El 10% es mío, los moralistas me lo quieren quitar...
Sobre el uso del 10% en El Mercurio 31-07-2020.
Cartas
Viernes 31 de julio de 2020
Escrúpulos con el 10%
Señor Director:
Patricio Hidalgo y Rodrigo Reyes (carta de ayer) se preguntan si sería correcto éticamente retirar el 10% del ahorro previsional para invertirlo luego con beneficios tributarios. Me parece encomiable su intención recta y su honradez cívica, en estos tiempos de violencia y de trampas. No obstante, pienso que se trata de un escrúpulo moral indebido, que, además, podría inhibir o denigrar injustamente a muchas personas que ejerciten su derecho con fines lícitos.
El Estado decidió eximir a todos los ciudadanos de esos impuestos y no excluir a nadie del beneficio. No es una especie de vacío inadvertido, en la letra de la ley, pero contrario a su espíritu. Simplemente, nuestros inefables gobernantes, mediante una reforma constitucional “ideológicamente falsa”, han hecho excepción a la obligación de ahorrar para la jubilación.
Ya es discutible la justicia de imponer semejante ahorro forzado; pero no puede ser injusto aprovechar una excepción a la obligación impuesta, como no lo es tampoco acogerse a un beneficio tributario que, si existe, es precisamente para incentivar ese tipo de decisiones económicas (v. gr., donaciones de beneficencia, APV, compra de vivienda, etcétera). No me parece correcto redescribir como “sacarles unos pesos a las arcas públicas” lo que es la recta disposición de lo propio, por parte de ciudadanos honrados favorecidos por la ley, que pagan todos los impuestos claramente establecidos.
Después, no lo dudo, los hombres de buena voluntad harán con ese dinero un buen uso, en beneficio de sus semejantes.
Cristóbal Orrego Sánchez
Profesor de Derecho UC
Patricio Hidalgo y Rodrigo Reyes (carta de ayer) se preguntan si sería correcto éticamente retirar el 10% del ahorro previsional para invertirlo luego con beneficios tributarios. Me parece encomiable su intención recta y su honradez cívica, en estos tiempos de violencia y de trampas. No obstante, pienso que se trata de un escrúpulo moral indebido, que, además, podría inhibir o denigrar injustamente a muchas personas que ejerciten su derecho con fines lícitos.
El Estado decidió eximir a todos los ciudadanos de esos impuestos y no excluir a nadie del beneficio. No es una especie de vacío inadvertido, en la letra de la ley, pero contrario a su espíritu. Simplemente, nuestros inefables gobernantes, mediante una reforma constitucional “ideológicamente falsa”, han hecho excepción a la obligación de ahorrar para la jubilación.
Ya es discutible la justicia de imponer semejante ahorro forzado; pero no puede ser injusto aprovechar una excepción a la obligación impuesta, como no lo es tampoco acogerse a un beneficio tributario que, si existe, es precisamente para incentivar ese tipo de decisiones económicas (v. gr., donaciones de beneficencia, APV, compra de vivienda, etcétera). No me parece correcto redescribir como “sacarles unos pesos a las arcas públicas” lo que es la recta disposición de lo propio, por parte de ciudadanos honrados favorecidos por la ley, que pagan todos los impuestos claramente establecidos.
Después, no lo dudo, los hombres de buena voluntad harán con ese dinero un buen uso, en beneficio de sus semejantes.
Cristóbal Orrego Sánchez
Profesor de Derecho UC
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