Proceso revolucionario: diabólica, lúcidamente orquestado
Estamos en un proceso revolucionario.
Sin ver eso, no se entiende que precisamente el mínimo que debe garantizarse, antes de ponerse a dialogar, es la paz y el orden.
¿O acaso se debe negociar bajo coacción?
Si el proceso es revolucionario, las etapas están bien estudiadas. La izquierda quiere provocar la autodefensa, para que haya muertos, y con eso mártires y con eso incendiar el país.
¡Qué dilema! Defenderse es legítimo y necesario, pero precisamente eso quieren los revolucionarios.
La única forma de detener una revolución es con extremada firmeza y racionalidad, no con la tibieza del Presidente Sebastián Piñera. Por eso, el llamado de J.A. Kast es legítimo, necesario, imprescindible.
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