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miércoles, julio 15, 2009

Coincidencias anticlericales

Hoy se publica la siguiente carta, en que vuelvo a criticar el extraño anticlericalismo de Carlos Peña, que ahora coincide con Roma.

El Mercurio, Cartas (A2)
Cartas
Miércoles 15 de Julio de 2009


Pelear con curas
Señor Director:
Yo pensaba que los anticlericales de este mundo sabrían hacer algo más que criticar a los curas, pero, en fin, ya se ve que los puntos de referencia firmes para todos están en el clero. Lo digo porque hace una semana invité a Carlos Peña a intervenir en el diálogo racional, y él parece acoger mi propuesta mediante una crítica a monseñor Alejandro Goic, quien solamente podría responderle con oraciones y con su proverbial caridad pastoral.
Don Carlos ahora le atribuye a la Iglesia Católica la pretensión de que su doctrina goce automáticamente, sin más, de autoridad en el ámbito civil y político. Esta interpretación de la posición eclesiástica supone no haber leído los principales documentos pontificios, ni entender para nada lo que han afirmado monseñor Goic y otros prelados, con quienes don Carlos gusta debatir.
Sí, porque una lectura al alcance de cualquiera basta para constatar que, en este punto, los sumos pontífices católicos dicen lo mismo que el crítico laico (¿milagro de san Hermógenes?): que la Iglesia tiene derecho a la libertad de acción en el ámbito público, "carta de ciudadanía" (véase Benedicto XVI, Encíclica "Caritas in Veritate", 29 de junio de 2009, nn. 56 y ss.), sin necesidad de especiales privilegios.
En igualdad de condiciones con otros grupos sociales, la Iglesia usa de su libertad para persuadir a los ciudadanos y a las autoridades públicas de lo que ella considera justo. Y no está sola. La acompañan muchos hombres y mujeres de diversas religiones, y también no creyentes, que captan mediante su razón natural principios tan elementales como que jamás es lícito matar a un ser humano indefenso o que el matrimonio es una unión entre personas de diverso sexo para formar una familia.
Por cierto, la Iglesia Católica sí que tiene autoridad sobre sus fieles también cuando intervienen en la política o en la economía, y sería ridículo e inaceptable negarle a ella esa autoridad.
Invito a Carlos Peña a leer el Magisterio de la Iglesia, para no correr nuevamente el riesgo de coincidir casualmente con ella.
Cristóbal Orrego

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