PACIENCIA, AMIGOS
El blog Bajo la Lupa se actualizará los domingo, si es posible.
Sé que estoy al debe, pero pido comprensión, pues lo escribo en momentos libres.
C
De vez en cuando, un comentario sobre cuestiones de actualidad de Chile, América y el mundo, por Cristóbal Orrego Sánchez, Profesor de Derecho en la Universidad Católica de Chile.
El blog Bajo la Lupa se actualizará los domingo, si es posible.
Sé que estoy al debe, pero pido comprensión, pues lo escribo en momentos libres.
C
Posted by Cristóbal Orrego at 9:57 a.m.
Comprendido quedas.
ResponderBorrarLuego de leer tú columna del domingo en el mercurio, la que dicho sea de paso no me gusto, me puse a releer La conjura de los necios de J.K.Toole y encontré estos párrafos que en parte me recordaron lo que has escrito en este blog. También me detuve a meditar en el poder que posees para poder escribir-decir lo que opinas-piensas respecto de las cosas. En hora buena por ti, pero quizás sería bueno, que no aparecieras la mayor parte del tiempo como si estuvieras enojado o que todo se basara en un sarcasmo, tras otro sarcasmo, supongo que el hecho que la mayoría sepa lo que se supone sabes, hace que se te perdone la mayor parte del tiempo.
ResponderBorrarJ.
“Admiro el terror que son capaces de inspirar los negros en los corazones de algunos miembros del proletariado blanco y sólo desearía (ésta es una confesión muy personal) poseer la misma capacidad de aterrar.
El que es negro aterra simplemente por serlo; yo sin embargo, tengo que esforzarme un poco para lograr el mismo fin. Quizá debería haber sido negro. Sospecho que habría sido un negro muy grande y muy aterrador, un negro que apretase continuamente su muslo monumental contra los muslos marchitos de las viejecitas blancas en los transportes públicos y provocase más de un grito de pánico. Además si fuera negro, mi madre no me presionaría para que encontrara un trabajo bueno, pues no habría ningún trabajo bueno a mi disposición. Y además mi madre, una vieja negra agotada, estaría demasiado abatida por años de duro trabajo como doméstica para salir a jugar a los bolos de noche. Ella y yo viviríamos muy agradablemente en alguna choza mohosa de los suburbios, en un estado de paz sin ambiciones, comprendiendo satisfechos que no se nos quería, y que luchar y esforzarse no tenía sentido.”
Estimad@ J,
ResponderBorrarNo sé quién es usted, usted sí sabe quién soy yo. Eso le da a usted más poder para opinar, porque no da la cara. Yo doy la cara, pero le aseguro que no escribo enojado (aunque reconozco que la ironía está siempre abierta a esa interpretación).
Le agradezco también si critica abiertamente mis artículos de El Mercurio en el blog de allá.
Un cordial saludo (sin enojo),
C
P.S.: veo que he puesto el dedo en la herida al escribir sobre la discriminación; me alegro.
Pues si pinchas la J. das con mi blog. (Cuidado con desmayarse por lo poco erudito del mismo). La verdad no es mucho lo que sé de ti, sólo opino en función de lo que leo, ahora si quieres datos más precisos de mí, pues sólo es cosa que preguntes.
ResponderBorrarSi mis opiniones acá te molestan, pues me dices y no opino más, comprendo que este lugar pueda ser un recinto privado y sólo destinado a intercambiar opiniones entre cercanos. También puedo decirte Usted, si molesta lo familiar del trato. (Nótese que no pretendo ser condescendiente)
P.S: Siempre he creído en la discriminación, por eso dispongo de literatura que por uno u otro lado hace referencia a ella.
Saludos también para ti (Qué bueno que no te enojes)
J.
¿y no quedamos que los domingos?
ResponderBorrarMauricio
PS: ¿los domingo? o ¿los domingos?
Ex. 20, 8-11.
ResponderBorrarImperdonable... van tres domingos al hilo sin noticias suyas... Atine hombre! y siga discriminando...
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