamentales, es un agrado leer columnas escritas con buen estilo. Me gustaria leer sus opiniones sobre lo que va quedando de la carrera presidencial.
    Pero hay algo tangencial que quisiera comentar.
    Muy a menudo usted menciona el odio antiderechista existente en Chile. Yo quisiera preguntarle a usted si no le parece que ese odio es prefectamente esperable despues de los acontecimientos de cuantos anos de violencia sin contrapeso ejercida sobre un sector de a sociedad. No soy capaz de entender como una persona intelectualmente honesta puede hablar de tal "odio antiderechista" como si fuese un odio gratuito, sin causa aparente o atribuible a azar, a menos que se encuentre "in denial", o carezca de informacion.
    Creo que mientras su sector, el conservador, no haga gestos de reconocimiento de reponsabilidad, en sus diversos grados, por la violencia y dano causados sobre parte importante de la sociedad chilena, el odio antiderechista continuara latente y sera una sombra que perseguira a la derecha y a los conservadores, de la que no se podran librar.

    Roberto Matus

    ps: lamento la falta de tildes y la letra caracteristica de nuestro alfabeto espanol; escribo desde un teclado americano.

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  3. Estimado Roberto:

    Es bueno que desde miradas distintas al menos reconozcamos el mismo hecho: el odio antiderechista. La siembra del odio ha sido una labor de la izquierda marxista desde mucho antes del enfrentamiento que culminó con el 11 de septiembre de 1973. Ese odio dio su fruto, que, a su vez, incrementó el odio. Al odio, desde cualquier sector social hacia otro, no se le puede vencer con más odio. Así siempre triunfa el demonio. Nada justifica odiar a nuestros hermanos, aunque los crímenes cometidos pueden explicar la espiral del odio (reitero: por desgracia, la política de izquierda marxista hizo de la siembra del odio un sistema, sin necesidad de que se cometieran crímenes antes). En algún momento hemos de detener esa espiral, mediante, por ejemplo, mensajes en que se manifiesta la discrepancia de manera cordial y civilizada, como usted hace. Se lo agradezco.

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  4. Señor Cristobal:
    Primer, como buena hijo del cristo, lo conmino a no creerse dueño de la verdad, y a elevar el tono de sus argumentos y dejar el sentimentalismo de lado.
    seria optimo que a la altura del año que estamos, nos dejemos de vaguedades y expongamos las propuestas de nuestros candidatos, a piñera le faltan propuestas concretas, se ha notado en los ultimos debates, y creo que este problema no se debe a un mal manejo de comunicaciones, sino que , piñera NO tiene propuestas nuevas. Si es que me equivoco y existe algo nuevo que contar , me agradaria leerlo.
    Segundo, la metitocracia a la cual usted alude me parece francamente un chiste, le recuerdo que para lograr que los diputados de RN se aparescan a sesionar por el congreso hay que multarlos con la suma de $1.000.000 de pesos, no le parece a usted que eso es como mucho?. los chilenos les pagamos su sueldo para que?
    tercero, con respecto a la frase suya -" el odio antiderechista en Chile es más visceral y violento de lo que él sueña"- ahorrese esos comèntarios paranoicos, mal intensionados, transnochados, y desinformados como ese
    y por ultimo si los quiere hacer, digale a sus compañeros de derecha que la campaña del terror funciona desde ambos lados.
    Mucha suerte y ojala que que pueda dormir tranquilo.

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  5. Estimada Gabriela:

    Sus comentarios revelan una rabia y una agresividad que más bien confirman lo que pienso. Si tales sentimientos brotan espontáneos de una simple y pacífica bloguera, ¿cómo no pensar que unos peldaños más abajo en la escala del descontrol puedan mover a otros, como ha sucedido en el pasado, a desahogar esa rabia y ese odio por medios violentos?

    Al caer en este tipo de lenguaje, me impide referirme a sus argumentos. De todos modos, pienso que en parte no ha entendido usted lo que he escrito.

    Un cordial saludo, y también le deseo que duerma bien.

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  6. Eres benevolente con la Presidenta al calificarla " como madre de todos los chilenos". Ella es solamente madre de la izquierda. Por eso, creó el día del 'Ejecutado Político' atribuyéndole a la derecha la intolerancia que ellos mismo crearon. Ella ha tan sesgada como Allende. Una cosa es ser cortés y otra cosa es ser ciego.

    Dices muy bien que la nueva camada de derecha se identifica con Marco para quitarse el estigma del pasado. Sin embargo, omites que durante la campaña a cada rato Marco ha sacado a relucir la muerte de su su padre, como si fuese un Gandhi o Madre Teresa de Calcuta chilena. Además, de mentir sobre la muerte de su padre y del origen del Mir. Marco, el mesías repite la misma tontera de Pascal Allende, que el Mir nació para combatir la 'dictadura'. Naturalmente, los hombres públicos de la derecha que lo encuentran tan simpático no se atreven a refutarlo públicamente. Si él quisiese romper la dictomía Allende y Pinochet, no mencionaría a su padre. Para mí es resentido con plata como Bachelet.

    Marco como Bachelet representa el pasado, no el futuro. Por eso, en estos cuatros años cuando ha tenido una oportunidad saca el GM y la UP. Para la UP tienen amnesia o lo han convertido en tabu del cual no se puede hablar como tampoco de la violencia. Por eso, la violencia y el terrorismo previo al 11 y durante el GM, no estarán incluídos en el Museo de la Memoria, de la cual formará parte la Presidenta cuando termine su mandato. Una maquinaria para sembrar cizaña.

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  7. La izquierda siempre ha tenido un pretexto para usar la violencia, ya sea en la antigua democracia, bajo el Gobierno Militar y a principio de la democracia. Lo que no permite la izquierda es que le responda. Parafreseando al Presidente: "Cuando la derecha sale a calle, los zurdos tiemblan".

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