Constituyente Tramposa

Señor Director:

El profesor Fernando Atria se suma al proceso revolucionario, llevando a su molino del cambio constitucional el agua de la violencia recientemente desatada. Nada de lo que está sucediendo habría sido posible sin la seguidilla de evasiones, saqueos, incendios, enfrentamientos violentos con las fuerzas de orden..., y marchas y protestas que no han exigido una asamblea constituyente, sino una multitud abigarrada de beneficios, y que han amparado la presencia de criminales que salían de entre la masa sin que nadie los detuviera ni los denunciara (complicidad por omisión).

Esa es la fuerza de la campaña por la Asamblea Constituyente, carente de toda legitimidad.

El deber de los representantes de la república es deliberar con tiempo y con calma, y rehusarse a actuar bajo la extorsión de una tenaza entre los violentos, por un lado, y los políticos cómplices que, por otra parte, articulan la demanda por una nueva Constitución.

Una Asamblea Constituyente así originada sería completamente tramposa y nula. Invitaría a los otros ciudadanos, además, a usar la fuerza en defensa de la patria, con los medios legales y pacíficos que nuestro orden jurídico autoriza.

Suplico a los parlamentarios que no caigan en la enésima desconexión con lo que el pueblo de Chile necesita, simbolizado por el clamor de los "chalecos amarillos"; que no se plieguen cobardemente a lo que un grupúsculo de termocéfalos exige; que asuman su responsabilidad y rechacen cualquier proceso constituyente impuesto por el miedo.

Esta cuestión debe debatirse con calma, a partir de la próxima elección, donde los votantes decidirán qué lugar ocupa la asamblea constituyente dentro de sus prioridades.

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Enviada a la prensa el 2 de noviembre de 2019