Dura experiencia de debate en Facebook.
He tenido dos debates en Facebook sobre la homosexualidad.
He sido muy duro contra quienes promueven la cultura gay —quizás demasiado duro—; pero lo notable ha sido la respuesta de mis amigos de Facebook (atención: contra ninguno de ellos iban mis comentarios; a nadie mencioné por su nombre). Casi todos han callado sobre el asunto (eso parece señal de que comparten mi rechazo del homosexualismo, pero no mis malas maneras y probablemente no quieren el conflicto). Sin embargo, la mayoría de los intervinientes lo hicieron para criticarme, a veces con tanta dureza como la mía contra los gays (contra mí se justifica, por cierto, porque lo que está prohibido es criticar a los gays).
Algunos me han dicho cosas que ellos mismos considerarían poco caritativas si se las dijeran a un gay, y nadie les ha reprochado su falta de caridad, como sí me han reprochado la mía por llamarlos de mala manera (no a los homosexuales, sino a los que practican el vicio y lo promueven como virtud, que desde antiguo reciben varios nombres despectivos . . . ¡como todos los nombres que se dan a conductas inmorales!). Porque me han atribuido ser uno de los responsables de los suicidios de más homosexuales que heterosexuales (a lo que respondí que los pedófilos se suicidan todavía más, y que los delincuentes sexuales exclusivos —que solamente son delincuentes sexuales, no de otro tipo— intentan suicidarse o se suicidan 183 veces más que el resto de la población, y la culpa no es del resto que defiende la moral pública), me han calificado de variadas formas insultantes (soberbio, arrogante, y un largo etc.), y finalmente (en privado) me han aconsejado callarme o desdecirme.
Y casi todos los intervinientes, en público o en privado, son católicos, conservadores se llaman a sí mismos algunos.
Lo escribo aquí para que sepan que la batalla se viene dura, y que tendremos que optar entre el modelo europeo (NADIE se atreve a decir la verdad en público) y el modelo estadounidense (la llamada GUERRA CULTURAL: los defensores del matrimonio han tenido que pasar a un nivel de agresividad semejante al que usan los gays). Yo estoy pensando mi enfoque . . . no creo que vaya a ser muy europeo. Los europeos han perdido todas las batallas y no quieren pelear más; por eso, si se trata de estudiar temas morales, se dedican a los que son políticamente correctos: la derrota de la pobreza en el mundo, la atención a los enfermos, etc. Todo eso está muy bien, pero queda el regusto de la cobardía, que los gringos no muestran.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario