En La Segunda.
Si hasta los de la propia vereda dicen tonteras, ya no sabemos lo que va a pasar. O, peor . . .: lo sabemos.
La Segunda
Cartas
Lunes 02 de Agosto de 2010
Iglesia y homosexuales
Señora Directora:
Don Luis Eugenio Silva, en su intento bien intencionado de defender la ley natural sobre el matrimonio, afirma que “la Iglesia no está en contra de una regularización contractual de las parejas de hecho, hétero u homosexuales”. Esta tesis es falsa, aunque sea un error extendido entre los católicos de buena voluntad. Ninguna conducta inmoral puede ser contractualmente regularizada, porque su objeto es ilícito.
Con respecto a los homosexuales, un documento magisterial firmado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger enseña que “es necesario oponerse en forma clara e incisiva” al “reconocimiento legal de las uniones homosexuales” (C.D.F.: «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales», 2003, n. 5). Lo más que cabe admitir es la tolerancia de hecho del mal, a la vez que se lucha por contener sus malos efectos sobre la moralidad pública (ibidem). Además, “si todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales, los políticos católicos lo están en modo especial, según la responsabilidad que les es propia” (ibid. n. 10).
Por su parte, el Pontificio Consejo para la Familia expresó algo análogo respecto de las otras uniones de hecho, aun heterosexuales, en su documento «Familia, matrimonio y “uniones de hecho”» (2000).
La ignorancia de algunos sacerdotes, el liberalismo desatado de otros, y la deformación aterradora de algunos laicos prominentes, incluidos insignes discípulos de Jaime Guzmán, no pueden borrar lo que cualquier hijo de vecino puede leer en Internet.
Cristóbal Orrego Sánchez
Profesor de Derecho Natural