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viernes, octubre 12, 2012

Denuncia de los abusos progresistas en la Iglesia

Es difícil encontrar en pocas palabras una confirmación tan clara de que sucede lo que hemos dicho que sucede: los católicos traicionan al Concilio Vaticano II y a la Iglesia en nombre del Concilio Vaticano II y de Jesús.

Este artículo lo demuestra.

Leed.

¿Existe el Concilio Vaticano II? 

Sebastián Correa 

La Tercera, online, Oct. 12 , 2012 


Hoy 11 de Octubre de 2012 se celebran 50 años del comienzo del Concilio Vaticano II y sin lugar a dudas tenemos una tremenda deuda, como Iglesia, en su recepción. No obstante, existen en Chile algunas experiencias, hechos y encuentros, que iluminadas por el Concilio, son esperanza e invitación para todos los/as cristianos/as y sociedad en general:

Existen curas y religiosas que dejan su vida en las poblaciones, renunciando al poder oficial, haciéndose uno más del pueblo.

Existen grupos de homosexuales, con vida sexual activa, que se reúnen, dialogan, comulgan con toda libertad, y son familia para sus comunidades católicas.
Existen parroquias donde las mujeres llevan el protagonismo, hacen las homilías y dirigen la pastoral y los consejos parroquiales. Mujeres que ejercen el sacerdocio común que invita el Concilio.

Existen religiosos/as que se hacen parte de las demandas sociales y eclesiales, que arriesgan sus carreras por levantar la voz, desobedeciendo al  obispo de turno, pero obedeciendo al evangelio de Cristo.

Existen  grupos laicales críticos, que dialogan y generan encuentros sobre todos los temas, que no creen en los dogmas impuestos ni en tantas verdades eclesiales, y maduran su fe en comunidad.

Existen comunidades de base que confían en su propia experiencia de Dios, que no necesitan ser “pastoreadas” y que con otras comunidades de base se involucran en todos los temas de su barrio o localidad, desde la lectura compartida de la biblia.
Existen grupos e instituciones católicas que hacen esfuerzos por la construcción de una Iglesia en diálogo, donde se reconozca la diversidad como riqueza, con apertura genuina a otras creencias y religiones.

Existen divorciados, que se han vuelto a emparejar, que comulgan y son acogidos por sus comunidades, pues entienden la comunión como “Pan en tu camino” y no como un fin a alcanzar desde la “falsa pureza”.

Existen parroquias donde los consejos parroquiales son resolutivos, no solo consultivos, donde el párroco no es el “patrón del fundo”.
Existen grupos católicos que trabajan con prostitutas, generando una pastoral de acogida y acompañamiento.

Existen sectores de la Iglesia que reconocen a la Iglesia como santa y pecadora, que piden perdón por tanto daño cometido durante siglos, y desde la misericordia de Dios, avanzan en perdón y reconciliación. Estos sectores creen en una Iglesia vulnerable y profundamente humana.

Existen religiosos/as que recomiendan el uso de preservativos, que se han abierto a los “signos de los tiempos” y que entienden que el tema de la sexualidad debe ser abordado principalmente por los laicos y laicas que tienen vida sexual activa.
Existen parroquias construidas circularmente, para que la comunidad, asumiendo el protagonismo, celebre y se encuentre en las liturgias y eucaristías.

Existen teólogos que arriesgan sus carreras por investigar y anunciar un Cristo más humano y que se hace parte de la causa de los pobres.

Existen grupos católicos que acompañan a los presos en las cárceles, no sólo con talleres, sino que diariamente, involucrándose con sus causas y esperanzas.
Y existen muchos grupos de Iglesia que se preguntan diariamente, desde diversos contextos, cómo seguir acogiendo el Concilio Vaticano II y avanzar como “Pueblo de Dios” hacia una Iglesia más cercana, moderna, sencilla, dialogante e inclusiva, volviendo así a Jesús de Nazaret, tal como lo invita el Concilio.

PD: Recomiendo el libro recién publicado “Gloria a Dios en el Concilio Vaticano II” de Juan Ochagavía s.j. quien estuvo en tres de las cuatro sesiones del Concilio.


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