La dictadura del pensamiento único
Benedicto XVI contra la dictadura del relativismo. Francisco contra la dictadura del pensamiento único. Eso es estar contra las cuerdas.
Leed, de Vaticaninsider.
04/10/2014
El Papa: «También hoy existe la dictadura del pensamiento único»
Francisco en la homilía de Santa Marta: “toma las piedras para lapidar la libertad de los pueblos, la libertad de la gente, la libertad de las conciencias, la relación de la gente con Dios”
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
Existe una dictadura del pensamiento único que afecta la libertad de los pueblos y de las personas. Lo dijo Papa Francisco esta mañana en la homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana.
El Papa reflexionó sobre la actitud de los fariseos y sobre su cerrazón frente al mensaje de Jesús: su error, indicó Francisco, fue el “separar los mandamientos del corazón de Dios”. Creían que todo se resolvería siguiendo los mandamientos. Pero estos mandamientos, continuó el Papa, “no son una ley fría”, porque nacen de una relación de amor y son “indicaciones” que ayudan a no errar en nuestro camino hacia el encuentro con Jesús.
Actuando de esta manera, los fariseos cierran sus corazones y sus mentes a “cualquier novedad”. “Es el drama del corazón cerrado, el drama de la mente cerrada, y cuando el corazón está cerrado, este corazón cierra la mente, y cuando mente y corazón están cerrados, no hay lugar para Dios”, sino solo para aquello en lo que creemos que debemos hacer. En cambio, subrayó, “los mandamientos llevan una promesa y los profetas despiertan esta promesa”. Un mensaje de novedad que es difícil de comprender para los que tienen los corazones y las mentes cerradas.
“Es un pensamiento cerrado que no está abierto al diálogo, a la posibilidad de que exista otra cosa, a la posibilidad de que Dios nos hable, que nos diga cómo es su camino, como hizo con los profetas. Esta gente no había escuchado a los profetas y no escuchaba a Jesús. Es algo más que ser simplemente cabeza dura. No, es algo más: es la idolatría del propio pensamiento. ‘Yo pienso así, esto debe ser así y nada más’ -observó Francisco. Esta gente tenía un pensamiento único y quería imponer este pensamiento al pueblo de Dios, por esto Jesús les llama la atención: ‘Ustedes cargan sobre las espaldas del pueblo tantos mandamientos y ustedes no los tocan ni con un dedo’”.
El Papa reflexionó sobre la actitud de los fariseos y sobre su cerrazón frente al mensaje de Jesús: su error, indicó Francisco, fue el “separar los mandamientos del corazón de Dios”. Creían que todo se resolvería siguiendo los mandamientos. Pero estos mandamientos, continuó el Papa, “no son una ley fría”, porque nacen de una relación de amor y son “indicaciones” que ayudan a no errar en nuestro camino hacia el encuentro con Jesús.
Actuando de esta manera, los fariseos cierran sus corazones y sus mentes a “cualquier novedad”. “Es el drama del corazón cerrado, el drama de la mente cerrada, y cuando el corazón está cerrado, este corazón cierra la mente, y cuando mente y corazón están cerrados, no hay lugar para Dios”, sino solo para aquello en lo que creemos que debemos hacer. En cambio, subrayó, “los mandamientos llevan una promesa y los profetas despiertan esta promesa”. Un mensaje de novedad que es difícil de comprender para los que tienen los corazones y las mentes cerradas.
“Es un pensamiento cerrado que no está abierto al diálogo, a la posibilidad de que exista otra cosa, a la posibilidad de que Dios nos hable, que nos diga cómo es su camino, como hizo con los profetas. Esta gente no había escuchado a los profetas y no escuchaba a Jesús. Es algo más que ser simplemente cabeza dura. No, es algo más: es la idolatría del propio pensamiento. ‘Yo pienso así, esto debe ser así y nada más’ -observó Francisco. Esta gente tenía un pensamiento único y quería imponer este pensamiento al pueblo de Dios, por esto Jesús les llama la atención: ‘Ustedes cargan sobre las espaldas del pueblo tantos mandamientos y ustedes no los tocan ni con un dedo’”.
Jesús “les reprocha su incoherencia”. “La teología de esta gente – observó el Santo Padre – se vuelve esclava de este esquema, de este esquema de pensamiento: el pensamiento único”: “No hay posibilidad de diálogo, no hay posibilidad de abrirse a las novedades que Dios trae con los profetas. Esta gente ha matado a los profetas; cierran la puerta a la promesa de Dios. Y cuando en la historia de la humanidad se produce este fenómeno del pensamiento único, cuántas desgracias. En el siglo pasado hemos visto todos nosotros las dictaduras del pensamiento único, que terminó por matar a tanta gente, pero en el momento en el que ellos se sentían patrones no se podía pensar de otra manera. Se piensa así”.
Y “también hoy – prosiguió Francisco – existe la idolatría del pensamiento único. Hoy se debe pensar así y si tú no piensas así no eres moderno, no eres abierto o peor. Tantas veces dicen algunos gobernantes: ‘Pero, yo pido una ayuda, una ayuda financiera para esto’, ‘pero si tú quieres esta ayuda, debes pensar así y debes cumplir esta ley, y esta otra, y esta otra...’. También hoy está la dictadura del pensamiento único y esta dictadura es la misma de aquella gente: toma las piedras para lapidar la libertad de los pueblos, la libertad de la gente, la libertad de las conciencias, la relación de la gente con Dios. Y hoy Jesús es crucificado otra vez”.
La exhortación del Señor “frente a esta dictadura – concluyó el Papa – es la misma de siempre: vigilar y rezar; no ser tontos, no comprar” cosas “que no sirven y ser humildes y rezar, para que el Señor nos de siempre la libertad del corazón abierto, para recibir su Palabra ¡que es promesa, alegría y alianza! Y con esta alianza ir adelante”.
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