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jueves, diciembre 01, 2011

Gonzalo Rojas se defiende como puede

Legítima defensa. --- No a los académicos funantes. --- Una funa contra la funa.

Respuesta de Gonzalo Rojas.

Respuesta del profesor Gonzalo Rojas Sánchez

Estimado Sres. Profesores:

Agradezco este tono tan distinto al que usaron en su primera declaración. Van acercándose así al nivel de un diálogo verdaderamente universitario. Para desarrollarlo, iré comentando, punto por punto, los acápites de su segundo texto.

1. La declaración que ustedes emitieron se refiere a mí como profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Yo no firmé en esa calidad. Lo hago siempre sólo como Gonzalo Rojas. Me represento a mí mismo y abrí el diálogo en esa instancia con todos los lectores. Para desarrollarlo existe el blog, para concretarlo están las cartas al Director. Ustedes lo trajeron al interior de la Universidad sin dirigirse personalmente a mí. Creyeron que no tenían conmigo deberes como miembros de esta comunidad.
2. Ustedes no me emplazaron por la misma vía, el Mercurio; ustedes me condenaron a través de una página propia, sin ni siquiera enviarme copia de la Declaración.
3. No, ustedes no deben pedir autorizaciones para contestar. Pero sí corresponde tener la deferencia de hacerlo dirigiéndose al interpelado si pertenece a su misma comunidad. Ustedes no lo hicieron.
a. Efectivamente, ustedes se arrogan la facultad de condenar. Así lo vuelven a afirmar, precisando que se trata de una condena ética y moral. Nadie los ha facultado para un juicio de esa gravedad. La universidad tiene instancias jurídicas y académicas para la calificación de sus profesores. Yo mismo integro la Comisión de mi Facultad hace ya tres periodos. Declaro en esta instancia que resulta gravísimo, que es un atentado a la elemental convivencia universitaria, que se vulnere la institucionalidad de nuestra universidad con este tipo de condenas. Espero que ustedes hagan un explícita renuncia a seguir utilizando este método a futuro.
b. Agradezco que reconozcan que han usado un lenguaje descalificador y les pido que precisen cuáles son mis entelequias y sofismas. Insisten, sin poder citar una sola línea, en acusarme de ³justificar crímenes de sangre²; me adjudican la calidad de abogado, que no tengo, y me imputan una doble falta, que no precisan.
c. Su pertinacia llega al punto de insistir en que hago ³una apología de la muerte de miles de chilenos². ¿Habrá alguno de ustedes que pueda citar la expresión que los llevó a esa conclusión completamente falsa y ofensiva?
4. Siempre he estado abierto al diálogo racional. Pero difícilmente la conversación puede progresar si uno de los interlocutores, yo, he sido desde el comienzo ³condenado².
a. Si ha habido rigor en su lectura, pido que se hagan las concordancias rigurosas entre mis afirmaciones y lo que ustedes me imputan. Juzgarán los lectores. Pero además, ustedes pretenden acusarme por la columna que yo no he escrito, referida a los que ustedes llaman ³los métodos represivos de la dictadura.² Me emplazan a referirme al tema, peroŠ
b. Š veo que ninguno de usted tiene ni el mínimo interés por asomarse a ³Chile escoge la libertad. La Presidencia de Augusto Pinochet Ugarte, 1973-1990², 2 vols. Una vez más, hay una explícita renuncia en ustedes a la consideración de la tarea universitaria.
c. Es notable que un selecto grupo de profesores universitarios afirme que renuncia de antemano al estudio de un libro futuro y que sólo se guiarán por eventuales reproducciones en la prensa. ¿Proceden ustedes así en sus respectivas disciplinas?
d. Agradezco que distingan ahora entre trabajo científico y divulgación personal del mismo. Pero son ustedes justamente quienes confundieron todo desde el comienzo, ³condenando enérgicamente² al universitario por su tarea divulgadora.
5. a. No veo reciprocidad en ustedes. Me habría gustado leer que tampoco ustedes me guardan rencor y que, por eso, si lo hubiesen estimado pertinente, me perdonaban. No lo han hecho. Efectivamente, yo he sido gravemente ofendido por ustedes, pero insisto, no tengo rencor, he perdonado.
b. Los veo con problemas para sumar. Su primera declaración tiene 150 firmas; la segunda, al momento de contestarles, lleva 63Š
Por mi parte, agradezco los notables apoyos de otras tantas decenas de profesores de la Universidad en su Declaración del martes 29, del Consejo de mi Facultad, del historiador Joaquín Fermandois, del Movimiento Gremial de la Universidad y de miles de personas que me han manifestado su adhesión. Es difícil que ustedes puedan dimensionar la magnitud del rechazo que han suscitado sus ofensas.

Gonzalo Rojas Sánchez
Profesor Titular

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